Capítulo 22

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Cassie Walker, miércoles 5 de agosto.

Por supuesto las cosas habían cambiado en casa, en muchos sentidos...

Un mes completo viviendo con Ashton, el cual me atrevo a decir ha sido increíble. Claramente hubo modificaciones, ejemplo de eso: Dan no dormía conmigo, teniendo que escapar todas las noches para meterse en la habitación de su novio, ya que, dormía todas la noches junto a él.

Dawson no volvió a pisar su cuarto, bien exagero un poco pero no durmió más en su antigua cama, porque compartíamos la misma todas las noches, como solíamos hacerlo antes. Volvió a ser un ser irritablemente amoroso, sonriente y feliz.

Las primeras semanas Mike estuvo gruñón y eso era realmente muy extraño, sobre todo su comportamiento con Ashton y la inusual desaprobación hacia nuestra especie de relación, eso cesó con el paso de las semanas y agradecí infinitamente aquello.

Con respecto a Zack nos distanciamos un poco, debido a los irritantes celos de Ashton, pero como siempre ese adorable chico con el que trabajo ha comprendido todo a la perfección sin presionar nada.

Hoy es un día importante, por fin me sacarían las vendas y el yeso de mi brazo. Sería libre al fin de subir escaleras y  tener autonomía para no depender de nadie. No puedo negar que toda la atención había sido maravillosa, pero después de tanto tiempo se había vuelto un poco molesto, específicamente Dawson, controlando todos mi pasos y cuidándome como si fuese un bebé.

Aunque no podía quejarme, Ash se encargaba a la perfección de todos mis asuntos; llevarme a clases, a rehabilitación, controles médicos y hasta de compras.

Esta vez sería Dan quien me acompañaría a mi control médico, no obstante el tipo controlador con quien dormía cada noche insistió en ir a dejarnos y luego pasar por nosotras, cuando estuviésemos listas.

Mi rubia amiga se encontraba en el tocador, mientras yo esperaba pacientemente que la enfermera cortara todo el yeso de mi brazo. Me agrada que fuese una chica nueva, alegre y con vocación, no como la otra amargada quien solo me miraba de mala manera y a mis espaldas le hacía ojitos a mí Ashton.

Cuando termina de sacarlo por completo, lo examina con cuidado y coloca solo un pequeño parche sobre la cicatriz que había quedado justo sobre la cara de la medusa que tengo tatuada. Sonríe ladeando su cabeza — Sácame de una duda — dice entrecerrando los ojos. Yo asiento con tranquilidad — ¿Tú novio es un chico alto, de ojos azules, verdad? — extrañada por su pregunta agito mi cabeza asintiendo nuevamente, pero un poco más desconfiada. — ¿Él siempre te acompaña, cierto?

—  Sí. — respondo secamente, confundida.

—  No creas que me gusta como a todas acá — dice entre risas tapando su boca con la palma de la mano — Yo solía vivir en el mismo lugar y conozco a sus padres, su papá es una persona poderosa, pero bueno que te digo... tú debes saberlo.

—  Si, lo conozco — y como no acordarme de aquel extraño señor — ¿Cuál es el punto? — cuestiono sin entender absolutamente nada.

—  Sí, claro — sonríe un poco inquieta — El punto es que... — duda un momento.

—  Puedes decirlo, no creo que sea nada grave, ¿o sí? — por favor, no más sorpresas desagradables.

—  Bien, no es de mi incumbencia pero creo que deberías saberlo. — toma un respiro dramáticamente profundo — El día que yo entré a trabajar con el Dr. Blandon fue el día que tu tuviste el accidente y los oí hablando sobre tu recuperación.

Pasmada en mi asiento, miles de posibilidades se cruzan en mi mente, una peor que otra y me culpo mil veces por ser tan mal pensada.

—  No lo oíste de mí, ¿está claro? — advierte nerviosa.

Yo nunca, nunca [TERMINADO] [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora