Lo había visto todo el día caminar con esas ropas ceñidas, con ese vestido tan rojo como la sangre, y finalmente se sentía incapaz de contenerse; la necesidad de hundir su rostro en la piel blanca, morder y saborear, y dejar las tan ansiadas marcas del amor. El temible Hua Chengzu ama y desea a su esposo más que a nada en este mundo.
A veces en las noches solitarias, cuando Xie Lian aún está en los cielos, imagina que todo es un sueño; piensa en su mente retorcida que quizá sólo está agonizando en el campo de batalla, y nada de esto es o será la realidad. Pero cuando las lágrimas comienzan a punzar y la energía demoníaca quema en sus manos, unos labios suaves se posan en los suyos, y con facilidad se olvida de todo el dolor.
Xie Lian pasaba muchas noches fuera últimamente, el cielo lo tenía ocupado. Inevitablemente Hua Cheng estaba celoso; quería a su esposo para sí mismo sin compartirlo, sin prestarlo, para amarlo y cuidarlo todo el día, y llenarlo de besos y mimos.Cuando Xie Lian notó su malestar, decidió no presentarse a algunas reuniones y jugar un poco con Hua Cheng ¿Que es lo peor que podría pasar? Quería complacer a su esposo esta noche, y quizá la siguiente también. Así que preguntó indiscretamente si quería algo, y Hua Cheng simplemente dejó escapar un suspiro, diciendo que solo lo quería a él.
¡Que fácil de leer eres, San Lang!Hace unos meses, durante un paseo en la ciudad fantasma, pasaron junto a una tienda con varios vestidos fabricados con la piel y los nervios de algunos demonios eroticos; a pesar de lo grotesco que suena, la calidad es increíble. Y lo mejor de todo, el aroma impregnado naturalmente en esos demonios es afrodisíaco cuando una persona bonita lo lleva puesto, así que Xie Lian decidió aprovecharlo.
Tambaleaba las caderas con gracia, ceñido en el compacto vestido rojo, sus brazos y piernas descubiertos brillaban; la piel blanca parecía anhelar unos dientes afilados en ella.
Caminó algunos pasos hasta llegar al trono, Hua Cheng lo esperaba sorprendido y atontado, su ojo parpadeando y Eming revoloteando como un salmón fuera del agua. Xie Lian quiso sonreir, pero eso arruinaría su actuación.
En cambio, se arrodilló; apoyando sus blancas manos en los muslos abultados de Hua Cheng, impidiendo que se levantase."Gege..." murmuró, pero Xie Lian presionó su rostro entre las rodillas del más alto, sin llegar a su entrepierna.
"Este humilde" humedeció sus labios "desea complacer a Hua Chengzu" sus caderas lucían aún más rellenas estando en el suelo, su espalda curvada y su trasero inclinado hacia afuera "¿Aceptará esta pobre ofrenda?"
No pudo contenerse y espió, levantó un poco sus ojos almendrados y vio un sonrojo violento en todo el rostro de su esposo, Hua Cheng era enormemente feliz y no sabía que hacer, así que simplemente asintió. Lucia genial, inclusive estando atontado y sin palabras.
Xie Lian dirigió sus manos bajo la túnica de Hua Cheng, desabrochó el pantalón y con cuidado tocó el bulto palpitante bajo sus dedos. Ni siquiera un supremo podría soportar la provocación de un afrodisiaco aromático como este.
Apartó las telas y dejó que el pene de Hua Cheng saliera, el aroma del erotismo invadió cada rincón y ambos quisieron salirse de personaje y coger ahí mismo. Pero Xie Lian se había esforzado demasiado planeando esto."Este humilde espera saciar todos los deseos de Hua Chengzu"
Y por más que Hua Cheng lo negara, amaba cuando Xie Lian se dirigía a él de esta forma. Cuando tomaba la iniciativa y golpeaba en sus puntos más suaves.
Pasó un mechón detrás de su oreja, sostuvo con su mano el pene erecto y palpitante del demonio supremo y sonrió un poco. Los labios del Príncipe Heredero eran suaves y abultados, el interior de su boca cálido envolvía completamente su miembro, cada vena y rincón parecía encajar perfectamente en la garganta estrecha e inexperta del dios.
Poco a poco los ojos de Xie Lian se humedecieron, el sonido obsceno de los líquidos invadía el pabellón, su lengua golpeaba contra la coronilla rozada de vez en cuando y la saliva se derramaba en pequños hilos translúcidos, empapando la túnica y sus manos.
Hua Cheng mordía sus labios con fuerza, dejando que algunas gotas de sangre se derramen sin rumbo. Su ojo estaba nublado, el placer invadiendo lo más profundo de su mente, bloqueando cualquier otro pensamiento. Dirigió una de sus manos al cabello de Xie Lian y la apoyó allí, empujando sus mechones un poco para que tragase aún más.
Sabía a almizcle y almendras.
El agraciado Dios separó su boca de allí, observó con una distancia aceptable y sonrió. Hua cheng lucia adorable así de avergonzado, sumido por el deseo, así que lamió la extensión del miembro, con cuidado, y luego dejó cientos de besos en todas partes. Las venas palpitaban contra sus piel, el calor abrazaba su rostro. Volvió a meterlo entre sus labios, suspiro y empujó con fuerzas dentro y fuera, Hua Cheng había comenzado a gemir con algo de control. Luego de unos pocos empujones más, finalmente Xie Lian fue bañdo con la dulce semilla de su esposo, tragando todo lo que se disparó en su boca, y lamiendo las gotas que acabaron en sus manos.
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Dulce; HuaLian
FanfictionXie Lian busca compensar su ausencia de las últimas noches, dejándose envolver y llenar por el desbordante amor de su esposo; Hua Cheng ama con locura cada parte del príncipe, y no tiene problema en dejarse someter por su juego una noche.