Capítulo 6

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Levi:

—Capitán, debemos salir ya, ¿iré a despertarla? —Miro hacia Petra.

—No, yo iré.

Me encamino hacia su cuarto cuando Petra me detiene.

—Quizá ella prefiere que vaya una chica... —susurra cohibida.

—No recuerdo haberte pedido opinión.

—Lo siento...

Me alejo de ella, yendo hacia la habitación de _____. Recuerdo mi conversación de ayer con Petra, entonces no parecía importarle mucho lo que ella prefiriera o no. Simplemente parece no gustarle. ¿Parece gustarme a mí?

Solo es una cría.

¿Cuántos años tendrá?

No voy a preguntárselo.

Abro la puerta, y como no, la encuentro durmiendo profundamente, con las mantas tapando hasta la mitad de su rostro y ambas manos por encima. Desde que empecé a despertarla casi todas las mañanas, me ha impresionado su pelo, tan sedoso que ni después de dormir está enredado, tan solo esparcido suavemente sobre la almohada. Cojo la silla que tiene en una esquina de su cuarto, y la coloco al lado de la cama, frente a ella, y me siento, observándola un pequeño instante. Que pueda dormir, y aparentemente tan tranquila, con la vida que lleva, me resulta fascinante y relajante a la vez. La paz que desprende mientras duerme me envuelve, y es en estos momentos cuando más relajado me siento.

Me planteo dejarla dormir y quedarme aquí mirándola, pero sé que no es posible. Recojo un pequeño mechón que se cruza por su cara, y formando una pequeña e improvisada brocha con las puntas, la paso por debajo de su nariz repetidas veces. Ella frunce el ceño y pone caras extrañas, intentando apartarme con sus manos y acertando a sujetar la mía, todavía dormida. Sonrío y la miro dormir con cara de enfado mientras abraza mi mano cerca de su cara.Me cae mejor de lo que me gustaría admitir. Me pregunto si seguirá enfadada conmigo... Por lo del juicio, por cómo la traté ayer por la noche... Su rostro se va relajando, y acariciando su cara contra mi mano, comienza a sonreír suavemente.

—Hueles bien, Levi.

Tan solo lo balbucea, pero puedo entenderla perfectamente. Se me abren los ojos.

¿Qué cojones se supone que estás haciendo, Levi?

Aparto mi mano de su cara, y ahora sí que me dispongo a despertarla.

—Arriba. —Me levanto y arrastro las mantas hacia los pies de la cama, quedándome de piedra mientras la observo. No soy capaz de moverme, ni de saber si el tiempo pasa rápido o despacio, o de saber si su reacción es veloz o no.

—¡LEVI! —En cuanto la escucho gritar me doy la vuelta, y esta vez no me importa que no se dirija a mí de forma apropiada.

—¡Lo siento! —Me siento congelado en el sitio.

—¿¡Qué haces!? —No sé ni que responderle.

—¿Desde cuándo duermes así? —pregunto, girándome ligeramente, de forma inconsciente.

—¡No te des la vuelta! —Vuelvo la vista al frente rápidamente—. Desde que no tengo nada que ponerme para dormir aquí.

Esto se ha puesto muy incómodo.

—Tenemos que salir. —Intento volver la situación lo más fría posible y me doy la vuelta, mirándola a los ojos, sin despegar la vista de ellos—. Cuánto antes.

—¿¡Puedes volver a darte la vuelta!?

—No hables como si me interesara mirar a una mocosa como tú, casi podría ser tu padre, y eso es repugnante. —Su cara se vuelve completamente roja del enfado, y yo muevo los ojos por la habitación, intentando apartar la mirada lo máximo posible de ella, que está sentada en la cama de rodillas y con las mantas tapándola, no por completo. Sobre el pequeño baúl que tiene a los pies de la cama está su uniforme, lo cojo y se lo lanzo—. Te quiero lista ya, o te prometo que nos iremos sin ti.

La oportunidad de besar tus labios (Levi y tú) [ COMPLETA Y EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora