I - Morning nightmare.

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Otra fría y resplandeciente mañana; Me enferma.

No tengo ganas de levantarme, ver gente y hacer cosas, cerré mis ojos de nuevo y resoplé profundamente, cuando de repente tres golpes interrumpieron mi pacífico sueño. Bufé

"Zoe levántate" dijeron a través de la puerta

Ignoré por completo los llamados, hasta que los golpes se volvieron más insistentes.

"¿Qué quieres Jason?" grité

"¡Mamá dice que llegarás tarde!" exigió

"Pues dile que no iré, maldición" dije furiosa mientras ponía un almohadón en mi rostro-.

Escuché sus pasos alejarse por un momento, Pero más tarde escuché nuevos pasos, esta vez eran tacos y resonaban en todo el pasillo. Escuché el chirrido de la puerta.

"¡Zoe Lynn exigo que desde este mismo instante te levantes!" gritó mi madre y me sacó las cobijas de encima.

encaminó hasta las cortinas y las deslizó, me removí en las colchas y me puse las cobijas de nuevo, volviendo a cerrar mis ojos.

"No soporto tener que lidiar con esto todas las mañanas" -dijo abriéndolas de mala gana.

Eso bastó para ponerme de pelos, me destapé rápidamente y me senté.

"Pues no lo hagas" hice énfasis en cada oración.

Sentí mi mejilla arder.

"Pendeja de mier-da"

me tomó de los cabellos

"Que sea la ultima vez que me alces la voz, soy tu madre".

Hablaba duramente mientras tiraba de ellos, grité

"Suéltame, Jason" me quejé al tratar de safarme, rabiaba a lágrimas

Malditas, siempre me hacen quedar como una débil.

**

Luego de hacer mis necesidades, desayuné y limpié lo que había hecho.

Toqué mi mejilla y aparte mi mano de ella rápidamente. ¡Mierda, si que ardía!, tomé mi mochila y caminé a la salida, comencé a caminar por el camino de piedra, hasta que pisé asfalto, había salido del aparcamiento.

"Buenos días Gus" le dije al vigilante.

Me devolvió el gesto con la cabeza.

No acostumbraba a saludar a nadie, pero debía hacerlo, por educación.

**

Inhale y exhale unas cuantas veces, suspiré llena de valor y caminé a las puertas del infierno, o como algunos abrevian, "Instituto". Apreté mi agarre en la cinta de mi mochila, cuando sentí miradas encima de mí. Apresuré mi paso, pero fue demasiado tarde.

"Vance" -dijeron detrás de mí-.

Tragué en gordo e inhale fuerte, mi pulso sanguíneo aceleró y la sangre se esfumó de mi rostro.



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