Mi versión de cómo Ethan y Jackson se conocieron y eventualmente llegaron a tener una relación.
He estado muy emocionado por el potencial de esta pareja desde que salió la noticia de que los dos iban a estar en una relación cuando regresaran a Beaco...
La vida era bastante buena para Jackson Whittemore. Los últimos tres meses con Ethan, Jackson había llegado a experimentar algo de la alegría de ser un hombre lobo que nunca había tenido en Beacon Hills. Y claro, desde que se mudó a Londres había tenido algunas buenas lunas llenas, pero poder disfrutarlas con otro lobo, alguien que entendiera las prisas, alguien con quien Jackson pudiera hablar sobre lo sobrenatural, había sido una nueva experiencia. El Alfa local siempre había dejado abierta la puerta de su manada, pero ella y Jackson sabían que él realmente no encajaba con ellos, lo que solo hizo que Jackson apreciara más lo que había hecho con Ethan. Ethan tenía experiencia, no toda buena, seguro, pero sabía mucho más sobre lo sobrenatural que Jackson, y ciertamente cómo divertirse en luna llena. Además de todo, la escuela iba bien, y el clima de las últimas semanas había sido el mejor que uno podía esperar en Londres. En breve, la vida debería haber sido casi perfecta. Solo había un problema, un gran problema protagonizado directamente por Jackson.
Su silla.
Algo andaba mal con eso. Jackson lo había notado por primera vez hace una semana y se había obsesionado con resolver el misterio desde entonces, sin éxito. Jackson se sentó en el sofá de enfrente —sentado en la silla ya no se sentía bien— y lo miró. Al principio, Jackson pensó que tal vez se había movido por error, pero las pequeñas hendiduras en la alfombra confirmaron fácilmente que la silla estaba donde siempre había estado. Jackson había mirado cada centímetro y por su vida no podía entender cuál era el problema. La silla se sentía y tenía el mismo aspecto que siempre. Pero lo sabía. Jackson sabía que algo andaba mal.
Se sentó allí enfurruñado un rato, solo mirándolo.
Fuera de la puerta escuchó el tintineo de las llaves y de repente Ethan estaba entrando en el apartamento con una bolsa en sus brazos. Dejó las llaves en un plato junto a la puerta.
"Oye." Ethan gritó sin mirar hacia arriba. Entró en la cocina y abrió la nevera.
"Has vuelto temprano". Jackson dijo sorprendido. Por lo general, Ethan no regresaba de un turno hasta bien pasada la medianoche.
“Sí, las cosas fueron bastante lentas esta noche, así que cerramos temprano. ¿Tienes hambre? Traje un poco de pastel. Simplemente lo iban a tirar, pero hable con mi jefe para que me lo diera. Cualquier cosa nueva con… Ethan sonrió cuando finalmente miró hacia arriba. “¿Sigues en lo de la silla?” Él rió. “¿Cuánto tiempo llevas sentado ahí?”
“No sé” se quejó Jackson. “Pero sé que algo anda mal”.
“Si tú lo dices.” Ethan negó con la cabeza con una risita.
Jackson suspiró. Se rindió con la silla por ahora y se acercó a la isla de la cocina. “¿Te escuché decir que tienes pastel?”
Ethan sonrió y levantó dos rebanadas gruesas. “¿Cereza o manzana?”
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