Cuatro

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Tras terminar las clases, las cuales le habían parecido eternas y en las que no se había podido concentrar, Mew llegó a la cafetería y se dejó caer en la silla.

—Hey, hola...¿Oye por qué traes esa cara?, ¿Te pasa algo?—le preguntó su amigo preocupado.

El estudiante de música resopló.

—Si, si me pasa...me pasa que estoy harto y todo esto es una mierda—dijo molesto antes de irse de nuevo, ante la mirada atónita de su amigo y de unos cuantos más que lo acompañaban.

—¿Por qué se ha puesto así ese?, es tan raro—habló uno de los chicos que acompañaban a Kao.

Este se encogió de hombros.

—Pues no tengo la menor idea, ayer estaba bien—dijo volviendo a mirar por donde su amigo se había ido—... Es realmente muy extraño.

Mew llegó a su habitación, la cual compartía con otro chico llamado Mark, entonces cerró la puerta, secó sus ojos y se tumbó en la cama.

Luego de oler el jersey de Gulf y maldecir unas cuantas veces más, este se quedó dormido hasta que unas horas después, el sonido de su móvil le despertó.

...—Hey hombre, ¿Dónde te metes?, unos chicos y yo vamos al cine, ¿Te vienes?—Preguntó su amigo muy animado.

Este resopló y miró el reloj aún medio dormido.

—No, emm... no me apetece, quizás otra noche.

—¿Estás bien?, puedo decirles a los chicos que me quedo y hablamos... noto por tu voz que no estás bien.

Mew negó.

—No, emm...que va, estoy genial... tranquilo, divertiros.

—Ok amigo, como quieras.

Mew colgó y echó un vistazo a la habitación, ésta estaba a oscuras y comprobó que su compañero no estaba, aunque no le extrañó pues no era raro que Mark se quedaba a dormir con su novio en su cuarto, que estaba dos habitaciones más al fondo del pasillo.

Finalmente, este se desveló pues imágenes de Gulf y su novio, azotaban su mente atormentadolo sin piedad, así que tras ir al lavabo y mojarse la cara, decidió bajar al salón común, así que cogió su única compañía y empezó a tocar.

De repente el salón se llenó de gente y este muy abrumado, se levantó para irse.

—No te vayas hombre... sigue tocando la guitarra, no  nos molestas—le dijo uno de los chicos que estaba allí.

—Si venga tranquilo, además no lo haces tan mal—dijo otro riéndose.

Este no les escuchó y siguió su camino, iba a volver a la habitación pero recordó la sala de música de la que disponía el edificio de estudiantes, así que fue a comprobar si estaba vacía.

Con alivio, comprobó que si lo estaba, así que finalmente se metió en la «cueva de música», que era como los estudiantes la llamaban y comenzó a tocar.

Aunque su corazón y su ánimo no estaban mucho por la labor, repercutiendo negativamente en su preciosa voz, Mew se dejó llevar, creando una burbuja que lo aisló completamente del hostil mundo que lo rodeaba

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Aunque su corazón y su ánimo no estaban mucho por la labor, repercutiendo negativamente en su preciosa voz, Mew se dejó llevar, creando una burbuja que lo aisló completamente del hostil mundo que lo rodeaba.

(...)

Gulf salió a pasear por los alrededores del campus para pensar en sus cosas pues no había podido dormir y entonces, al pasar por la fraternidad vecina, se sentó en la piedra, desde la que había estado escuchando una hermosa música la otra vez.

Este estaba realmente muy triste por todo lo que le estaba pasando con su novio, del cual estaba planteándose separarse pues ya no sentía lo mismo que antes.

Desde que habían comenzado en la Universidad, ya no se veían tanto pues sus distintas carreras y sus actividades, al parecer los estaban separando irremediablemente.

Además, estaba el hecho de haber perdido uno de los jerseys, los cuales le ayudaban a mantener el recuerdo vivo de su querida madre, por lo que escuchar esa misteriosa voz, la había hecho de alguna forma, olvidarse de esos problemas y tristezas, haciéndole sonreír.

Este se quedó chafado, cuando tras estar un rato allí no se escuchó música alguna pero si un gran revuelo que salía del salón de esa fraternidad.

Sin pensárselo dos veces, el moreno caminó hacia el interior del edificio, encontrándose con varios chicos que se le quedaron mirando y empezaron a silvarle y a piropearle.

...—Hey guapo, ¿estás perdido?— le preguntó uno levantándose de una mesa donde jugaba a las cartas con otros tres.

—Ven a hacernos compañía precioso, aquí estamos muy solos —dijo otro en alto, mientras seguía jugando a la consola.

Gulf los miró fruciendo el ceño.

—Ayer escuché a alguien tocar la guitarra, lo estoy buscando, ¿Es alguno de vosotros?—preguntó mirándolos a todos y comprobando que ninguno portaba el instrumento.

—Ah... seguro que ese del que hablas es Suppasit pero solo es un aburrido y un friki.... Nosotros somos más divertidos, cariño—respondió otro chico haciendo que los demás se rieran.

Un chico alto y delgado, se le acercó y le señaló el camino hacia la cueva, por lo que el moreno caminó hacia allí, con la intención de conocer al chico del increíble talento.

Tras encontrarse con un chico de espaldas a la cristalera, el cual cantaba y tocaba una linda canción, el moreno sonrió y se detuvo a disfrutarlo.

Cuando Mew terminó su canción, este se giró y entonces se encontró con el moreno mirándolo, el cual lleno de vergüenza, le sonrió y acto seguido echó a correr fuera de allí, dejando al mayor completamente perplejo

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Cuando Mew terminó su canción, este se giró y entonces se encontró con el moreno mirándolo, el cual lleno de vergüenza, le sonrió y acto seguido echó a correr fuera de allí, dejando al mayor completamente perplejo.

Cuando Mew terminó su canción, este se giró y entonces se encontró con el moreno mirándolo, el cual lleno de vergüenza, le sonrió y acto seguido echó a correr fuera de allí, dejando al mayor completamente perplejo

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20. El chico de azul -Mewgulf- TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora