La escapada

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Vale. Teníamos plan, hora y todo eso. Sólo faltaba esperar a que llegara el momento y actuar con normalidad. Creo que se nos daba bien.

Llegaron al fín las 3:15. Como habíamos planeado, Jake subió a la sala de cámaras a "visitar al vigilante", pasados 2 minutos, teníamos luz verde para entrar al laboratorio. Jake cerró la sala de cámaras con llave para que nadie entrara y bajó con nosotros.

Bien. Estábamos dentro. Había paneles con hojas escritas y dibujos muy raros en las paredes, pero eran de otros proyectos. Cómo no, habíamos previsto que habría sistema de seguridad. Para nuestra sorpresa, la esfera era lo único de la sala que estaba protegido, aunque sólo con un candado. Se veía que no tenían muy avanzado el tema de los sistemas de seguridad, pero bueno, mejor para nosotros. Lena habrió el candado con una horquilla de pelo.

-¿ Donde has aprendido a hacer eso?- preguntó sorprendido Jake-.

- No es tan difícil...- respondió Lena riendo-.

Vi como Lucas se ruborizó, le pegué un codazo sin que los demás se dieran cuenta y le pregunté en voz baja:
- ¿ No estarás celoso, no?

Que risa.

- ¿ Q- qué? ¡N- no!- tartamudeó- ¿ por qué iba a estarlo?

Me reí por lo bajo y seguimos con el plan. Jake había sacado la esfera cuidadosamente de la urna de cristal donde la habían metido y la había puesto en el escritorio. Encima de muchos papeles. Me fijé en uno de ellos, era un escrito sobre la esfera.

- Chicos, parece que la reina Nevada y algunos de los científicos ya sabían de la existencia de la esfera antes de que llegáramos- dije desconcertada-.

- Es verdad, y parece que es muy valiosa- añadió Lena que también empezó a leer el papel- ¡ Dios mío! ¡La han estado buscando durante siglos!

Eso explicaba por que se querían librar de nosotros, si descubríamos lo valiosa que era la esfera no querríamos dársela.

- ¡Hey! - continuó Lucas que había estado inspeccionando otro folio- al parecer, la " esfera", tiene un nombre. Se llama "Ciodora". Viene de... un pueblo que existió hace un milenio.

¿ Ciodora? Me iba a costar aprenderme el nombrecito.

- Venga, coged los papeles que tengan información de la Ciodora y vamonos, que nos quedan 15 minutos antes de que vuelvan los científicos- nos recordó Jake-.

Obedecimos, comprobamos que no había nadie y salimos de allí. Cerramos la puerta detrás de nosotros e intentamos correr en silencio. Bajamos las escaleras de caracol.

Los guardas de la puerta, se nos habían olvidado.

-¡ Eh, eh! Esperad. Guardaros los papeles en los bolsillos y actuad con normalidad. Les diremos a los guardas que vamos a dar un paseo- les dije en voz baja-.

- Pero hay que esperar a Lucas, que ha ido a recoger comida por si nos da hambre, que no hemos almorzado aún- concluyó Lena-.

Así que nos quedamos en silencio esperando en uno de los peldaños de aquellas infinitas escaleras. Lena se sentó y yo me apoyé en la pared a la que estaba pegada la escalera junto a Jake. Nos miramos unos segundos, pareció que iba a decir algo pero al final se quedó callado, así que volvimos la cabeza y nos hundimos cada uno en nuestros pensamientos.

Cuando volvió Lucas bajamos de prisa las escaleras sin decir nada. No nos quedaba mucho tiempo antes de que alguien se diera cuenta de nuestra fechoría.
Los guardas de la puerta nos dejaron pasar y salimos tranquilamente, cuando ya no nos podía ver nadie, echamos a correr hasta la puerta levadiza de la muralla. Justo cuando íbamos a cruzar la muralla escuchamos a alguien de dentro gritar algo que interpretamos como alguien que nos estaba delatando. Corrimos y cerramos la puerta detrás nuestra. Suerte que el profesor de educación física del Instituto nos hacía correr 20 minutos cada clase. Ahora, a correr.

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