— Gerard... ¿Estás bien? — Preguntó Mikey del otro lado de la puerta, ya que su hermano mayor se había encerrado en el baño hace más de una hora y media, y eso lo tenía muy preocupado, porque lloraba como si no hubiese un mañana, y la verdad no entendía la razón por la que su hermano lloraría de esta manera — Abre la puerta.
— Estoy bien — Contestó en un hilo de voz. No, no era cierto, no estaba bien.
Esta mañana Gerard decidió ir a desayunar algo, se preparó un café con unas tostadas con miel, pero cuando sintió el olor a su muy delicioso café, sintió unas terribles ganas de vomitar, así que corrió al baño y devolvió todo lo que había comido la noche anterior junto con Frank... Tenía dudas, tenía preocupaciones y temores también. Frank... Frank le había hecho daño de nuevo. Se encerró en el baño y decidió quedarse ahí, hasta que su hermano menor fue hasta donde él estaba y lo llenó de preguntas, obviamente no era por maldad, sólo que estaba preocupado por Gerard.
— Abre la puerta, Gee — Pidió Mikey amablemente, como sólo él sabía tratarlo en estos momentos tan difíciles. ¿Y ahora cómo se lo diría? Se limpió las rebeldes lágrimas que se habían dignado a bajar de sus ojos esmeraldas, y abrió la puerta con la cabeza gacha, sintiéndose la basura más grande de todo el maldito mundo — Gerard... — Se acercó al nombrado y lo abrazó con fuerza, el cuerpo del mayor estaba temblando, y ahora mismo Gerard se encontraba llorando — Calma, Gee... — Susurró Mikey al mismo tiempo que sobaba su espalda con tranquilidad para que pudiera calmar su llanto. El pelinegro correspondió ese cálido abrazo que su hermanito le estaba otorgando, realmente necesitaba un abrazo, necesitaba cariño y comprensión en este difícil momento — ¿Quién te hizo esto, Gee?— preguntó el de lentes preocupado, ya que el pelinegro lloraba mucho, le dolía en el alma ver a su hermanito así, no quería que vuelva a sufrir por otro infeliz, él se merecía toda la felicidad del mundo — ¿Quieres hablar?— Gerard asintió, todo sin dejar de llorar de forma desgarradora sobre su hombro. Gerard sentía que su alma se evaporaba y su corazón se rompía en mil pedazos, y tenía ganas de dormir porque no había dormido en toda la maldita noche por culpa de Frank, quien no había abandonado sus pensamientos a pesar de haber sido una basura.
— Y-Yo — Tartamudeó, no sabía cómo decírselo... Pero sin dudas debía decirle, porque no podría ocultar esto por mucho tiempo, era ahora o nunca — Y-Yo... — ¡Las palabras no salían! Realmente quería hablar de esto, quería decirle todo lo ocurrido pero... Sus palabras se quedaban estancadas en su garganta, formando un gran nudo lleno de dolor y tristeza, impidiendo que siguiera hablando — Es que... Yo...
— ¿Qué sucede, Gee?
— Mikey... — Se separó del abrazo y miró a su hermano directo a los ojos. Los ojitos esmeraldas de Gee estaban rojos por tanto llorar, hasta le dolían que le costaba ver — Estoy embarazado.
— Eh... ¿Qué?— Preguntó confundido— ¿Embarazado?—El pelinegro asintió, sintiéndose terriblemente mal por todo lo que le estaba sucediendo — ¿Bert lo sabe?— Gerard se mordió su labio con fuerza ante el nerviosismo que sentía... Debía decirle.
— No es de Bert... — Contestó con la cabeza gacha. Ahora Mikey estaba más confundido que antes.
— Pero... — Se quedó unos segundos en silencio tratando de procesar la reciente información — ¿De quién es?
— De Frank...
—¡¿Qué?! — Era de esperarse. Gerard comenzó a llorar nuevamente, se sentía mal por todo esto.
Todo lo sucedido no era culpa de Frank, era culpa suya por permitirle que le vuelva a hacer daño, se hacía cargo de la estupidez que había cometido.
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Love of my life •Frerard•
FanficUn matrimonio de años, y también un engaño de por medio. Frank va a hacer hasta lo imposible para volver a recuperar la confianza y el amor de Gerard. •Mpreg. 28/12/2020