Capítulo I

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Me levanté como cada día para ir a estudiar.
Eran las 8 de la mañana cuando mi alarma sonó. Me vestí, desayuné, cogí mis cosas y me fui para el instituto. Al llegar estaba muy nerviosa por qué empezaba para mí una mueva etapa. Era mi primer día en el grado medio de administración y, la verdad es que no conocía a casi nadie, ya que mis amistades habían cogido otros caminos o simplemente habían dejado sus estudios.
Entré por la puerta delantera de mi instituto con mucha energía, y me dirigí hacia la sala de presentaciones para recibir el mismo discurso de cada año. Ahí nos dicen en que grupo vamos a estar todo el año y en que clase, nos dan instrucciones básicamente para que el curso nos vaya sobre ruedas. Cuándo dijeron mi nombre para irme con el tutor, un escalofrío de emoción recorrió todo mi cuerpo, no sabía como esconderme entre toda esa muchedumbre. Nos dirigíamos para nuestra aula cuando una vieja compañera me empezó a contar como habían sido sus últimos años, y aunque no le prestara mucha atención por los nervios, me tranquilizó estar hablando con ella.
Al llegar a la clase, decidí sentarme al fondo del todo, intentando pasar desapercibida.
La primera asignatura que nos tocaba era Inglés y la profesora hizo que nos presentáramos en dicho idioma. Cuando llegó mi turno, la verdad es que no sabía muy bien que decir, cogí las riendas de la situación y empecé a contar como me habían ido estos últimos años y cuáles eran mis aspiraciones de futuro, entonces solo escuché como una chica murmuraba con otra, - ya está hablando la empollona esta.- mientras a la compañera que se lo estaba diciendo solamente me miraba fijamente observando mi largo pelo y escuchando atentamente lo que explicaba. Mucha atención no le prestó a la otra chica.
Yo ignoré ese cometario por completo, hice como si no hubiera escuchado nada, y seguí haciendo mi discurso.
Sonó el timbre y lo único que quería era desaparecer y estar sola. Todos los nervios del día se habían apoderado de mí haciendo que estuviera realmente cansada, así que al final de las presentaciones en el aula, cogí mis cosas y me fui para casa, ya que por fin ese día de emociones había terminado.
Al llegar me esperaba mi pequeño bebe, el que sé que nunca me fallaba, mi gato. Me vino a recibir a la puerta como nunca. Se restregó contra mí y me maulló pidiendo cariño, solo él sabía como hacer que mis días fueran más amenos.
Pasaron las horas y fui recordando como había sido mi primer día de estudio, todos los momentos, los pensamientos..., era increíble todo lo que había sucedido en tan pocas horas.
Ese día agotador, pero emocionante, había terminado, así que cogí mi almohada y empecé a soñar.

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⏰ Última actualización: Jan 04, 2021 ⏰

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