El tiempo pasó y nunca más volví a ver a Ed, con Graham el asunto fue muy diferente, él no es una mala persona, pero siempre quise que se fuera y no lo hacía.
El tiempo pasa demasiado lento cuando eres un niño y sobre todo cuando estás solo y la pasas mal.
Creo que hay una vida antes y después de mamá, pienso que Jesús debió de ser muy bueno o querido como para que haya una vida antes y después de él.
Al contrario de papá, no puedo evocar un mal recuerdo sobre ella, la vida parecía mucho mejor con ella, cuando ella estaba.
Claro que lloré mucho y aún lloro, a veces, pero incluso así, me siento un poco culpable porque pienso que debería llorar más y podría haber llorado incluso más. Cuando estás sufriendo, pareciera que el tiempo se estancara, estás en un pozo y pareciera que nunca vas a salir de ahí y cuando llega la adolescencia, por algún motivo pierdes el encanto, te parece haberlo visto y vivido todo, en ocasiones el dolor te ciega tanto que solo piensas en morir.
En la tele o en el cine los adolescentes parecen tan felices, ocupados de... nada, enamorarse quizás, pero para mí la vida no era así.
Cuando mamá estaba enferma estaba solo y me sentía muy solo, pero tenía esperanza en que las cosas podrían ser como antes y cuando murió, esa esperanza en particular murió junto con ella, pero en mi cabeza se desocupó de maquinar escenarios felices e improbables y solo me tiré de cabeza a la tristeza de la realidad.
Lloré mucho, lloré un montón y reí, me encontré a mi mismo riendo frente al televisor, pero en la barriga sentía un vacío tremendo y una especie de culpa porque se suponía que había perdido el derecho de reír, se suponía que habría de guardar un luto eterno por la muerte de mamá.
Otros días quería ir a jugar con Ed a los juegos de arcade o al fútbol o ir a caminar y hablar con él, pero también lo había perdido y yo hace mucho tiempo que era un chico amargo, si es que no había nacido así, pero un día simplemente dejas de llorar, porque así como ni la gente, ni la infancia, ni los buenos momentos son para siempre, la pena, el duelo y el luto tampoco lo son, no me di ni cuenta cuando simplemente me acostumbre y ambos dejaron de visitarme en sueños, dejé de cruzar los dedos deseando que la muerte de mamá fuera una pesadilla, abandoné toda esperanza de que Ed estuviera esperándome en el pupitre de al lado con su sonrisa y su mirada tímida y ya supe que siempre, al entrar por esa puerta, sería Graham quien me recibiría y no mamá, que por mucho que lo deseara, del otro lado de la puerta jamás estaría ella. Supongo que eso es a lo que la gente llama resignación.
No era feliz ni alegre solo viví mi adolescencia como lo haría cualquiera, supongo. Hice otros amigos en los que tampoco confiaba tanto y me entregué a la banalidad de la mano de ellos.
¿debería recordar mis borracheras y vómitos con nostalgia? ¿debería añorar esos tiempos y los bailes sin sentido? ¿debería seguir amando a las chicas que livianamente me prometieron amor eterno? ¿debería rendir culto perpetuo a los amores de verano?
Ni mierda, los quince años son mierda y no hay nada bueno que recordar de la monotonía de la escuela y la camaradería forzada.
La vida fue normal hasta que un día llegó el internet y Facebook a mi vida. Tal vez era 2008 cuando me hice uno y entonces busqué el nombre de la única persona de la cual me interesaba saber alguna cosa:
"Edward Christopher Sheeran"
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El padrastro. Gramon
FanfictionLa historia de como Graham arruinó mi vida. "Papá lloraba tan fuerte y se retorcía de tal modo que sentí un miedo y una pena terribles"