Capitulo 8

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Estamos en el departamento de Lucas esperando a que se cambie para, al fin, poder ir al hospital a que me curen la nariz.

La verdad me sorprende que no me duela nada estando todavía roja e hinchada.

Después de que Lucas y "Gen" se conocieran, ambos estuvieron de acuerdo en que debía ir al hospital si o si y amenazaron con noquearme si me negaba, todavía me dan miedo sus palabras.

"Si no vas te noqueamos, te metemos en una bolsa y te llevamos en la cajuela del taxi, tú decides"

Y lo que dio más miedo es que cada uno termino la frase que iniciaba el otro. De hecho son muy parecidos. Ambos son igual de macabros.

Lucas trato de indagar el porqué de nuestra tristeza pero Charlie supo utilizar muy bien sus técnicas de persuasión hasta que él olvido el tema, o eso esperamos.

Charlie me explicó que a ella también la enviaron a protección de testigos para mantenerla segura. Me dijo que la querían enviar a Alaska y que cuando le dijeron eso casi se les lanza encima a los oficiales. Después de tanta pataleta accedieron a no enviarla allá, así que, les pregunto por mí y le dijeron todo. Mi nuevo nombre, donde vivo y trabajo.

Se supone que esa información es clasificada y se la dan, con lujo de detalle, a la primera niña que haga berrinche.

Eso es ejemplo de profesionalismo, damas y caballeros.

Ahora vive en el piso de abajo, así que, somos vecinas. Y que, al igual que a mí, cambiaron su identidad. Ahora es Gen Ross, viene de Washington D.C y le dieron trabajo de acomodadora en un supermercado cercano. Yo le hago burla por su trabajo porque ella es la persona más desordenada que conozco y se queja solo con levantar un dedo. Me dijo que ya veré, que se convertirá en la mejor en su trabajo.

Ja! Ya veremos.

Todo esto paso ayer, mientras yo estaba en el gimnasio desquitando mi frustración con el saco de boxeo.

Lo del cabello lo hizo por miedo a que Peter la reconociera, así que, decidió teñírselo. Y me aseguro que le gusta tanto su cambio que está pensando en teñírselo otra vez. De hecho yo también eh estado pensando en cambiar un poco para que así a Peter le sea más difícil reconocerme.

Una puerta abriéndose me trajo de vuelta a la realidad y de esta salió un arreglado Lucas con una sonrisa en sus labios. Vestía con un jean negro, una camisa ceñida azul y unas converse negras.

Lo salude con un movimiento de cabeza el cual devolvió y me voltee hacia Charlie para avisarle que ya nos íbamos y me encontré con que tenía los ojos como platos escaneando a Lucas de arriba abajo descaradamente para luego bajarla sonrojada cuando noto que el la miraba con una sonrisa tímida en su cara.

Oh por Dios

No veía a Charlie sonrojada desde que el idiota de la apuesta la invito a salir.

Se puso muy contenta cuando paso y ahora es solo un amargo recuerdo. Bueno... así es la cruel realidad.

Mire a Lucas y tambien tenia las mejillas coloradas.

Oh, son adorables, me das ganas de apretarle los cachetes a cada uno. Pero me atengo y me parto en carcajada. Ellos sueltan una también pero fingida, claramente incomodos por la reacción del otro.

La puerta de entrada se abre y entra un Chris con cara de cansancio y que al ver a tres personas en su departamento, dos como tomates y la otra con un ataque epiléptico en el sofá, frunce el ceño y mira a su hermano en busca de una explicación, este le sonríe inocente y levanta sus hombros.

Protección de testigos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora