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Era una mañana fresca y estupenda, tomé mi uniforme de U.A. y bajé a desayunar, mi madre, conocida como Midnight preparaba el desayuno de forma tranquila, en cuanto notó mi presencia me dio un beso.

—Mirai, te ves hermosa hoy.

Reí por su comentario, ella me hacía sentir la mujer más hermosa del mundo, en ese entonces mi padre salía de su habitación.

—Good morning my ladies.

Si, mi padre era Present Mic; me presento soy Mirai Hizashi, voy a U.A. al curso de conocimientos generales... Los héroes son increíbles, pero los maestros son mejores.

Termine mi desayuno y salí en dirección a la academia, no iba con mis padres porque ellos debían terminar unas cosas aún, así que me había adelantado.

—¡Todoriko!

En cuanto vi a mi mejor amigo me lancé sobre el. La cuestión cuando eres hija de héroes es que conoces a los hijos de otros héroes, y así fue como Shoto Todoriko se había convertido en mi mejor amigo.

—No entiendo porque me dices asi, osea, se que me has mordido mucho, pero, ¿de verdad soy rico?

No pude evitar reír ante eso, Shoto estaba chiquito, había que cuidarlo. Caminamos un poco más hasta la entrada de la prestigiosa institución, y nos separamos, algunas chicas me miraban con envidia, y lo sabia de sobra.

Me acerque a Shinso y lo despeine, en cuanto vio que se trataba de mi soltó una risa baja.

—¿sabes? Ayer hice una obra de caridad —hablaba con emoción.

—¿Ah, si? ¿De qué se trataba? —el ojeroso me miraba de manera divertida.

—Le di comida a un vagabundo, claro, después alegó que se trataba del hermano de mi mejor amigo, pero cuenta.

Shinso empezó a reír a carcajadas mientras negaba con la cabeza, el sabía de sobra que yo era un caso perdido, pero aun así no le molestaba.

Las clases transcurrieron de manera lenta, hasta que pequeñas gotas de lluvia empezaron a caer, me sentaba al lado de la ventana así que tenía una vista hermosa, vi dos gotas caer en el cristal, eran hermosas, y tenían una carrera.

—¿Hizashi?

Voltee a ver a la presidenta de la clase, las clases habían terminado y la carrera la ganó la gota que estaba en la derecha.

Recogí mis cosas y emprendí el camino a la puerta, Shoto me esperaba fuera del aula, en cuanto me vio tendió un abrigo hacia mi.

—procura no resfriarte, debo entrenar, pero Shinso te acompañará a casa.

—¿ya te vas?

—la consentida de Aizawa eres tu, no yo.

Tras decir eso plantó un beso en mi mejilla y se alejo en dirección a los campos de entrenamiento.

—lo que daría por tener el abrigo de Todoroki — el murmullo de una chica captó mi atención, así que la mire y sonreí.

—si tu lo tienes entonces el se quedaría sin abrigos.

—¿solo tiene uno? —lucia sorprendida.

—yep, el resto los tengo yo.

Vi como la chica se sonrojaba, no lo dije con mala intención, pero era cierto, yo tenía la mayoría de los abrigos del bicolor ya que siempre olvidaba llevar los míos.

Cómo lo había dicho el Todoroki, Shinso me esperaba fuera del edificio para acompañarme a casa, era temprano, pero mo tenía intención de quedarme. Íbamos hablando de temas triviales y como siempre hice algo en lo que soy experta, di media vuelta y empecé a caminar hacia atrás, de esta forma podría ir viendo a Shinso a la cara.

—te vas a caer.

—No, no lo haré.

Seguimos así por un buen tiempo, como he dicho, soy experta caminando hacia atrás, hasta que tropecé con algo... O más bien alguien. Mi amigo con ojeras intentó agarrarme pero no pudo, en su defecto fui atrapada por un chico rubio de ojos rojos, daba miedo.

—Tsk, camina bien, puedes causar un accidente.

Me puso en pie tras decir eso y metió sus manos en los bolsillos para luego marcharse en dirección al campo de entrenamiento.

—¡que agradable sujeto! — mire a Shinso con una sonrisa de Totoro en mi rostro (aprendí a sonreír así gracias a mi tío Shota)

—no se que tienes en mente, pero yo le entro.

Reí ante el comentario del morado y negué levemente con la cabeza.

—solo vamos, tengo una maraton de películas que ver.

⭐⭐⭐

Era de noche, me encontraba arreglando mi cama para ir a dormir, hasta que alguien entró por la puerta, pues, porque la ventana estaba cerrada.

—¡Todoriko! ¿Vienes a darme mi beso de buenas noches?

El bicolor río por lo bajo, y acabo con la distancia que había entre nosotros para rodearme con sus brazos. Correspondi el abrazo y empecé a movernos como pingüinos para tirarnos en la cama.

—Llama a Fuyumi, dile que te quedas conmigo esta noche.

Él estaba tumbado sobre la cama y yo sobre el, era una posición algo incomoda, pero no tenía intención de dejarlo marchar.

—lo siento, prometí que iría a cenar con ellos hoy.

Tras decir eso me apretó más hacia el, para luego girarme y levantarse, tomó uno de sus abrigos y salió de la habitación, no sin antes despeinarme.

—te quiero. —dije lo suficientemente alto para que el pudiera oírme, y lo conseguí, ya que respondió con un "yo también" desde la sala.

Escuche la puerta principal cerrarse y lo observe desde mi ventana, había tomado un taxi, buscaba un lugar donde apoyar mi mano y tope con mi cajita musical.

Se trataba de un regalo que Shoto me había dado cuando teníamos solo 5 años, al levantar la tapa una hermosa mariposa turquesa giraba al son de la canción "My R".

La letra de la canción podía ser algo triste, pero la melodia era bella, me gustaba. Era mi objeto más preciado, abrí la caja y no pude evitar que una lagrima rodara al recordar tantas cosas que había vivido con Shoto. Esa canción era algo más que una canción, era NUESTRA canción, y en parte NUESTRA historia.

Sonreí mientras secaba una lagrima y cerré la caja, me coloque mi pijama y bajé a dar a mis padres un beso de buenas noches.

Finalmente me dormí, pero pude sentir a mi padre entrar a mi habitación para acariciar mi cabello y cantar algo para mi, lo hacia todas las noches y algún día yo iba a extrañar eso.

Si llego a irme. [Bakugo x OC] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora