Liberación

Liberación

Aclaraciones: nada me pertenece. Todo es sin ánimos de lucro, solo por mera diversión.

Pareja: Theodore/Hermione.

Este OS es para el Amigx Secretx de Archivo Theomione.

Palabra escogida: Intensidad.

Ivana Eärendel Morgentern. Ligando para que sea de tu agrado. Con mucho cariño y prisa >.<

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Caminaba a prisa, sin atreverse a soltar la mano, que de manera delicada pero firme, la obligaba a mantener el paso que se le dificultaba a cada tanto. Sintió un punzante dolor brotar de su interior y apretando los dientes con fuerza mitigó lo que seguro sería un grito, que no haría más que alertar todo Mortifago habitante de la formidable Mansión.

-Theo, detente. –Tomó una bocanada de aire.

Él se volvió y sujetando su rostro la obligo a mirarlo a los ojos.

-Sopórtalo un poco más y seremos libres. –depositó un breve beso en sus labios –solo un poco. –volvió a unir sus manos para liderar el paso por el interminable pasillo.

Theodore era consciente del malestar de su castaña, pero también conocía su fuerza, esa misma fuerza que lo llevó a fijarse en ella, a protegerla y enamorarse sin siquiera haberlo visto venir. Le prometió sacarla de ese lugar y aunque su vida dependiera de ello, ella estaría a salvo.

No se atrevía apartar la vista del frente, pero sentir su mano unida a la suya, le calma tanto, como le preocupa. Todo podía salir mal.

Nunca fue fácil admitir lo que Hermione le hacía sentir, se lo negó tantas veces como todo buen Slytherin, pero demonios, todo era nuevo con ella... diferente, un respiro que necesitaba de toda la porquería que era ser un Mortifago en ese nuevo orden. Era imaginar una nueva vida, llena de posibilidades y solo entonces inicio el plan que, en el mejor de los casos, los llevaría a ambos tan lejos donde nadie sería capaz de encontrarlos.

Escalera abajo y las puertas principales ya se vislumbraban antes sus ojos. Esta vez, Theodore la mira y capta su sonrisa.

-Debemos llegar a los límites del bosque. –le hace saber midiendo su tono de voz.

Como previó, Nott encuentra las puertas sin ninguna restricción. Hermione inmediatamente siente el césped húmedo al hacer contacto con sus pies desnudos y fue entonces más palpable la libertad. Cruzaron el inmaculado jardín sumergidos en la penumbra de la noche hacia el bosque. Theodore la apremia en acelerar el paso y aunque las ramas han comenzado a lastimar sus pies no puede importarle menos cuando todo estaba por terminar.

Tres horas antes....

La vida no marchaba como lo imaginó. Su vida no era simple o tranquila, como tal vez deseó en algún punto donde la guerra soplaba en la nunca de todos. Obligada a vivir sin realmente hacerlo. Ahora protegida y vigilada por los Mortifagos, que meses antes, se empeñaban en matarla.

Morir sería una opción menos descabellada, que ser ratón de experimento. Por supuesto, la joven bruja no contaba con el derecho de elegir entre dichas opciones.

Ciertamente su existencia era menos miserable que la de muchos otros hijos Muggles. Las torturas se habían detenido una vez que desistió en la resistencia; tampoco se encontraba arrojada en un calabozo muriendo de hambre o debido a torturas. Pero definitivamente estaba lejos de ser vida, ser utilizada como incubadora humana.