Parte 2

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Namjoon arrastró a Jin hasta un pequeño restaurante ubicado a unos metros de la estación. Nunca soltó su muñeca y Jin sentía que el contacto le reconfortaba a niveles imposibles.

Una vez sentados, Jin se dedicó a observar cómo Namjoon arrugaba el entrecejo concentrado estudiando el menú. Veía cada detalle del chico, desde la camisa a cuadros que hacía resaltar el precioso tono brillante de la piel del cuello hasta el cabello con apariencia suave. No alcanzó a apartar los ojos cuando el más alto levantó la cabeza y lo pilló en medio de su escrutinio, pero el chico no dijo nada, en cambio solo sonrió.

-¿Que pasa Jin? ¿No hay algo de tu agrado en el menú?

Seokjin permanecía con sus manos unidas en el regazo, jugando con sus deditos -Lo que sea está bien - habló bajito mirando hacia abajo, dejando notar solo sus orejas rojas.

Y a Namjoon el chico le pareció tierno y precioso, así que ni siquiera trató de ocultar la gran sonrisa en su rostro que hizo latir el afligido corazón de Jin.

-Pide lo que quieras pequeño, lo que sea esta bien.

Seokjin se enderezó rápidamente y miró atónito al chico frente a él, le había dicho pequeño y él que estaba tan falto de cariño hace tiempo, se sintió en las nubes, pero no dijo nada, en cambio trató de pedir lo más económico del lugar.

Luego de la comida y tomar su medicamento, el dolor poco a poco comenzó a menguar. Aún así Namjoon lo acompañó hasta su casa y lo dejó en la puerta, inclinándose en una pequeña reverencia como despedida.

Jin cerró la puerta y ahí mirando su casa vacía, el dolor apareció instantáneamente y sus ojos se cristalizaron. Podía verse en el sofá abrazado con Wonho, en la cocina preparando la cena mientras su novio robaba comida y él lo regañaba. Ni siquiera quería llegar a su cuarto, donde el chico tantas veces le susurró que lo amaría para siempre. Así que lentamente se dejó caer aún apoyado en la puerta de entrada y lloró, ahora nadie lo veía y podía sentirse tan miserable como siempre. Se preguntaba qué hizo mal, porque le hizo eso a él si siempre había estado apoyándolo, porque le falló cuando Jin no hizo nada más que entregarle lo mejor de él, quizás estaba siendo masoquista pero no podía evitar recordar cada momento, cada palabra, incluso cuando le dijo que jamás podría engañarlo, que era un príncipe, su príncipe y nadie se le comparaba.

Dos golpes en la puerta interrumpieron su festival de miseria y rápidamente se limpió la cara con la manga de su sudadera.

En cuanto abrió la puerta quiso cerrarla inmediatamente en la cara de la persona que solo conocía hace un par de horas. Pero ¿que hacía ahí?

-Yo lo siento, esto ... no quiero ser impertinente pero al parecer estás solo y no siento que estés bien, no voy a poder dormir en la noche imaginando tus ojos tristes y no haber hecho nada.

Seokjin abrió demasiado los ojos y Namjoon levantó ambos brazos.

-Lo siento, lo siento, tampoco me quiero aprovechar de ti, si es lo que estás pensando por mi primer comentario. Toma - el castaño sacó su billetera y celular y se los entregó a Seokjin quien lo miró extrañado.

-La clave del teléfono es 1994, puedes entrar a mi galería de imágenes y conversaciones, no soy un pervertido ni un asesino, solo quizás un poco idiota - miró a Jin con una pequeña sonrisita y estiró su mano hacia la billetera - ahí también está mi identificación y mi tarjeta de la universidad, para que pruebes donde estudio y que carrera.

Seokjin si se interesó en eso, así que la abrió lentamente y una tierna sonrisa se mostró en su rostro.

-Eres menor que yo.

Algo mejor [knj+ksj]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora