𝕮𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 23

263 13 0
                                    


Narra _____

El maestro me observo por milésima vez, seguro pensando en que vere los apuntes, solo nos dijo que realizaremos un cuestionario sin ayuda de los apuntes, no es un examen, ¿entonces por qué tanto afán por que nadie mueva ni un solo músculo?.

—Tienen cinco minutos – hablo recordandonos que debíamos entregarle las hojas.

Y yo aquí, metida más en mis pensamientos y como reaccionare al tener al frente a Izan. Después de haberlo dejado en el parque, y sentirme mal por eso, pase toda la noche aclarando mis sentimientos y tome una decisión. Ahora la cosa era como se lo iba a decir.

—Tiempo –el maestro se paró y empezó a recoger uno por uno las hojas y justo a tiempo el timbre de salida al fin sonó.

Todos empezamos a meter nuestros cuadernos cuando el profesor nos interrumpió:

—Hey no, esperen –empezó deteniendo el paso de algunos que ya cruzaban la puerta–. Solo podrán salir los que realizaron su resumen –demandó y algunos empezaron a quejarse en voz baja y volver a sus asientos, incluyéndome.

¡Lo que me faltaba!

Si, no hice mi resumen, no tenía cabeza para hacer un resumen sobre el documental que vimos la semana pasada.

—No se iran a sus casas hasta que me entreguen ese resumen –nos dijo el profesor a los pocos que quedamos en el salón–. Así que a trabajar –fue lo ultimo que dijo y se sentó en su escritorio empezando a revista las hojas.

Solte un suspiro y saque una hoja y un lápiz para empezar y terminar lo antes posible ese resumen.

Narra Izan

Baje con rapidez las escaleras del colegio para poder encontrar a _____ en la salida y por fin poder hablar. No nos vimos en el receso y supuse que estaba haciendo algo importante o simplemente hoy no vino a clases.

Entre al chat de ella y no se conecto desde ayer, domingo, metí el móvil a mi bolsillo y segui esperando.

Media hora después y nada, no había ningún rastro de ella. Tal vez no vino, ¿por qué? No se, ¿habrá pasado algo? O ¿me está evitando?, no hablamos desde ayer y tampoco me atreví a mandarle un mensaje.

Debo admitir que pensé que _____ sentía lo mismo que yo, pero ahora estoy en duda al no tener respuesta de ella y creo que mejor es que hablemos hoy.

—¿Izan? ¿Que sigues haciendo aquí? –la voz de uno de mis amigos a mis espaldas me sorprendió.

Voltee para mirarlo.

—Nada –respondí formando una sonrisa forzada–. ¿Y tu que haces aquí? –le pregunté de igual forma.

—La profesora me retuvo. ¿Estas esperando a alguien cierto? –me respondió brevemente y me hizo esa pregunta que solo lo hacia para confirmar lo que sabía que era cierto.

—No, no importa. Ya me iba –señale al salida y empecé a caminar. Mi amigo me siguió el paso.

—Estabas esperando a tu amiga... –se quedó callado un momento intentando recordar su nombre– _____, si ella.

—¿Qué? –levante una ceja.

—Izan no te hagas, la esperabas a ella. ¿Te gusta verdad? –me codeo el hombro divertido.

—No, tal vez, si –dije finalmente.

—Y se nota que a ella también le gustas –agrego ignorando mis palabras. Lo miré frunciendo el ceño.

—¿Enserio? –pregunte pensando que me estaba haciendo algún tipo de broma.

—Si, y de lejos –bromeó con lo ultimo que dijo y yo volví la mirada al frente.

—Pues creo que no –concluí encogiendome levemente de hombros.

—¿Se lo dijiste? –soltó en un tono algo sorprendido.

Asenti.

—Y siento que me esta evitando –conté con la mirada en cada paso que daba.

—No lo tomes así, tal vez solo esta confundida –dijo no muy seguro de sus palabras–. Eran, bueno, son amigos y quizás  ella no tiene claro sus sentimientos y estas malinterpretando su comportamiento.

—No se –me encogi de hombros.

—No creo que te esté evitando –me dio unas palmadas en el hombro–. Que tal mejor porque no vamos a montar en skate y así sacas esas ideas de tu cabeza.

—Vale, buena idea –acepte más animado.

Esa tarde me reuni con mi grupo de amigos, tiempo que no me reunía con ellos fuera del instituto. La tarde pasó volando y sin pensar ya me veía regresando al departamento antes de que el sol se entre por completo.

Levante la mirada ya a unos metros del edificio y observé a alguien salir de este, me dio curiosidad y al acercarme más pude reconocerla, era _____, tenía la mirada en el suelo, por eso no la pude reconocer al instante. Parecía estar metida en sus pensamientos.

—¿_____? –me acerque más a ella y en cuanto levanto la mirada me dedico una sonrisa de lado–. Venías de... –no pude terminar la frase por un impulso que senti sobre mi, donde ella enredo sus brazos a mi cuello y sus labios se juntaron con los míos.

Me beso...














𝐌𝐞 𝐡𝐢𝐜𝐢𝐬𝐭𝐞 𝐨𝐥𝐯𝐢𝐝𝐚𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora