·Parte Unica·

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Calidez

Ambiente que cubre la aldea de Konoha al presenciar como el brillante sol con un ligero tinte de naranja le daba la oportunidad a la luna de ser la protagonista en la noche, junto a algunas estrellas esparcidas en el cielo acompañando ese fondo tintado de negro, dándole un toque de luz.

En una de las calles no tan transitadas pasaba un rubio aparentemente distraído mirando el piso que en unos segundos pisara. Pateaba las piedras arrastrándolas en su camino indefinido hasta perderse en la calle cuando el rubio no pueda arrastrarla más. A simple vista parece tranquilo, tal vez solo quiera entretenerse con las rocas, pero la realidad mostraba su angustia y sus dudas, su mente maquinaba las razones por las cuales Sasuke estuviera tan a la defensiva con él.

Y es que recientemente tuvo una discusión elevada cuando llegaron de una misión, el pelinegro estaba irritado por ser salvado por Naruto en el momento en que estaba en peligro, se sentía débil por eso, se supone que el mismo tiene que salir de una situación riesgosa, ¡no ser salvado por su compañero de equipo! Eso quebraba su orgullo como si fuera un vidrio roto por golpeteos de un martillo.

Por otra parte, Naruto no sabía porque se enojo tanto por eso, ¡se supone que los amigos se ayudan! ¿no podía simplemente dejar pasar eso? El rubio al ver su situación fue a ayudarlo sin pensarlo, era un impulso, porque además de ser rivales, consideraba que entre ellos se forjo un lazo con el tiempo.

"Que complicado es, ttebayo", se supone que después de el tazón de ramen que le "invito" Iruka-sensei estaría menos estresado por el asunto, pero no, tenía que seguir pensando en la maldita distancia que los separaba en ese momento.

Al alzar la vista noto que ya no había gente transitando por esa calle, estaba en la esquina de su casa, pero antes de tomar camino a su cómoda vivienda vio un camino entre los árboles, él sabía a donde llevaba ese camino, había ido a entrenar unas cuantas veces en ese lugar espacioso que se encontraba en medio del bosque, decidió distraerse un rato para despejar su cansada mente y desvió su camino hacia el bosque.

Vaya su sorpresa cuando vio al causante de su angustia sentado en el suelo visiblemente agitado, "parece como si hubiera estado entrenando toda la tarde", pensaba el de ojos azules, sin saber que ese pensamiento no estaba muy alejado de la realidad.

En medio de ese suelo despejado de arboles, el pelinegro sintió la mirada penetrante de Naruto, provocándole una sensación de presión, miro hacia él encontrándose sus ojos azules observándolo, se vio en una incómoda situación por no saber que hacía en ese lugar donde recientemente había terminado de entrenar, pero ese sentimiento se fue a recordar la mirada que le dio al salvarlo en aquella misión.

Si, parece que el ego de Sasuke fue destrozado.

Desvió la mirada de el rubio dejando un silencio incomodo que ninguno se animaba romper.

Naruto al no saber qué hacer se sintió un cobarde y de inmediato quiso salir huyendo a refugiarse en su camita mientras apachurraba una almohada, pero intento desechar esa tensión y con la idea de resolver sus dudas lentamente se fue acercando a Sasuke, quien lo observaba por el rabillo del ojo. El ojiazul se sentó a su lado mirándolo y luego suspirar de manera exagerada.

—Sasuke, ¿Qué haces acá tan solito? Puede que te secuestre un fantasma y... —vale, ya estaba exagerando, se nota que no tiene temas de conversación.

—No pedí tu compañía —respondió sin mirarle, no quería discutir y estaba cansado como para pararse y dejar que se lo coman los supuestos fantasmas que ha mencionado.

—Bueno... —empezó rascándose la cabeza pensando en si seguir o no por m miedo a que empiece a discutirle como la vez anterior— es que solo te encontré, no pensé que estabas aquí, ttebayo.

Confesiones Bajo la Luna • NARUSASUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora