We Got Married - Yongseo couple ©

Capítulo 13

¿Dulces Vacaciones?

Seohyun miraba su propio reflejo. Habían pasado ya veinte minutos desde que se encontraba en el tocador. No tenía el valor de encontrarse con él, tan sólo miró aquella foto que Yonghwa había dejado en su teléfono.

—¿Qué es todo esto? —dijo para sí misma mientras contemplaba la foto—. Porque cuando me abrazó sentí que... que...

Su teléfono sonó ruidosamente, haciendo que diera un brinco. Se trataba de Tiffany.

—Unnie —dijo tratando de sonar tranquila pero no lo había logrado.

—¿Tan mal está la Luna de miel? Escuché que irían a una isla privada.

—Estar a solas con él sólo me confunde.

—¿A qué te refieres?

—Ni siquiera puedo entender mis propios sentimientos.

Tiffany opina

Cualquiera se confundiría con un beso como el que Yonghwa-ssi le dio a Seohyun. ¿No lo creen?

—Acaso... ¿te estás enamorando de él?

—No, no puedo enamorarme. Se supone que nuestro matrimonio es únicamente para salvar a BOICE. Además... además... es imposible que estemos juntos. Creo que hay muchas razones.

—Seo, siempre has sido muy madura. Tanto así que nunca hemos podido darte un consejo que funcione para ti, pero esta vez tienes que escuchar con atención. Vas a pasar mucho tiempo con el esposo Yong, hasta que se divorcien, tendrás que verlo. Sí están surgiendo otro tipo de sentimientos va a ser difícil para ti ocultarlo y sufrirás por ello. Tan sólo sigue a tu corazón. Estoy segura que él estará esperando por ti. He visto cómo te mira. Claramente se nota que está interesado. Es un idiota y sé que hay muchas probabilidades de que te lastime, pero no puedes vivir pensando que el amor sólo va a doler.

Seo se dirigió hacia allí, en donde se encontraba él. Sus pasos eran temblorosos, sabía que no podía controlarse. Su corazón latía con fuerza.

—Ven —dijo Yong extendiendo su mano para que ella la tomara. Seo vaciló por un instante, sin embargo, tomó su mano que se encontraba bastante cálida. De inmediato sus piernas temblaron.

—La sudadera —dijo ella. Quería hablar de algo. No entendía por que estaba actuando tan torpe. Esa sensación extraña de revoloteo recorrió todo su estómago—. ¿Es la sudadera que usé esta mañana?

—Sí. Ya que la usaste decidí usarla ahora. Me gusta el olor que dejaste en ella. Creo que la usaré por mucho tiempo. Ya es mi favorita.

Lo miró perpleja. No pudo evitar sonrojarse.

—¿A dónde vamos?

—¿Puedes adivinar?

—No me gusta adivinar.

—¿Debería cubrir tus ojos?

—No haga eso. ¿Qué es lo que planea? Desearía entrar en su mente y saber qué es lo que está pensando.

—Son pensamientos blancos. Puedes creerme.

Ambos entraron a una habitación amplia que contaba con una vista espectacular hacia la playa. Ya había oscurecido y aún así podía divisarse el mar golpeando la orilla. Se acercaron a la mesa en la cual varios platillos esperaban. Las velas alumbraban y la luz era tenue, suficiente para evocar un ambiente romántico.

Yonghwa empujó la silla para que ella se sentara. Había sido demasiado raro, él no solía hacer eso y por ello se notaba avergonzado de él mismo. Estaba haciendo esas cosas que nunca hacía para que ella se sintiera cómoda.