X & Y

X/E: Cerebro dividido

X: Jacob

Ese fin de semana fue para mí como un tornado de emociones y pensamientos que no había conseguido ordenar del todo. Sólo le había dado muchas vueltas a lo que sucedió el viernes. Y no sé por qué, pero cada vez ese sentimiento que sentí aquel día fue empeorando considerablemente. Cada vez fue peor.

Me encontraba en un laberinto sin salida, en el muro esta estampado ese vacío. Ese estúpido vacío que me fue inundando y no me había dejado en paz desde ese maldito día.

Pero al vacío no es al que le temía. No, era algo peor. Si me encontraba en ese callejón sin salida es porque había salido huyendo de algo mucho peor. Me perseguía y sabía que si le plantaba cara… Acabaría conmigo.

Al menos eso es lo que pensaba. Y terminé acertando.

***

No he dormido prácticamente estos dos últimos días y me siento tan desgraciado. Seguro termino desmayándome en cualquier momento. Si eso sucede, los profesores tendrán que llamar a una ambulancia, esta llegara al hospital donde estará esperando mi madre llegando al punto de la histeria.

Está bien, creo que estoy exagerando, pero me siento miserable en estos momentos. Estoy sentado en mi banca de siempre, no tendremos clase en las próximas dos horas, así que prácticamente, estoy perdiendo mi tiempo libre hundiéndome en mi desgracia.

El salón está totalmente en calma, ningún ruido se escucha, haciendo excepción de los sonidos que provienen de afuera. Eso sucede cuando todos los alumnos salen a hacer escándalo fuera del aula porque “no tenemos clases y debemos aprovecharlo” y yo estoy aquí, pensando en idioteces.

Incluso P ha salido, aunque él fue a comprar el almuerzo de ambos. Yo no tenía ningún ánimo de salir, se debe a mi bendito insomnio. Me he pasado sábado y domingo despierto hasta las 7:00 A.M. pero no es porque lo quisiera, lo crean o no, a mí nunca me ha gustado desvelarme, prefiero dormir. Dormir es el regalo de los dioses, y es gratis.

La razón de mi insomnio se debe a que he estado pensando demasiado en las cosas que pasaron el viernes. Rose. El beso. Todo ese gran problema.

Es un problema para mí, puesto que no llegue a sentir nada, ni siquiera un estremecimiento, cuando ella me beso en los labios. Mi primer beso y prácticamente fue como si me hubiera quedado parado viendo cómo se secaba la pintura en una pared. Si, así de grave estaba el problema.

No le he contado a P lo que sucedió el viernes, así como él tampoco me ha contado nada. Estamos evitando el tema, me temo. Normalmente para P es difícil contarme las cosas, pero aun así termina contándome todo. Sin embargo, hoy es diferente, sé que no quiere contarme nada. No sé si deprimirme o alegrarme porque no saque a relucir ese tema.

Quiero pensar que si no me quiere contar es porque su cita fue horrible. Sí, soy un desgraciado y espero que la cita de mi mejor amigo haya terminado mal. Soy un asco. Pero lo peor de todo es que no tengo idea de por qué quiero que todo haya terminado mal. Es decir, sé que en alguna parte, muy dentro de mí, está la respuesta. Pero no quiero averiguarlo. No quiero averiguar que soy un egoísta asqueroso.

Pero sé que lo soy, de todos modos.
¿Por qué las cosas siempre son tan complicadas? Esto de no ser un ser perfecto es fastidioso, es decir, si fuéramos personas perfectas seguramente nadie sentiría envidia, rencor, odio, celos, todas esas emociones negativas. Pero no lo somos, y por supuesto yo no lo soy. Ni de lejos.

Suelto un largo suspiro. No sé por qué pienso en estas cosas, odio ponerme existencial. Siempre termino descubriendo cosas que pensé que habían desaparecido.