−Mi nombre es Martina Stoessel, pero me puede decir Tini, señor− sonrío tendiéndole la mano.
−Señorita Stoessel, bienvenida− dice con desgana sin apartar su mirada de la computadora.
Confundida bajo mi mano.
−Espero que no vuelva a venir con esa rid...
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Pov Tini 🌷
–¿Y tu jefe dónde está?
–¿Cuántos días van a estar allá?
–¿Te tuvieron que anestesiar en el avión? ¿O solo te ataron?
–Queremos ver tu habitación.
–¡CALMENSE!– grito dejando la computadora sobre la cama –No podemos tener una video llamada normal si hablamos todos juntos.
Los cuatro asienten y se quedan callados.
–Ahora sí– suspiro –Empecemos otra vez. Hola má, hola pá.
–Hola Tinita– saludan al unísono.
–Hola Fran, hola Anny– saludo.
–Hola– sonríe mi hermano.
–Sigues sin responder ¿Y tu jefe?– repite la pelinegra con aire ofendido.
Ruedo los ojos y ganas de ahorcarla no me faltan.
–Es su "suite súper cara"– digo con enojo.
–¿Has pensado convertirte en su sumisa?– consulta para mi desgracia.
–¡Annabeth!– regañamos todos.
–Bueno, bueno, ya ni una broma se puede hacer...– me guiña un ojo y formula con los labios "piénsalo"
–Respondiendo sus preguntas: Ya lo dije. No sé, hasta que él diga que nos vamos. No. Y mi habitación es esta– me levanto con la notebook de la cama y giro la cámara para que vean alrededor.
–¡Guau! es todo muy elegante, lujoso y limpio– comenta mi mamá eufórica.
–Lo mismo pensé– asiento.
–¿Ya fuiste a explorar por fuera?– sigue preguntando mi mejor amiga.
–No, creo que no lo haré...tal vez tengamos que salir y deba acompañarlo– dejo la computadora nuevamente en la cama.
–¿Estás bromeando?– exasperada mira hacia arriba –Sos su secretaria, no su esclava, aunque lo propuse no aceptaste– piensa –Pero el punto es que te diviertas al menos hoy y mañana le ayudas con el trabajo.
–Pero...
–¡Al menos ve a ver si el hotel tiene piscina!
Francisco y mis padres asienten en acuerdo.
–Buenooo– sonrío –Ya los extraño ¿saben?
–Awww y nosotros a vos– dicen enternecidos.
Seguimos hablando de nuestro día y de cómo fue mi experiencia volando, cosa que los sorprendió tanto como a mí, hasta que me despedí de los demás y continué hablando con Anny.
–¿Hablaste con Tyler?
Niego, borrando la sonrisa que desde hace rato tenía.
