Disfraces ¿Crossplay?

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Advertencias: Lemon FuriAka y luego AkaFuri because puedo y son sukes para mi (?)
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Furihata se quedó en casa de Akashi unos días, en parte para que pudieran estar solos y darse amor sin problemas a cualquier hora sin miradas ajenas. Pero justo la primera noche el padre de Akashi llegó y los hizo dormir en habitaciones separadas, pues no se veía bien que, aunque fueran pareja, sin estar casados durmiesen juntos.

Furihata fue despertado bien en la madrugada por un peso en sus piernas cuando abrió los ojos Akashi estaba sentado muy cerca de su entrepierna vistiendo un disfraz de caperucita roja sonriéndole de manera coqueta.

―Sei, pero ¿Qué h-? ―Su pareja le tapó la boca un momento y le habló suavemente al oído―Mi padre está cerca...no hables mucho y con respecto a esto, simplemente quería que nos divirtiéramos un rato.

Ahogando una risita de que haría una travesura, acaricia por encima de la entrepierna ajena con una mano logrando poner duro sin problemas el miembro de su pareja. Akashi sonrió satisfecho liberando el pene duro de Kōki de los pantalones de dormir de este. Se acomoda frente a él y le da una lamida juguetona haciendo que Furihata tuviera ganas de sacar un gemido de gusto, sonidos que tuvo que ahogar mientras su pareja engullía su miembro con gula. Seijūrō amaba que ese trozo de carne latiera por su causa, lo chupaba y lo lamia con mucho entusiasmo.

―Sei~...

Su amado le hizo un gesto que se callara mientras seguía chupando, acariciando sus testículos suaves haciendo casi delirar a Kōki quien disfrutaba mucho todo lo que su pareja hacia en su pene sintiendo que pronto se iba a venir, pues de la forma en que su pareja le daba sexo oral era demasiado intensa. Mientras su pene estaba en toda la boca de Akashi, Furihata podía sentir su lengua, resbaladiza y húmeda saboreando su miembro mientras la punta estaba en la garganta ajena. Se contuvo lo que más pudo, pero unas lamidas en la punta sensible en la salida del semen no pudieron más con el de cabello castaño y acabó de improviso llenando la boca ajena. Akashi tragó como pudo pues era abundante, se relamió lo que había caído fuera y miró con deseo a Furi

―Quiero hacerlo―Le susurró a Furihata que, al contenerse de no gemir, ni de venirse tan pronto, había tenido un orgasmo muy fuerte, pero sabia que su pareja no se quedaría así sin más y tenía razón.

Kōki asintió invitando a su pareja a que viniera hacia él con un gesto abriendo la boca para recibir el miembro de Akashi que era grueso. Furi ya había adaptado a sus embites en más de una ocasión, puesto que le gustaba que su pareja le follara la boca, le excitaba. Además, podía aprovechar para tocar el trasero de Akashi y hacer a un lado su ropa interior, tenia que prepararlo. Mientras chupaba el pene de Seijūrō untaba lubricante y masajeaba con sus dedos, buscando, ensanchando y por fin encontrando el punto sensible que hizo a su pareja dar un pequeño brinco y sacar su miembro de la boca ajena. Akashi se coloco en cuatro solo levantándose la falda de aquel vestido, ni siquiera se sacó la ropa interior, tampoco Furihata lo hizo, y tenía que admitir que le gustaba esa vista.

―Pareces una linda chica con ese vestido. ―Comentó en voz baja mientras frotaba su miembro entre la ropa interior tipo femenina y las nalgas ajenas.

―Soy mejor que una chica, soy tu pareja―Contuvo un gemido ahogado cuando su pareja se introdujo, a diferencia del miembro de Akashi el de Furihata tenia la punta algo delgada y se iba engrosando hasta la base, lo que hacía que fuera más fácil entrar. Furi sin preguntar empezó a moverse, las piernas blancas, aunque musculosas de Akashi envueltas en medias negras le excitaban mucho, se mordía los labios para no soltar sonidos de gusto. Su pareja también lo hacía, por lo único que se escuchaba era el ruido de los embites algo fuertes y las respiraciones dificultosas.

Tal vez igual sería demasiado ruido, pensó Furihata, pero no quería parar por nada y no lo haría, menos al sentir como su pareja apretaba su interior, como se movía la falda roja y la caperuza que llevaba este. Desató la camisa blanca de aquel disfraz para tocar sus pezones que se sentían duros.

―Sei...te amo―Sacó su pene casi del todo y lo introdujo con rudeza hasta el fondo. Su pareja empezó a gemir y eso le prendió para ir más rudo en su interior chocando sus testículos en el trasero ajeno que también se movía buscando aquel miembro. Akashi a cada embestida ruda gemía más ruidoso, por lo cual de pronto Furi se acordó y le tapó la boca, pero sin salir de su interior. Ahora parecía que estuviese abusando de él, cosa que era una fantasía aún más prohibida y erótica. Le siguió tapando la boca hasta que Seijūrō se vino manchando las sabanas. Furi se salió del interior ajeno y volteando a Akashi eyaculó encima del traje de caperucita roja.

―L-Lo siento Sei...―Pensó que se había pasado al taparle la boca de esa manera tan grosera, pero su pareja solo le guiño un ojo y lo besó en los labios antes de retirarse a su propia habitación.

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Al parecer Masaomi no había escuchado nada de la noche anterior cuando los tres se sentaron a desayunar. Masaomi saldría a una junta durante el día, pero de noche volvería. Akashi en la tarde le propuso que esta vez fuera Furihata quien llegara en la madrugada disfrazado. Furihata asintió.
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En la noche mientras Masaomi dormía en la habitación del lado Furihata tímidamente mostraba un disfraz de sirvienta, con medias color rosa, así como su ropa interior tipo femenina, tenía una semi erección cosa que Akashi notó de inmediato y se acercó a su pareja para agacharse subir la falda de sirvienta y lamer el miembro por encima de la ropa interior hasta ver mojado por el lado de la punta. Furihata se contuvo como podía, pero era difícil. Estar haciendo este tipo de cosas al lado del padre de Akashi era realmente algo sucio, pero eso más caliente le ponía, así que se separó un poco de su amado mostrándole el trasero que ya había lubricado con anterioridad antes de entrar a la habitación.

Seijūrō lo nalgueo.

―Cachorrita pervertida ¿Te estuviste divirtiendo sin mí? Voy a tener que castigarte―Introdujo sin avisar el miembro que tapaba todo su interior expandiéndolo hasta el máximo. Era una medida grande o quizás era Furihata quien lo sentía enorme para su pequeño agujero, pero así le gustaba, era un pene invasivo y grueso. Movió su trasero acomodándoselo y mirando a Akashi mirándolo con los ojos algo acuosos y deseosos a que siguiera. Cosa que su pareja hizo de manera inmediata dándole poderosas embestidas que hacían mover toda la parte de la falda, aunque la de Furihata era bastante más corta que la que había usado Akashi en su traje de caperucita. Kōki trataba de gemir lo menos posible porque estaba seguro que esta vez si Masaomi los escucharía, pero las penetradas tan certeras a su próstata lo hacían sentir tan bien que se le escaparon varios gemidos altos, jadeaba demasiado alto y parecía que su novio amaba esos sonidos que hacia porque cuando se le soltaba un gemido fuerte parecía que trataba de replicar lo que provocó aquel sonido.

—S-Sei más lento por favor... nghhh despertaremos a tu padre.

Su pareja río un poco.

—Kōki ... ¿No te has dado cuenta que te mentí ayer? —Volvió a nalguear a Furihata cuando este paró al escucharlo, así que Kōki tuvo que mover el trasero mientras lo oía. — Todas las habitaciones son insonorizadas, no nos oirán.

Furi lo miro un poco enojado, pero al mismo tiempo aliviado de saber que podía gemir sin temor, porque realmente no podía contenerse.

Su novio lo tomo de las piernas y lo puso contra la puerta haciendo que prácticamente Furi estuviese sostenido solo a esta, pues prácticamente estaba en el aire mientras era penetrado, sus zapatos de tacón como sirvienta se estaban saliendo de sus pies entre tantos poderosos movimientos, cayendo uno al piso. Furi se aferro como pudo a Akashi pues ya se sentía eyacular, gritando más que gimiendo de placer. Seijūrō sentía prácticamente lo mismo y así acabaron casi a la vez. Kōki sentía las piernas de gelatina mientras respiraba con dificultad mientras terminaba de ser llenado de semen. Cuando Seijūrō salió de su interior hasta lo sintió incomodo, era como si el pene de Akashi perteneciera a su cuerpo.

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Kōki había aprendido que: lo prohibido es tentador, los disfraces pueden ser divertidos para sesiones de sexo y que no debe confiar al cien en su novio cuando anda en modo travieso.

También que su pareja es mucho más salvaje que él, pues el traje de sirvienta quedo destrozado.





31 días de AkaFuri 2020/2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora