chapter seventeen

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Alba cerró los ojos luego de que aquel encuentro terminase, Natalia aún yacía sobre su pecho así que aprovechó la cercanía para acariciarle con suavidad la nuca con sus cortas uñas, arrancándole pequeños soniditos placenteros a la chica de los ojos oscuros. Su pecho comenzó a subir y bajar con mucha más lentitud en comparación a como lo hacía un par de minutos atrás y a pesar de que aún estaban unidas gracias a las zonas más sensibles de su cuerpo, la rubia no podía describir ni pensar en algún momento de su vida donde se pudiese sentir más en paz o más completa que ahora.

La chica de ojos miel verdosos era capaz de notar que su mejor amiga estaba incómodamente sujetando todo el peso de su cuerpo en uno de sus brazos, el cual estaba apoyado cerca de sus hombros. Así que haciendo uso de una de sus manos, la cual no estaba ocupada regalándole caricias a Natalia, la obligó a relajarlo para que así su cuerpo terminase por caer contra el suyo. Si bien al principio sintió una presión en el pecho que le robó el aliento momentáneamente, pronto se disipó.

"Sabes que me encanta que me aplastes." le recordó en un murmuro, recibiendo como respuesta una pequeña risita que chocó contra la sensible piel de su cuello, donde Natalia aún escondía su rostro. Le provocó unos escalofríos que se sintieron muy parecidos a unas hormiguitas recorriendola de pies a cabeza, así que, a ciegas, Alba comenzó a dejar unos pequeños besos en la piel de la sien de su mejor amiga.

Cree haber escuchado que Natalia susurró algo muy parecido a un "Te quiero," contra su piel, pero Alba no respondió al no escucharlo con claridad.

Y eso, sin que la chica más bajita lo notara, provocó que la pelirroja se comenzara a apartar con delicadeza, sintiendo como el corazón se le encogía un poquito dentro de su pecho al pensar que esa muestra de cariño no había sido correspondida.

Lo siguiente que Alba recuerda fue acomodarse contra la almohada mientras Natalia, quien ahora se había recostado a su costado, le rodeaba la cintura con uno de sus definidos brazos, sin duda las rutinas de ejercicios estaban logrando maravillas, para acercarla más a ella. Recuerda haberle regalado una pequeña sonrisa antes de apoyar su mejilla contra su hombro y dejarse llevar por el cansancio que le había provocado la alocada forma en la que se habían arreglado. Porque lo habían hecho, ¿verdad?

La rubia quedó dormida dándole vueltas a lo raro que la había hecho sentir ver la reacción de su mejor amiga ante todo lo que había ocurrido con Carlos, casi como si ella... hubiera estado celosa.

Pero no pudo darle muchas más vueltas al asunto, porque antes de que pudiese darse cuenta, había caído en un profundo sueño.

Hasta que, un par de horas más tarde, comenzó a despertarse porque los rayos del sol estaban acariciándole el rostro de una forma un tanto molesta, ya que ninguna de las dos había recordado cerrar las persianas la noche anterior. Sintió a Natalia desperezarse los músculos a su lado, estirando los brazos por sobre su cabeza y bostezando un poco bastante exagerado.

"Deberíamos levantarnos," le susurró esa voz, un poco más ronca producto del sueño, que conocía demasiado bien.

Pero Alba no quería abandonar ese calor debajo de las sábanas ni mucho menos la pequeña burbuja en la que ambas se habían perdido del resto del mundo, así que, asumiendo que la chica del septum ya había abierto los ojos, se limitó a negar con un par de movimientos de su cabeza y a abrazarse a su cuerpo imitando a un tierno koala, haciendo uso de toda fuerza, por muy poca que fuera.

"Albi..." Natalia le advirtió divertida. "De verdad, para que tomemos desayuno. Mi padre debe haberse marchado ya con Santi a la práctica de fútbol. ¿Quieres ducharte primero tú?"

Pero la chica rubia solo se limitó a volver a negar y a abrazarse más a su cuerpo, obligándola a quedarse allí bajo las suaves sábanas, arrancándole un suspiro a la chica del septum. "Venga, Albi... que en nada sube mi madre para despertarme si no bajo y si nos ve así... Quizá ni deje que te vuelvas a quedar a dormir." Dijo mientras intentaba apartar los brazos que se aferraban con fuerza a su cuello, y los muslos que estaba envuelto alrededor de su definida cadera. Una vez que lo logró, se sentó al borde de su cama y escaneó el suelo de su habitación para buscar la ropa que vestía la noche anterior y que había sido arrancada de su cuerpo con desenfreno hace tan solo unas horas atrás. Una vez que encontró sus bóxers se fijó por encima del hombro y las mejillas le comenzaron a arder cuando notó que Alba se había acomodado, apoyando parte de su peso al enterrar el codo en el colchón y apoyando su mejilla contra su mano, mientras miraba atentamente cada uno de sus movimientos.

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⏰ Última actualización: Mar 30, 2021 ⏰

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Remember everything will be alright || (Albalia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora