Capítulo 1

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El sutil pero incesante sonido de las gotas chocando contra un pequeño charco se hacía cada vez más molesto. La reina en su adormilada cabeza intentó ignorarlo lo mejor que pudo, hasta que no llegara Madame Deniau no tenía porque despertarse, sin embargo el sonido, o más bien, chillido de unas ratas cercanas, la sacó del sueño inmediatamente.

Se quedó muda, procesando un momento sus alrededores con el reciente dolor de espalda. Estaba en una celda sucia, humedecida infestada de bichos y ratas, donde la única luz que yacía era la de las antorchas laterales del pasillo principal. Podía sentir como su corazón se aceleraba en cuanto más entendía donde se encontraba, aún sin ser capaz de averiguar por qué.

Puso con cuidado su pie en aquel suelo mugriento antes de acercarse a las barras de aquella prisión. ¿Qué hacía ella en un lugar como este?, ¿La habrían culpado de algo?, su marido no la hubiera enviado directamente al calabozo, ¿Tan grave era?, definitivamente es un malentendido, solo debe hablarlo con el rey.

“¡Exijo que me dejen hablar con el rey!"— Probablemente apelar a su autoridad sea la mejor opción, de cualquier manera valía la pena intentarlo. —"¡Exijo al menos una explicación de por qué yo me encuentro aquí!"—

Sin embargo, la respuesta que recibió era lo último que hubiera esperado, no eran explicaciones, ni siquiera quejas, eran solo.. Risas. Se quedó anonadada mientras escuchaba semejantes carcajadas de los soldados que a duras penas podía visualizar. Podía jurar que su corazón se paró en seco cuando estos hombres empezaron a hablar; hablaban en inglés; probablemente se estuvieran burlando de ella en aquel idioma pero eso era lo de menos, lo importante es que aquellos hombres no eran franceses.

A duras penas y todavía en shock, se retiró de nuevo a su tiesa cama, llena de ganas de llorar pero sin querer darles esa victoria. Abrazó sus piernas y se sumergió en la preocupación de no saber qué hacer ahora. Ni siquiera habla inglés como para intentar comunicarse con aquellos guardias y no se sentía segura en este sitio.

Tenía tantas preguntas, ¿cómo acabó aquí?, ¿entraron a Versalles?, ¿se habrán llevado también al rey?, ¿cómo pudieron entrar?, ¿fallaron sus guardias?, ¿habrán herido a alguien?, ¿estará todo bien?. Era mejor no pensarlo, y centrarse en que su Auguste la sacaría de ahí tarde o temprano. ¿No?..asumiendo que él esté bien.

Mientras miraba tristemente a la nada, un soldado tras acabar de reírse con sus compañeros se acercó a la celda, antes declarando algo en inglés al resto de guardias —"Ey, reinita, no te pongas así"— el tono burlón era evidente.

La mujer alzó su mirada casi al instante, aquel sujeto sí era capaz de hablar francés; aunque tuviera un acento británico parecía que dominaba el idioma, juzgando apenas de lo poco que había dicho. Ignorando el tono de burla del sujeto, esta era la oportunidad de Maria de sacar información.

“¿Dónde estoy?"— Quería hablar más digna, tal vez algo más borde, evidentemente estaba molesta por su condición pero probablemente estaba dentro de su interés no ser demasiado borde con él, de momento no por ahora, debía poner de lado su malestar interno para ser perspicaz aquí y ahora —"¿Por qué me tenéis aquí?"

—“Bienvenida a Londres, bonita, acostumbrate al moho por ahora."

Definitivamente no es el sujeto más amable — pensó la reina para sí misma antes de seguir escuchando

—“Vas a tener que esperar una buena temporada en esta celda. Por lo menos no pasarás tanto tiempo como otros desgraciados en este sitio, deberías alegrarte"—

—El hombre se colocó en su lugar debido esta vez, mirando hacia el frente en lugar de hacia dentro de la celda, mientras que por el otro lado Maria se preguntaba si lo que estaba diciendo él era sarcasmo o genuino—

—"¿Cuánto tiempo dices que voy a estar aquí?"— Intentó acostarse en aquella cama, mas esta era increíblemente incómoda, se sentía como un bloque de ladrillos acumulados pobremente, probablemente esto explicara su dolor de espalda. Ya sentía que su tiempo aquí se haría largo.—

—"En el mejor de los casos, 2 semanas". Tampoco era tanto tiempo, podría ser peor pero ella esperaba estar allí lo menos posible, sin embargo otra parte de lo que dijo le llamó más la atención— “¿En el mejor de los casos?"—

“Sí, en el mejor de los casos. Todo depende de lo bien que cooperen en tus tierras. Reza para que te hagan caso" — La mujer no pudo evitar preguntarse por un solo mero instante “¿Austria?” antes de corregirse a sí misma y deducir que evidentemente habla de Francia. ¿Cooperar?, dios, solo puede imaginarse lo peor. Necesita salir de aquí lo antes posible para que no pueda ser utilizada como amenaza contra su nación, lo último que necesita es causarle más problemas a Francia, ya tienen suficientes con los que cargan.—

—Se calló de nuevo un instante, formulándose a sí misma cuáles eran sus posibilidades para escapar. De momento solo parecía que iba a tener que hacerse con las llaves ruidosas que cargan los guardias, tal vez pudiera ganar más confianza del soldado que puede hablar francés, o robársela en algún punto.. Habrá que esperar. Sin embargo puede haber otra manera de escapar de aquí sin tener que depender de ellos; ha leído libros en los que se mencionan escapistas de todo tipo, puede que ella no sea ninguna mente maestra del escapismo, pero duda que todos hayan dependido de los guardias, siempre debe haber una ruta alternativa. Sea cual sea el método, es mejor ir pensándolo desde ya.

(¿Qué método vas a seguir?)

[1- Apelar a al guardia que habla francés]
☞En caso de ser este, ve al capítulo 2 .

[2- buscar métodos alternativos.]
☞En caso de ser este, ve al capítulo 3

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