Capítulo 10: Mi verdad

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POR FAVOR LA NOTA AL FINAL ES SUUUPER IMPORTANTE

Veía atento mientras Samantha terminaba de arreglarse para salir

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Veía atento mientras Samantha terminaba de arreglarse para salir. Me causaba gracia que recorriera todo el apartamento buscando una cosa o la otra.

—Entonces... ¿Nos vemos más tarde? —preguntó sin dejar de verme mientras terminaba de colocarse su argolla.

Mordí mi labio inferior viéndola irresistiblemente preciosa, ¿era normal tener tantas ganas de besarla? La noche anterior me había dejado muy mal. Me encontré preguntándome entonces qué provocaba en ella, me había prácticamente forzado a decir que el beso había sido un arrebato, pero nada más lejos que eso.

—Puede que vaya a la oficina, tengo unos asuntos importantes—murmuré mientras hacía una mueca.

Claro, siempre y cuando el dolor de cabeza me lo permitiera.

—De acuerdo, te veré al rato entonces.

Se despidió con la mano antes de tomar su cartera, las llaves y desaparecer. Definitivamente era imparable.

Un bostezo se me escapó y fue lo único que necesite para saber qué no iría al trabajo, no estaba acostumbrado a trasnocharme y emborracharme como la noche anterior. Así que sin perder tiempo, busque mi celular y mi laptop y fui a la habitación de Samantha para trabajar desde casa. A media tarde mamá me interrumpió para invitarnos a Sam, a bolita y a mi a almorzar al día siguiente, escuchándolo como un buen plan acepté, esperando que Sam no tuviera problemas con ese hecho, y continué con mi trabajo.

Tres horas después, me había tomado una pastilla para el malestar y me encontraba descansando luego de haber arreglado todo con Mildred. Sin embargo, aburrido de la televisión, me levanté de la cama con intenciones de prepararme algo de comer, cuando escuché voces provenir de la sala. No había sentido a Sam entrar.

Alcé una ceja al ver a un hombre pelirrojo muy sonriente hablándole demasiado cerca a la madre de mi hijo, ¿quién era ese a fin de cuentas?

—¿Samantha?

Ella me miró un breve instante antes de volver la atención a lo que hacían.

—Pensé que irías a la empresa a resolver unos asuntos importantes.

Me crucé de brazos y alcé una ceja al percatarme de cómo me estudiaba su acompañante, tuvo la decencia de parecer avergonzado antes de volver su atención a la laptop.

—Cambié de parecer, no me siento muy bien—respondí finalmente viéndola asentir.

—De acuerdo—parecía estar dibujando algo por lo que me acerqué un poco más. —¿Ves? —señaló el dibujo viendo al susodicho. —Nunca hemos visto una invitación como esta.

—Tienes razón, es muy original, Sam—la sonrisa de bobolicon me lo dijo todo, le gustaba Samantha. —No esperaba menos de ti.

Retuve el impulso de bufar, sin embargo, si logré interrumpir el potencial agradecimiento de Samantha al carraspear.

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