XIII

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Luffy corría por el desierto camino hacia donde había escuchado estaba la gran prisión de Udon. Sabía que tenía un largo camino, pero no le importaba, hacía mucho que no corría todo lo que necesitaba correr para poder desfogar toda la energía que tenía acumulada.

No fue hasta entrada la noche que llegó a su destino. Ante él se alzaba una gran puerta de hierro bastante grueso. Se acercó a una de las paredes de piedra y comenzó a escalarla en vertical. Una vez arriba siguió el camino hasta la gran explanada, donde solo se podía ver algún que otro guardia medio dormido. Saltó de saliente en saliente hasta que cayó en el suelo. Con cuidado comenzó a caminar por los alrededores hasta que se topó una puerta de hierro completa. Rompió la cerradura con sus garras y entró a paso lento.

No había enemigos, lo que agradeció, en su lugar una jaula podía verse con un cuerpo dentro. No olía a muerto, así que supuso que estaba dormido.

Esa persona le sonaba, con el cabello rojo en punta, cuerpo ancho y gran abrigo rojo.

--Oe --llamó bajo para intentar despertarlo, no funcionó. --Oe --elevó un poco el tono y golpeó la jaula.

El sonido despertó al pelirrojo, quien intentaba enfocar su vista en el causante de que eso pasara, pero le era casi imposible, solo distinguiendo una macha más negra que el resto de la habitación. Hasta que unos ojos azules se dejaron ver como dos puntos en el aire.

--¿¡Quién anda ahí!? --exclamó con furia.

--Calla, ¿quieres que nos pillen, Dentado? --mandó callar con un gruñido.

--¿Shinigami? --se sorprendió por el gruñido.

--Puedes decirme Luffy --rompió la cerradura de la jaula y entró hasta estar delante del pelirrojo.

--Entonces no me digas Dentado, soy Eustass Kidd --también gruñó.

--Lo pensaré. ¿Qué haces aquí?

--¿A ti qué te parece que hago? --gruñó molesto.

--Estas encerrado, te falta un brazo, supongo que eso es una esposa de kairoseki, no sé, pareces un esclavo.

--¡No soy esclavo de nadie! --rugió con fuerza.

Luffy colocó una pata delantera en su pecho y acercó ambos rostros.

--Silencio, ¿quieres que nos oigan los guardias? --bajó el tono mientras preguntaba. --Si no eres un esclavo, ¿qué haces aquí?

--Me trajeron a la fuerza --acabó diciendo.

--¿Qué hiciste? --se calmó y se sentó.

--Intentar matar a Kaido --dijo con asco.

--Que casualidad, eso es lo que vamos a hacer --rio la pantera. --¿Quieres unirte?

--¿A qué te refieres?

--Mis hermanos y yo vamos a matar a Kaido y Orochi y devolverle Wano Kuni al clan Kozuki, ¿quieres verlo en primera persona y vengarte de los que te traicionaron o quedarte aquí y seguir trabajando cual esclavo? --aclaró.

Kidd volvió a gruñir.

--¿Cómo podrías sacarme? Las esposas son de kairoseki y ambos somos usuarios --levantó su única mano donde reposaba la priedra marina.

--Te contaré un secreto que dentro de unos días dejará de ser secreto --empezó mientras acercaba una pata con las garras fuera hacia la muñeca ajena. --Yo no soy un usuario --y tan pronto terminó de decir eso cortó la piedra marina en diferentes partes, liberando al supernova.

Eustass vio su mano libre impresionado.

--Ahora sube, te sacaré de aquí sin que llames la atención --se tumbó sobre sus cuatro patas y esperó.

Avanzando con nuestra familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora