Kim Taehyung escrutaba el rostro pálido y pulcro del pelinegro que, distraído, estaba frente a él. Con una sonrisa boba dibujada y la cabeza apoyada en una mano, Kim Taehyung trataba de memorizar cada facción del rostro ajeno que al parecer, lo había hechizado por completo.
Podría sonar raro si tenemos en cuenta que aproximadamente 10 minutos antes había entrado a ese amplio local situado en Itaewon, donde su mirada se clavó directamente en aquel pelinegro que tranquilamente disfrutaba de lo que parecía ser un café con varias hojitas de menta en él para darle ese gusto. No lo culpen, a sus 18 años las hormonas se le alteraban con cierta facilidad y lo que le causó ver a cierta persona era algo indescriptible.
Eran demasiadas sensaciones, emociones, para haberlo visto una vez.
Sus ojos color avellana habían quedado hipnotizados por esos ojos azabaches, esos labios rosados y carnosos, piel blanca y posiblemente suave, pelo ligeramente largo y negro, gafas redondas de montura fina y metálica sobre el puente de su nariz.
Se veía tan tranquilo y relajado leyendo, porque al parecer también leía un libro. Bastante extenso dedujo Taehyung.
No pudo evitar sacar su pequeña libreta y un lápiz y comenzar a dibujarlo, de forma rápida, haciendo tan sólo un simple boceto. Y aunque fue simple, captaba esa belleza tan particular del otro.
Quiso acercarse pero no tuvo el valor de hacerlo. Y sintió sus mejillas arder y su corazón latir fuerte cuando el chico bonito posó la mirada en él. Se sintió descubierto y entró en pánico. Se puso muy nervioso y quiso salir corriendo, realmente quiso pero no pudo.
Y le descolocó ver que el chico sonrió.
Le sonrió a él.
Taehyung sentía los latidos de su corazón resonar en todo su ser, como si hicieran eco.
Lo vio acercarse despacio, sin borrar la sonrisa.
—Hola.
Dijo amablemente y se le podía notar un leve rubor en las mejillas, haciéndolo ver más bonito.
—Ho-Hola.
Se mordió el labio, nervioso.
Y el pelinegro miró la libreta sobre la mesa, curioso, sorprendiéndose al ver que era su rostro dibujado con trazos irregulares sobre el papel.
Sus mejillas ardieron en rojo y miró con asombro al castaño sentado en aquella mesa del local.
Taehyung se apuró a guardar la libreta cuando notó que el pelinegro lo había visto y no pudo sentirse más avergonzado. Supuso que el otro lo tacharía de acosador o algo e hizo el ademán de levantarse pero el otro lo detuvo.
—M-Me dibujaste.
Taehyung asintió.
—¿Po-Por qué?
Tartamudeó de nuevo.
—Porque-
Tragó, no estando seguro de si decir lo que pensaba o no.
Decidió que sí, ya no perdía nada haciéndolo.
—Porque eres arte.
El chico rió, sorprendido ante tal respuesta.
Se sonrojó más de lo que ya lo había hecho.
—A-Arte es una palabra fuerte.
Sonrió apenas, convirtiéndose con cada segundo que pasaba en el color rojo.
Taehyung no se quedaba atrás.
—L-Lo sé.
🎨
—Bebé, eres arte.
Tres años después, cierto castaño y cierto pelinegro se encontraban acostados en la cama que compartían. A la luz de la luna y las estrellas, en el piso número 31 de su edificio, sus cuerpos desnudos se sentían como uno.
Taehyung estaba recostado boca arriba mientras que Jungkook estaba sobre él, con la cabeza sobre el pecho ligeramente sudado del otro, escuchando sus latidos como si fueran la más suave y relajante canción. Taehyung tenía la mano en la cabeza de Jungkook, acariciando las hebras negras que se colaban entre sus dedos.
—Arte es una palabra fuerte.
Repitió las mismas palabras de hacía tres años, acompañándolas con una linda risita que hizo a Taehyung sonreír también.
—Oh, cariño, créeme que lo sé.
Afirmó, llevando su otra mano al rostro de Jungkook para hacerlo mirarlo a los ojos.
En la poca luz de la habitación, siendo iluminada por la luz de la luna, los ojos azabaches del pelinegro parecían contener estrellas en su interior. Taehyung casi podía confirmar que era así.
Brillantes, hermosos.
—La palabra arte claro que es una palabra fuerte. Lo es, y muy extensa también, ¿sabes? Es muy general. El arte define muchas cosas y todas ellas pueden ser diferentes, con su encanto único y belleza exclusiva.
Comenzó a decir, con una enorme sonrisa en el rostro y acariciando la suave piel del otro.
—Arte es eso que tú haces porque es único, inigualable. Tú mismo eres el arte que te caracteriza. Es simplemente algo que encaja a la perfección contigo y espero que algún día te des cuenta de ello.
Pudo ver lágrimas en los ojos de Jungkook, brillando en la poca luz, pareciendo cristales preciosos que adornaban sus bonitos ojos. Y cuando una lágrima se escapó sin permiso se apuró a secarla para que no estropeara el rostro ajeno, para que no turbara esa belleza que tanto lo enamoraba.
—Pero-
Quiso replicar, quiso decirle que arte era lo que Taehyung hacía. Era él el que hacía cuadros, esculturas, todo. Él sólo era el mismo chico de hacía tres años. Y Taehyung lo calló con un beso, alzando el rostro del pelinegro para juntar sus labios en un casto beso que los hizo cerrar los ojos.
Para Taehyung Jeon Jungkook era arte de todos modos.
Arte es una palabra muy extensa.
No todo se ciñe a una misma cosa.
La palabra arte es una sola palabra, mas representa todo.
Y para Taehyung ese todo tenía nombre y apellido.
Jeon Jungkook.
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arte • KTH&JJK • OS ©
Fanfiction-Bebé, eres arte. -Arte es una palabra fuerte. -Oh, cariño, créeme que lo sé. ┃⋆ฺ。:┆ ཻུ۪۪ 🌺 oneshot ┃⋆ฺ。:┆ ཻུ۪۪ 🌺 taekook ┃⋆ฺ。:┆ ཻུ۪۪ 🌺 NO sé permiten ni copias ni adaptaciones, tampoco la creación/distribución de su PDF