Al día siguiente los tres amigos se reunieron en la sala de menesteres a primera hora, se sentaron en sillas alrededor de la "escoba" que habían fabricado, Dante aun no podía creer que lo había conseguido, nunca antes había tratado de crear algo tan complejo y, aun así, funciono, el primero en hablar fue Howard quien pregunto:
- ¿Cómo lo llamamos? Eso no puedo ser considerado una escoba, desde ahora.
-Tienes razón, pero no se me ha ocurrido un nombre –dijo Dante mientras veía al vehículo –¿sugerencias?
- ¿Qué les parece...? La tecno-escoba –dijo Howard
-No tiene gancho –dijo Dante –mmm... ¿Surca cielos?
-Muy obvio –dijo Ivy –¿Cometa de luz?
-No me convence –Howard se inclinó en su silla –¿Strombreaker? En ingles tiene gancho
-No nos dejaran los derechos de autor –Dante se levantó de su silla y se acercó al vehículo –¿Mirei? Futuro en japonés.
-No, parece un buen nombre para algo como eso –dijo Ivy –pensemos, ¿qué nombre quedaría bien para la revolución de las escobas?
-Tiene que ser algo fuerte –dijo Howard –que transmita poder.
-Esta cosa esta hecha para que supere a todas las escobas construidas y por construir –dijo Dante –sentirás que estas sobre un rayo, cuando la montes.
-Mmm... poder... fuerte... rayo... ¡eh...! ¿Qué les parece? Thunderwild –dijo Ivy.
-Trueno salvaje –dijo Howard el cual miro a Dante –me gusta.
-A mi igual –Dante tomo su varita y con ella toco el vehículo –desde ahora te bautizamos con la Thunderwild versión 1.0 –haciendo un movimiento como si nombrara a un caballero, el chico toco el frente de la Thunderwild.
-Bien –dijo Ivy con una sonrisa –ahora ¿Qué haremos?
-Es obvio ¿no? –dijo Dante –hay que probarla.
Los chicos recorrían los pasillos de la escuela con normalidad, ahora Dante sujetaba una vieja escoba de aspecto gastado y mientras estaban por salir de la escuela Howard dijo:
-A dónde vamos, ¿al campo de quidditch?
-No, es demasiado público –dijo Dante –la escuela tiene un punto ciego que aprovecharemos.
Dante guio a sus amigos hasta la lechuceria, en donde fueron a la parte de atrás del edificio y una vez confirmo que no había nadie cerca, el chico arrojo la vieja escoba, la cual en el aire fue transformándose en la Thunderwild, hasta tomar su forma completa antes de tocar el suelo, quedándose levitando unos centímetros sobre este.
-Impresionante –dijo Ivy –¿Cómo puedes hacer eso?
-Luego les enseño, es un hechizo muy útil –dijo Dante mientras se subía en el vehículo –si no estoy mal, en las montañas en esa dirección –señalo al frente el lado opuesto del valle al que estaba la entrada del castillo –no hay nada, solo bosque y cordilleras por kilómetros es un buen lugar para probar de lo que esto es capaz.
-Muy bien –dijo Howard –¿Cómo lo haremos?
-Primero la prueba más básica de todas –Dante tomo algo de su túnica y se lo arrojo a su amigo, para luego tomar su cuaderno de notas y dárselo a Ivy.
- ¿Un reloj? –dijo Howard mientras veía lo que Dante le arrojo.
-Cronometro analógico –dijo Dante –no hace falta modificarlo para que funcione aquí, sabía que traerlo no era una estupidez, cuando te indique inicia la cuenta, tratare de volar hasta el final del valle y de regreso, cuando aterrice, lo detendrás e Ivy tomara la nota del tiempo ¿entendido?
-Si –dijeron los dos amigos.
-Muy bien –Dante encendió la Thunderwild, quito la marcha y se preparó para comenzar con la prueba –inicia la cuenta en tres... dos... –giro el manillar –¡UNOOOO!
¡SHUUUUUUN!
Con un fuerte murmullo el motor de la Thunderwild arranco, acelerando, elevándose y alejándose, a gran velocidad en corto tiempo, a la vez que generaba una pequeña onda expansiva que golpeo y sacudió a Howard e Ivy, los cuales sorprendidos del poder de la maquina intercambiaron miradas con una sonrisa de impresión, pero el más sorprendido era lo que Dante sentía.
Encima de la potente máquina, veía como se alejaba del castillo a una alta velocidad, el viento rugía en sus oídos y le golpeaba en la cara, casi sin dejarle ver lo que tenía en frente, mientras los árboles se hacían cada vez más borrosos a sus pies, miro el velocímetro, estaba yendo a una velocidad que nunca se esperó, ¿Tan potente era el motor?, luego miro el altímetro, ¿casi mil metros sobre el nivel del mar?, el frio que golpeaba al chico era sorprendente, pero eso no lo distrajo.
Apenas podia ver o escuchar algo, pero noto como el ambiente a su alrededor, pasaba de algo verde y gris, debido a las montañas a un verde más propio de las praderas, entonces tomo los frenos del manubrio y los presiono con fuerza, la thunderwild, se detuvo en menos de cinco segundos, la fuerza G no lo dejo inconsciente y el impulso no lo saco volando de su asiento, el hechizo que había colocado para estos, había resultado más que efectivo, ahora Dante miro a su alrededor, había dejado las montañas y se encontraba flotando estático encima de una llanura verde completamente desconocida, algunas ovejas de rebaño pastaba debajo de él, procesando donde se encontraba y con la respiración agitada por la emoción y la falta de aire, dijo:
-Creo que me pase.
-Ya van 8 minutos –Howard reviso el tiempo transcurrido en el cronometro –Tal vez no sea tan rápida como pensamos...
- ¡Mira! –Ivy señalo al horizonte del valle, en donde un pequeño brillo que se acercaba rápidamente y se hacía más grande, no paso ni medio minuto, cuando detallaron la forma completa de Dante sobre la thunderwild, al percatarse que se acercaba con velocidad, la chica se alarmo –¡a un lado!
Ivy y Howard, saltaron hacia un lado, en el momento justo en el que Dante freno, lanzando una onda de viento, que levanto polvo y golpeo a los dos estudiantes.
- ¡Tiempo! –grito Dante emocionado.
-Mmm... casi 9 minutos –dijo Howard revisando el cronometro mientras la nube de polvo se disipaba.
- ¿Cuánto recorriste? –pregunto Ivy cuando todo se calmó.
-Según el kilometraje, recorrí en ida y vuelta juntas... ¿casi 100 km? –Dante sonaba atónito, ni él se lo creía –esos son... casi 750km/h, eso es casi tan rápido como un avión comercial.
- ¿Qué? –pregunto Howard –eso es el triple que la escoba más rápida producida actualmente.
-Jajajajajajajaja –Dante se rio de emoción mientras se bajaba de la thunderwild –¿recuerdan lo que dije de montar un rayo?, pues no era una simple frase, ¡miren! –el chico levanto una temblorosa mano, mientras sonreía con su cara pálida.
-Viejo, tienes que dejarme montar esa cosa –dijo Howard emocionado, acercándose al vehículo.
-No espera –Dante lo detuvo antes de que se subiera, al mismo tiempo que se calmaba del shock de adrenalina resultado de la experiencia –tenemos un problema, vas tan rápido que no tienes tiempo de reaccionar, tuve que predecir cuándo frenar para no estrellarme, además de eso, no puedes ver bien por el viento y el rugir de este te ensordece.
- ¿Puedes hacer algo al respecto? –pregunto Ivy.
-Sí, sí puedo –Dante por fin había recuperado el aliento –pero deberíamos parar por hoy.
- ¡Pido ser el siguiente que la use! –Howard se veía claramente emocionado.
-Por mi parte, prefiero quedarme en tierra –dijo Ivy mientras anotaba los datos recolectados.
- ¿Y? ¿Qué me dicen ahora?, ¿cuento con todo su apoyo para mi gran meta?
- ¿En serio aun dudabas? –pregunto Ivy –te apoyaremos ¡en todo!, a partir de ahora.
-Amigo mío –dijo Howard viendo con determinación a Dante –consideramos abordo.
-Bien, porque aún nos queda mucho por hacer... y aún más por descubrir.
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El mago anillero
FantasyDante Blake es transferido de la escuela Castelobruxo a la escuela Hogwarts de magia y hechiceria en el inicio de su quinto año, allí conocerá a nuevos amigos y profesores reconocidos en todo el reino unido, al mismo tiempo que lleva a cabo su propi...