4. Moonlight

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Yoongi tenía la cabeza apoyada sobre la almohada. Jimin, demasiado perezoso como para moverse siquiera, seguía tendido sobre él, y lo sentía sobre su pecho, bajando y subiendo al ritmo de su respiración. Solo le había dicho que debía dejar de fumar cuando él se había encendido un cigarrillo, por costumbre, y también había respondido al saludo de Namjoon porque, por alguna razón, la corriente había abierto la puerta mientras estaban en la cama.

    Jimin seguía siendo cálido en más de un sentido, pero ya no existía entre ellos esa sensación de pertenencia a un lugar que años antes solía reconfortar a Yoongi. Como Dios debía odiarlo personalmente, Hoseok decidió visitarles aquel mismo día. Se asomó también por la puerta y murmuró algo de "no querer molestar", antes de guiñarle el ojo a su amigo. Yoongi se quitó de encima a Jimin y se levantó para cerrar la puerta, cubriéndose apenas con las sabanas, y después volvió a la cama y enterró el rostro entre sus rodillas.

    Jimin le obligó a sostenerle la mirada y lo envolvió en un abrazo. Le aseguró que iba a estar bien, y Yoongi no supo si creerle. Incluso si superaba a Hoseok, seguía sobrevolándole aquella incertidumbre que a la vez era una certeza de que nunca iba a estar bien. No del todo.

    Pensó en Seokjin en el piso de abajo. Tal vez aquel era un buen día para salir a pescar, quizá incluso alquilar una de las barcas del puerto, en lugar de quedarse en el muelle. Parecía una vía de escape ideal, pero no podía despachar a Jimin de aquel modo, como si fuera uno de sus ligues de una noche, y tampoco hubiese estado bien por su parte pasar de Hoseok, por una vez que se dignaba a visitarle. Y Seokjin no estaba allí para él las veinticuatro horas del día. Tenía una familia, y amigos, y quizá más pronto que tarde, tendría también una esposa.

    No sabía por qué, en lugar de querer estar solo, su mente vagaba en su busca. Yoongi solía tener poca paciencia, y se le agotaba la batería social a las pocas horas. Tampoco se trataba de que hubiese estado socializando mucho aquel día. Había cenado con Jimin y con Namjoon, habían hablado de muchas cosas y después Namjoon se había ido por su lado y ellos dos habían acabado en la cama, lo cual no tenía nada de alarmante porque desde que habían quedado en verse sabían que así terminaría la noche.

    Y sí, el cuerpo de Jimin todavía parecía encajar perfectamente con el suyo. Jimin seguía teniendo unos labios suaves, brillantes, hechos para ser besados, y una voz angelical y todavía era cariñoso y, de alguna manera, todavía se querían muchísimo. No estaría allí, después de todo lo que habían pasado, de no haber sido así. Pero ahora esa belleza y ese amor eran hechos, y no sentimientos.

    Yoongi sabía que, como el resto de cosas bonitas en su vida, había terminado por su culpa. Fue Jimin quién dijo las palabras, pero él las causó. Es difícil ser constante y persistente cuando la persona que amas parece empeñada en destruirse a sí misma. Jimin no se rindió con Yoongi, ni lo abandonó en su peor momento, pero eligió cuidarle desde la sombra, desde donde no pudiese salpicarse con el daño. Y Yoongi estaba mejor que entonces, pero seguía siendo solo una sombra de lo que un día había soñado ser.

    Jimin sabía que Yoongi estaba perdidamente enamorado de Hoseok. Le dolía, no por celos (Yoongi ya no era nada suyo, al fin y al cabo), sino por empatía. No decía nada, porque sabía lo mucho que su ex novio odiaba sentir que alguien le tenía lástima, o lo difícil que le resultaba permitirse ser vulnerable.

    Seguía envolviéndolo en sus brazos, con las manos en su pelo y rozando su oreja con los labios. Yoongi detestaba aquella sensación de vulnerabilidad, así que se separó de su cuerpo y solo se acercó de nuevo para besarle. Hizo a un lado el cigarrillo, dejándolo en un vaso de plástico que tenía sobre la mesilla, y empujó a Jimin de nuevo sobre el colchón, de forma errática, impaciente, porque eso era mucho más fácil que seguir pensando en lo poco que le importaba a Hoseok con quién se acostaba (en contraste con lo mucho que le dolía a él la situación opuesta).

Losers (MY+KSJ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora