Amrâlimê

Como una estrella inalcanzable ★

Aloha!!! ¿Cómo están mis amad@s lector@s? Para este capítulo la canción que elegí es para dos escenas ya verán dos veces a nuestra adorada amiga estrellita ★

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Apenas su decisión fue tomada, entró con rapidez de vuelta a la casa y comenzó a dar órdenes firmes.

-Acomódenlo sobre la mesa y busquen algo en donde pueda apoyar la cabeza, rápido.

A una de las niñas, la que parecía mayor, le pidió un cuenco con un poco de agua, donde comenzó a desmenuzar la planta y a hacer un rápido preparado con ella. Intentó centrarse pese a los gritos de dolor de Kili, que cada vez eran más continuos.

Sus compañeros enanos consiguieron tumbarlo en la mesa, usando una bolsa de nueces como almohada y tratando de que dejase de retorcerse por el dolor de la herida.

Thorin miraba sorprendido a Tauriel, daba las órdenes sin titubeos, era una líder innata, y recordó lo que Balin le había dicho: '...hay una excepción, oí que hay elfos de la realeza pueden acercarse así a los seres vivientes...' Primero eso, luego que es hermana de Legolas, ahora daba órdenes sin dudar, sabía que era la mejor guerrera de su reino, pero para dar órdenes así debía darlas muy a menudo.

Al analizarlo se dió cuenta de un pequeño detalle... Legolas era muy parecido a Thranduil.

Tauriel se fijó en los ojos del joven enano castaño, cada vez más blanquecinos. Tenía que darse prisa o lo perderían.

-Sujétenlo bien.

Ordenó de nuevo, tomando entre sus manos el preparado de la planta y empezando a murmurar algo en élfico, mientras presionaba las hojas húmedas en la herida de flecha, haciendo que Kili gritase de nuevo al contacto con la planta, que comenzaba poco a poco a hacer efecto.

Tauriel se concentró todo lo que pudo, recitando esas místicas palabras de curación como un hechizo, mientras los enanos a su alrededor la miraban entre preocupados por su compañero y admirados por la entereza que demostraba a pesar de la situación

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Kili sentía que no podía más con el dolor. La pierna le ardía, y cuando clavó el cuchillo en ese orco y lo tiró al suelo, cayó con él sin poder mantenerse en pie, gritando de forma desgarradora.

No era consciente de apenas nada a su alrededor, su vista estaba borrosa y solo sintió que lo levantaron, lo pusieron en un lugar sólido y plano, y lo sujetaron entre sus compañeros y las hijas de Bardo.

Solo sentía el dolor del veneno de Morgul corriendo por sus venas, como se hundía cada vez más en la oscuridad, y aunque escuchaba la voz de su hermano Fili y su tío Thorin a su lado, era como si no pudiera verlos ni alcanzarlos.

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Iba a sucumbir, lo sentía. La oscuridad cada vez lo envolvía más, pero entonces, una tenue luz empezó a brillar a lo lejos, mientras el susurro de una voz dulce y suave como los pétalos de la más hermosa flor llegaba a sus oídos, calmando sus gritos de dolor. Tenía que ser un sueño, no podía ser posible...

Allí estaba ella, en la luz, tan hermosa o más incluso que cómo la había visto la noche que habían presenciado el espectáculo de luciérnagas en el Bosque Boreal. La hermosa elfa pelirroja que se había interesado por él, que le había tratado como a un igual, y que le había salvado la vida dos veces desde que se conocieron. Tauriel...