—¿Estás escuchándome? —Hoseok tronó los dedos frente al rostro de Yoongi, quien se había perdido mirando a la nada desde hace más de cinco minutos sin reparar en las palabras del menor.
Yoongi parpadeó hasta recuperar la consciencia e hizo una mueca incómoda como disculpa. El pelirrojo simplemente restó importancia agitando una de sus manos en el aire.
—¿Era algo importante? —Dijo con pena. Sintiéndose mal por no haber puesto atención, pero le había sido inevitable después de creer ver el cabello alborotado de quién ocupaba su mente todo el tiempo desde hace unas cuantas semanas atrás pasar por detrás de Hoseok y perderse en una de las mesas dentro del restaurante.
Su mejor amigo le había citado para comer juntos ese día aprovechando la hora y media que Yoongi tenía como descanso en su trabajo. Un restaurante de cortes no muy lejano a la agencia, se podía llegar rápidamente a pie para después comer y volver puntual a su estudio. Le gustaba mucho ese lugar, la comida era buena y la terraza donde le gustaba sentarse siempre estaba vacía, permitiéndole respirar el agradable viento fresco que el otoño le regalaba con cada caricia a su rostro. Los días se volvían cada vez más fríos pero a Yoongi eso no le molestaba, al contrario, era fanático de poder usar toda la ropa que en su clóset aguardaba pacientemente al invierno para mantenerle calientito. Disfrutaba felizmente de colocarse las bufandas alrededor de su cuello y los beanies cubriendo hasta sus orejas. Era su época favorita del año.
Hoseok había insistido mucho durante esos días para verle haciéndole sentir un poco presionado en realidad. Trató de evitarlo lo más que pudo pues sabía que la finalidad de aquella reunión era tocar el tema que no había podido culminar en la llamada telefónica que tuvieron, y, si tenía que ser sincero, deseaba que simplemente le soltase el asfixiante interrogatorio en lugar de comenzar con ese parloteo absurdo de si el café debía llevar azúcar morena o azúcar glass para ser saludable.
—No. Está bien, Yoon.— Le sonrió mientras giraba con las pinzas metálicas los trozos de tocino que se estaban asando en la parrilla al centro de la mesa. —¿Qué tal van las cosas con Suran? — Dijo después de minutos donde sólo los sonidos de los cubiertos estrellándose a su alrededor se escucharon.
—Mhm. —Respondió.
—Que emocionante. —Río por la ironía de su comentario.
—Supongo ese es el problema. No hay algo específicamente emocionante en lo que tenemos.
—Ya no somos chiquillos en preparatoria, Hyung. Las relaciones a nuestra edad son así. —Se encogió de hombros mientras tomaba una hoja de lechuga del bowl que había dejado el mesero minutos atrás, le colocó arroz y después un trozo de carne para metérselo a la boca.
—Lo cotidiano no es sinónimo de aburrido, Ho'. Apuesto a que hay muchas cosas de Taehyung que aún te hacen sentir extrañamente cautivado. —Imitó la acción de su amigo, acompañando el bocado con un poco de salsa de frijol negro.
—¿Por eso estás viendo a Jimin de nuevo?
Yoongi casi se atraganta. Tuvo que toser y dar un gran sorbo a su té helado para recuperar la compostura luego de que el nombre del rubio hiciera eco en sus tímpanos.
—Lo dices como si estuviera siendo infiel. —Se limpió las comisuras de sus labios con una servilleta, un poco ofendido. Yoongi podía catalogarse en muchos defectos que reconocía de sí mismo sin problema, pero la infidelidad y traición no estaban en esa lista.
—Yo no he insinuando eso.— El pelirrojo sonrió, aunque no era una sonrisa amigable ni mucho menos confidente. Al mayor le dio la impresión de que se estaba burlando de él. —De cualquier forma, no has negado que le has visto. — Se encogió de hombros.
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Ex Novio 🌼 YM
أدب الهواة-Yo creo que has cambiado mucho desde entonces. -La única diferencia notoria es que perdí algo de peso. -Yoongi se percató al instante que Jimin intentaba descaradamente dirigir la charla a otro punto donde no fuese dejado en evidencia, y pese a su...