Capítulo 25

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  Denisa se encuentra totalmente perpleja por toda la información que su amigo, ahora, le ha dado respeto a su padre.
Con su taza de té entre sus manos y su mirada pérdida entre sus pensamientos,  ella piensa en hacer justicia. Como, no lo sabe pero lo hará. De momento irá a la oficina para que su padre le aclare todo, necesita que le explique por que quiso que se casara con Mauricio sabiendo que este le dijo que era gay.

Se despide de  Abel y Maurucio quedando como buenos amigos.

Se monta en su coche dirección a la empresa.
El recorrido ha sido muy largo, en su organismo sus nervios manan pero ahora no es el momento de ponerse a temblar es hora que salga la verdad a relucir.

Pasa dentro de la empresa saludando al personal, se monta en el ascensor marca la 10 planta, no puede dejar de jugar con sus dedos nerviosa. Al llegar a la planta se da un último retoque antes de salir del ascensor.
Camina por el pasillo con paso firme solo se escucha el ruido de sus tacones y su corazón martilleando tan fuerte que pareciese que se le iba a salir del pecho.

Agarrando bocanas de aire, toca la puerta al minuto su padre le da acceso para que entre,  de nuevo respira hondo varias pasando dentro.

-—Vaya hija, que te trae por aquí, dichosos los ojos que te ven un sàbado.—Argus se levanta para darle un beso a su hija pero ella permanece quieta como un tempano de hielo.

—Si papá he venido precisamente a que me heches un discurso.

Argus se da la vuelta, bordea su escritorio tomando asiento, cruza sus dedos para mirar fijamente a su hija.

-—Dime tu dirás, soy todo oídos.

-Exhala-Muy bien papá, pongamos las cartas encima de la mesa. 

-—Mira Denisa, no tengo tiempo para aguantar tus tonterías y comentarios de niña mal criada, si es referente a Macarena, olvídate. Ya he tomado mi decisión, la quiero, y quiero compartir mi vida con ella, te guste o no.

-—Ah, qué bueno papá, si me gusta como si no, cuando yo te dije que quería a su hijo, nos separaste para que no estuviéramos juntos sin importante mis sentimientos.

-— ¿Cuántas veces te lo voy a decir? Él se separó de ti por tú enfermedad.

-—Mentira ¡¡basta ya!!, Di la verdad, tú te encargaste de mentirle, llegando a decirle cosas feas como que me estaba muriendo y me emparejaste a Mauricio.

-—Lo hice por tu bien, si de verdad te hubiera querido no se hubiera comprometido con Adara. No seas tan imbécil por favor.

-—Se comprometió por que tú  lo restaste y le prohibiste que se acercase a mí, solamente tú tienes la culpa.

-—Por favor hija, asume tus responsabilidades no intentes evadirlas.

-—Vaya me lo dice un experto, y respeto a Mauricio lo he dejado.

-—¿Cómo? ¿que has dicho, niña malcriada?—-se levanta pegando un golpe en la mesa.

Denisa sigue retando a su padre, pero este no esta muy por la labor de sacarla de sus dudas, se va hacia ella la coge de ambos brazos zarandeándola mientras ella derrama lágrimas de furia. Se suelta de las manos de su padre comenzando a acusarlo.

-—Déjame  no me toques. Sí, lo he dejado por que es gay, y tú lo sabías, me engañaste para conseguir un buen contrato para tu empresa, me vendiste a un hombre que no quiero por tú avaricia.

-—¡¡Cállate!! con su mano abierta le da un bofetón, la mira con ira, muy despacio pero con su respiración agitada comienza hablarle
—Tú no te das cuenta todo lo que hecho a sido por ti, para que tengas un imperio, y así me lo agradeces.
Tú vas a volver con Mauricio porque yo tengo un acuerdo firmado, y no me lo vas a estropear por tus  necedades de niña consentida. Ahora mismo vas hablar con él y hacéis que no ha pasado nada, para después de mi boda tu te casarás con el.

-—¡¡NO!! y suéltamey déjame en paz porque no me voy a casar con nadie, no voy hacer nada de lo que tú me digas.

-—Denisa Dorkas...o haces lo que yo te diga o lo lamentarás.

-—A ¿sí?. Ponme a prueba padre.

-—No me vaciles por que vas a salir muy mal parada.

-—¿Es una amenaza papá?.

—-Ya lo verás...ya lo verás. Denisa, ahora fuera de vista, fuera—grita con furia Argus.

Ella aún con su cara roja, marcada por los dedos de la cachetada derramando lágrimas de ira se dirige hacia la calle, necesita aire, necesita desahogarse.

Va a montar en su coche cuando alguien la agarra del brazo. Se gira, es Dymas, mirándola desconcertado pregunta que le ocurre. Ella moviendo su cabeza en forma de negación pensando que ha hecho  para que este día sea tan especial.

-—Me ha llamado tu padre, que pretendes Denisa, como puedes ser tan mentirosa.

«El que me faltaba ahora, como que no he tenido bastante con mi padre ahora con este» Piensa para sus adentros

-—Hola Dymas, me alegro de verte.

-—Déjate de gilipolleces y contéstame, ¿Qué pretendes con contar esa mentira?

—-Vaya modos,  y suéltame ricura, o mejor te digo hermanito.

La cara de Dymas es todo un poema, achinando​ sus ojos al tiempo que aprieta sus puños —¿qué estas diciendo?

—-Anda, es que no te has enterado de que vamos a ser medio hermanos. Desde luego que tarde te llegan las noticias que nuestros papis se van a casar.

Ante esas palabras del modo como las dice Denisa no sabe si son ciertas o es todo una burla, pero él lleno de furia sigue mirándola desafiándola.

-—Déjate de cachondeos y contéstame, que pretendías con lo que le has contado a tú padre, contesta Denisa.

-—Déjame en paz pedazo de gilipollas, mira dame las gracias de que no hubiera pasado nada, y solo fue una discusión con mi padre, se me escapó sin más.

-—Que te se escapó, tú sabes las consecuencias que has traído, he discutido con mi novia por tú culpa.

— ¡EH!, para el carro hermoso, que fuiste tú el que me lo propusiste.

-—Y tu te dejaste, quería saber hasta donde llegan tus límites.

-Mis li..mi..tes...—dice ella nerviosa.

—-Si Denisa, mírate, eres una egoísta trepadora que solo quieres ser la protagonista de todo, yo para ti he sido solo un capricho. Por eso te propuse lo de acostarnos por que eres capaz de hacer cualquier cosa para lastimar a la gente.

Furiosa Denisa le da un bofetón a Dymas,-
—Mira hermanito, llevas razón he sido un estúpida por confiar en ti. Quizás he sido una idiota como para defenderte ante mi padre. Pero veo que tú no has cambiado nada, bueno si, ahora eres un rico vestido de pobre.

Denisa se monta en su coche dejando ahí plantando a un hombre confuso, ella no lo puede remediar pero sus lágrimas salen solas aun que se las limpie vuelven a brotar, las palabras de su padre le han dañado mucho pero las de Dymas le han destrozado hasta el alma.

No me Juzgues, Ponte en mi lugarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora