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Narrador Omnisciente

—¡_______! —Holly corrió hacia ella, saltando hacia sus brazos.

—¡Holly! —la saludó de la misma manera, haciéndole un poco de cosquillas —¿Qué haces a estas horas en la calle, pequeña? Deberías estar en tu casa cenando.

—La cena aún no está lista y mamá dijo que debíamos esperar a Jaeden —explicó.

Jaeden carraspeó, ganándose su atención —Hola a ti también.

Su hermana solo agitó su mano en forma de saludo, regresando la vista a ________.

—¡¡Holly!! —se escuchó un grito desde la casa de los Martell.

_________ la bajó con cuidado —Ve. Tu padres deben de estar buscándote.

La niña obedeció, corriendo de vuelta a su casa.

—Pequeña diablillo —Jaeden rió por lo bajo, viendo con cariño a su hermana.

—Ella me quiere más que a ti —lo molestó.

—Callate la boca —respondió rodando los ojos.

—¿En serio? Pensé que querías que callara mis ojos —mencionó con claro sarcasmo.

Él la miró con cierta diversión y confusión —Cada día te vuelves más rara.

______ hizo una mueca fingiendo que estaba ofendida. Se había acostumbrado a que le digan esa frase a lo largo de su vida —No soy rara.

Jaeden la miró con una expresión de burla —Ajá —respondió simplemente.

—Adiós, Leslie —se despidió, los dos yendo del lado contrario.

________ tarareó una canción adentrándose a su casa.

Lo primero que escuchó fue una risa muy peculiar pero conocida.

—Sam, ¿qué haces aquí? —preguntó con confusión.

Ella se encogió de hombros sin despegar la vista del televisor. Alice -su abuela- y ella estaban sentadas en el sofá viendo el programa que la primer nombrada normalmente suele ver a esa hora. —En mi casa no había nada divertido y Lou está en una cena familiar. Además, sabes que adoro ver éste programa con tu abuela.

—______, cariño, en la cocina ya está servida tu cena.

(...)

—Abuela, ya tengo todo listo para la clase —mencionó dejando algunos libros y cuadernos sobre la mesa.

—Bien, entonces empecemos —

—Uh. ¿Puedo quedarme en la clase? Prometo no hacer mucho ruido y no interrumpir —Sam sonrió mordiendo su labio inferior mientras apretaba sus manos, mostrando así su nerviosismo y emoción.

—Está bien, Sam —respondió Alice siguiendo con su camino escuchando como Sam soltaba un sonido de entusiasmo.

Sam Cooper era una curiosa sin remedio, soñadora e imaginativa. Una chica abierta a distintas posibilidades y creencias.

No era un secreto su gran atracción por lo extraordinariamente desconocido.

Siempre que podía preguntaba sobre lo que _______ sabía y, en ocasiones, habían cosas que volaban su cabeza. Cosas que jamás pensó que podrían ser reales o que se puedan hacer. Esa era la razón de su fascinación; jamás sabía sobre lo que le esperaba y, cuando se enteraba, ella sentía que un nuevo mundo se abría ante sus ojos y mente.

Porque, a pesar de vivir en Estados Unidos -un lugar un poco liberal-, la mayoría de habitantes de ese sitio se encerraba a una sola cosa. Creen que lo único correcto es lo que ellos conocen y niegan e insultan a todo lo demás.

Mi mundo al revés -Jaeden y tú- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora