✧･ﾟ: "El que vive de ilusiones muere de realidades." :･ﾟ✧
Mi nombre era Hana. Tenía una vida normal, sueños comunes, una rutina predecible... hasta que todo cambió. Un accidente me arrancó de mi mundo y me arrojó a otro que solo conocía a través de...
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Sakura había terminado su entrenamiento, las cicatrices de sus recientes misiones aún le recordaban lo que significaba ser parte de los ANBU. Mientras caminaba por los pasillos, se detuvo al ver que la puerta del despacho del jefe de los ANBU estaba abierta. El ambiente en la base siempre era pesado, pero hoy algo lo hacía más denso.
El jefe estaba de pie, frente a la mesa de trabajo, pero su postura no era relajada. Tenía la mirada fija en la ventana, como si estuviera esperando a alguien o pensando en algo crucial. Cuando sus ojos se encontraron con los de Sakura, un estremecimiento recorrió su espalda. No era normal que el jefe estuviera tan… distante. Los ANBU no solían mostrar emociones, pero hoy había algo más, algo que le daba a la sala una atmósfera inquietante.
—Sakura. —La voz del jefe resonó, grave y controlada, pero no había calidez en ella. Solo un tono de urgencia que hizo que el corazón de Sakura acelerara ligeramente.
Ella se acercó, sin hablar, con una ligera sensación de incomodidad que no solía sentir frente a él. Normalmente, era un líder eficiente, pero hoy algo en su actitud parecía pesado, como si la conversación de hoy no fuera cualquier misión rutinaria.
—Tienes una misión. —El jefe pausó, mirando de nuevo hacia la ventana. Estaba buscando las palabras correctas. Sakura notó que no la miraba directamente, como si estuviera sopesando algo muy importante.
—Dime qué es. —Respondió Sakura con calma, aunque por dentro, su intuición le decía que esta misión sería diferente a cualquier otra.
El jefe giró lentamente hacia ella, su rostro serio y sin rastro de la rigidez habitual. Había algo en sus ojos. Algo que Sakura no había visto antes. Por un momento, estuvo a punto de hablar, pero se contuvo, como si las palabras estuvieran demasiado pesadas para salir.
—Es una misión de rango S. —Su voz no tembló, pero la gravedad de sus palabras hizo que la sala pareciera cerrarse a su alrededor. Un escalofrío recorrió la espalda de Sakura.
—Rango S… —repitió ella, apenas comprendiendo la magnitud de lo que implicaba. No se trataba de un simple encargo. Las misiones de rango S eran las más peligrosas, las que podían cambiar el curso de todo.
El jefe hizo una pausa más larga antes de continuar. Su mirada parecía penetrante, como si estuviera evaluando si ella podría soportar lo que estaba por decir.
—La misión consiste en infiltrarte en una organización llamada Akatsuki. Es una red de criminales de rango S, conocidos por sus habilidades y su influencia en varias aldeas. Están en la cima de la lista de amenazas. —Sakura escuchó cada palabra con atención, su mente intentando procesar lo que acababa de oír.
—¿Akatsuki? —Sakura no podía ocultar el desconcierto en su voz. ¿Por qué no había escuchado de esa organización antes? Algo tan grande, y ella nunca había tenido información de ello. —¿Por qué… por qué yo?
