–¿Porque?– Me pregunto con una cara llena de decepción –¿Acaso nunca me quisiste? ¿Acaso nunca me amaste?–.
¿Amor?
–Yo... no lo sé– Me confunde el echo de estar tan calmada, el se ve tan lastimado pero yo solo le dije la verdad, el no haberlo amado ¿era malo?
No recuerdo haberlo echo, es como si todo recuerdo se desvaneciera antes de su pregunta, confundiéndome a tal punto que no recordaba que hacíamos o donde estábamos, el aire fresco en mi rostro me hizo volver a la realidad donde todo es confuso después de su pregunta ¿porque?
–Nunca te presioné siempre te di tu espacio aunque eso si fastidiaba ¿Crees que es divertido jugar con las personas? ¿Tu nunca amaste a tu mamá, a tu familia o un amigo? ¿Acaso no tienes sentimientos?– Eso fue duro estoy segura que mi cara se hizo una expresión que el nunca había visto pues se veía algo sorprendido, nos conocemos hace menos de dos años y ni siquiera se tomó el tiempo de conocerme bien.
Demasiadas preguntas a la vez me mareaban más, amar a mi mamá... nunca la conocí, nunca pude decirle te quiero, papá nunca estaba y el resto de mi familia me odiaba.
¿Jugar con las personas? Que cruel sería eso, prefiero ir directo al punto sin rodeos, ¿para que las excusas? Solo retrasa lo inevitable, es mejor decir la verdad desde el inició o el golpe al final dolerá más.
–Yo si amo pero nunca he amado a una persona o eso creo, ¿eso esta mal?– Su expresión estaba en blanco creí ver un destello de ironía en sus ojos pero decidí ignorarlo, eso era lo mejor, ya lo lastimé demasiado.
Pero yo si amé, amé la risa pasajera que me acompañó cuando jugué con un perro callejero a altas horas de la noche, al final se tuvo que ir y ya nunca lo volví a ver, amé el amanecer que vi en la playa, solo yo, el sonido y el olor de las olas de mar, pero no pude volver ahí, amé la pequeña mariposa que se posó en mi libreta un día en el parque, era tan hermosa y pequeña que no pude evitar sonreír, voló lejos y un pequeño gato la atrapó, se la llevó como si siempre hubiera sido suya.
Las pequeñas cosas que amé siempre fueron pasajeras, no recuerdo haber sentido algo parecido por una persona, no conozco el sentimiento y eso parece haberlo lastimado mucho. –No creo que este mal pero... 1 año y medio juntos, ¿eso no fue suficiente? Siempre pensé que me amarías como yo lo hago, pero veo que me equivoqué– Sus ojos algo rojos mandaron una fuerte punzada directo a mi pecho y mi cara de confusión no se hizo esperar.
Yo no quería que esto terminará aquí pero ¿Qué puedo hacer? No quiero lastimarlo más, creo que si lo amé pero nunca pude expresarlo bien ya que esa era una de mis debilidades. Nunca pude expresarme correctamente en toda mi vida, yo estaba segura que lo perdería y ese pensamiento me llevó a donde estoy, no creo que deba estar conmigo igual nunca funcionaría ¿o si?
–Yo...– Su cara se iluminó por un pequeño instante de ilusión pero se apagó en cuanto deje de hablar.
No tiene sentido pensarlo ya acabó de la mejor forma pensé mientras lo veía darme una última mirada de dolor y se daba la vuelta listo para irse, caminó uno, dos, tres pasos, se detuvo, observé con cuidado como empezaba a temblar ligeramente y apretaba los puños a su alrededor creí que se voltearía pero solo suspiro y dijo:
–Espero que seas feliz así como yo lo fui contigo... te amo– El dolor en mi pecho se intensificó junto con un nudo en la garganta y eso fue lo suficiente para no dejarme dar un paso y detenerlo, igual no creo que lo haría, nunca fui muy valiente, cuando levanté mi vista medio borrosa por las lágrimas acumuladas... ya no lo vi...olvide donde me encontraba, ¿Qué era esto? ¿Acaso lo amé? Una punzada más fuerte me lo confirmó, estoy sufriendo por que lo perdí...
Mis lágrimas no tardaron en llegar al saber el porque de ellas, pero ya era demasiado tarde, caí de rodillas en el césped y lloré, lloré por el echo de que me di cuenta muy tarde, lloré por el dolor que tenía en el pecho, lloré pensando en todos a los que lastimé por no poder expresarme, porque no puedo decir te quiero, porque no puedo dar un abrazo sin sentirme incómoda, porque sonrío solo por cortesía, porque no puedo amar a los que me aman, ¿Qué clase de persona soy? ¿Acaso estoy enferma? ¿Algún día podré amar libremente y no preocuparme por lo que pasará? ¿Algún día me daré cuenta de lo que verdad siento? ¿Algún día seré normal?
Mi llanto seguía y seguía, mi pecho se sentía tan pesado que no podía respirar y no se calmaba, era tan intenso y profundo que me encontraba gritando lo que siempre quise decir a todas aquellas personas que no llegué a amar, a las personas que recibieron una mirada incómoda por sus muestras de cariño, a esas personas que me miraban enojadas por mi falta de afecto, a todas las personas que quiero y no se los pude demostrar: Perdónenme.
Mi dolor siguió por las siguientes 6 horas, por los siguientes 9 días, por los siguientes meses y años en los que no paraba de pedir perdón sin recibir respuesta, no pude ser feliz, no pude sonreír de verdad, no pude amar, decidí no volver a involucrarme tanto con las personas y tampoco se me acercaban, era lo mejor.
El dolor en mi pecho poco a poco se hacía más leve pero quedó esa pequeña sensación de no poder respirar, es como si me fuera a soltar a llorar en cualquier momento pero las lágrimas no salían, estaba segura este era mi castigo por todo lo que no pude hacer y lo acepto.
Por las personas que no pude amar.
Lo acepto.
~Raezilu~