3. On the road

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Hacía casi medio año que Jungkook y Taehyung habían empezado a salir, lo cual era una manera menos dramática de insinuar que habían huido juntos para empezar una nueva vida.

Jungkook estaba en la sala con Seokjin mientras su novio descansaba, exponiéndole a su hermano toda una tormenta de ideas para su regalo de aniversario. El mayor no quería sacarlo de la nube, pero sabía que la mitad de las cosas que Jungkook tenía pensadas (un anillo de brillantes con un corazón de amatista, o un crucero por Europa con paradas en las ciudades que Taehyung siempre había soñado con visitar) estaban bastante por encima de sus posibilidades. Jungkook ya no era rico, y eso parecía olvidársele con frecuencia.

-A veces se me pasa por la cabeza la idea de que debería haberme quedado en casa, y haberme casado con esa chica, y ver a Tae a escondidas y poder darle la vida con la que soñó. Pero solo es un pensamiento pasajero. Prefiero estar aquí, y no tener que fingir nada que no siento, y él dice que todo cuanto soñó no es nada comparado a lo que tiene ahora, pero yo...a veces siento que ...lo quiero tanto que...siempre quiero darle más...

-Creo que podrías decirle que lleváis seis meses juntos y pasar el día entero con él y sería más que suficiente para él. El pensar que lleva seis meses bien, seis meses contigo a su lado. No creo que necesites endeudarte para hacerlo feliz. Solo necesitas estar ahí. No le des demasiadas vueltas, ¿de acuerdo, Kook?-dijo Seokjin, revolviéndole el cabello.

Era un sábado por la mañana y Jungkook no tenía que trabajar en la hamburguesería, así que podían pasar el día tranquilamente los tres juntos. Comieron en un comedor que Tae improvisó en la sala con unas tablas y un mantel encima de la mesilla de la tele. Él dio las direcciones y los otros dos chicos lo colocaron, porque el doctor le había advertido sobre cargar con pesos en su estado que, aunque era mucho mejor, seguiría siendo frágil si se forzaba.

Por esa razón, era Jungkook quién solía llevarlo en brazos como a un príncipe. Jungkook era también el único peso que Tae admitía encima suyo de vez en cuando, más que gustosamente. Seokjin les escuchó contar varias historias y burlarse el uno del otro, y les miró con un cariño inmenso mientras lo hacían. Él no tenía demasiado que contar, o al menos no tenía anécdotas agradables para ellos, así que se limitó a escuchar y a ponerse del lado de Taehyung para reírse de su hermano pequeño.

En algún punto de la conversación, cerca del postre, Jungkook y Taehyung parecían haberse olvidado por completo de su presencia y él ya no sabía si estaban besándose o tratando de absorberse mutuamente el alma a través de la boca. Sus ojos vagaron por la reducida estancia y se dio cuenta de que la caña de Yoongi seguía apoyada en la pared. Hizo una nota mental de llevársela a casa en cuanto terminara su helado, a pesar de que no sabía en qué piso vivía el chico, y no tenía su número...¿por qué iba a tenerlo, de todos modos?

Al salir, dejando a los otros dos chicos abrazados en el sofá y hablándose en voz muy baja, se chocó con Yoongi, que bajaba las escaleras a toda prisa. Yoongi empezó a maldecir y se frotó la cabeza, que había golpeado contra el pecho de Seokjin, pero su gesto se torció en una sonrisa al reconocerle.

-Lo siento. Te...te estaba buscando, para devolverte la...

-Tengo mucha prisa. El tren para Seúl sale en dos minutos...Vivo en el 5ºC, Namjoon te abrirá...Mierda...creo que ya no voy a llegar...-dijo Yoongi, comprobando el reloj de oro falso que lucía en su huesuda muñeca.

-He venido hasta aquí en coche. Se tardan algunas horas pero yo...no me importaría llevarte...

-¿Sí? ¿No odias los silencios incómodos? Soy bastante aburrido como compañero de viaje-dijo Yoongi, encogiéndose de hombros.

Losers (MY+KSJ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora