Prefacio

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Notas Importantes

↳ El título "Voir-Eur" corresponde al verbo francés "voir" (ver) y el sufijo de agente "eur" que conforman "Voyeur" cuya traducción literal significa "El/La que ve". Debido a políticas de algunas plataformas donde publico, se deja como título principal la palabra descompuesta y al interior como compuesta.

Advertencia: La siguiente historia puede llegar a presentar escenas con contenido sexual explícito, situaciones de violencia y lenguaje adulto/vulgar no apto para personas sensibles. Si te resulta ofensivo este tipo de contenido o eres menor de 16 años, se sugiere discreción.

↳ Queda estrictamente prohibida cualquier copia y/o adaptación de esta obra de ficción. Todos los derechos reservados.

↳ Disclaimer: Los personajes y el universo donde se desarrollan no me pertenecen a mí, sino a la increíble y talentosa Rumiko Takahashi.

↳ Disclaimer: Los personajes y el universo donde se desarrollan no me pertenecen a mí, sino a la increíble y talentosa Rumiko Takahashi

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VOYEUR

"Si miras durante largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti"

Friedrich Nietzsche

Prefacio | Nocturno

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Prefacio | Nocturno

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La primera vez que lo vio en el lago, lo consideró un terrible accidente.

La luna brillaba en lo alto proyectando sus perlados rayos sobre un cuerpo atractivamente masculino. Delgados hilos de agua recorrían un parsimonioso camino por los músculos bien definidos de la figura, delineando cada marca y cresta de su superficie en un patrón seductoramente peligroso. La joven no había podido apartar la vista demasiado pronto.

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La segunda vez, cuando volvió por más, irrefrenable curiosidad.

Pálidas marcas sombreaban un mapa lleno de cicatrices en su espalda. Heridas de guerra, evidencias de duros entrenamientos y otros violentos encuentros. Los mechones húmedos se aferraban al cuerpo en completa tensión expuesto ante sí. La mirada oscura lo había recorrido con avidez, sumida en una mezcla de compasión, admiración y perverso deleite.

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La tercera vez, simple y llano voyeurismo.

Cual adicta a su imponente imagen, había comenzado a volver cada noche al amparo de la oscuridad con el fin de memorizar cada rincón de su cuerpo, intentando imaginar las texturas y soñando con acariciar los sedosos mechones platinados que recurrentemente yacían como una cascada a su alrededor. Hambrienta y deseosa de obtener tan sólo un bocado de Él.

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El problema con observar directamente algo es que, cuando pasabas mucho tiempo haciéndolo, tarde o temprano éste terminaba por hacer lo mismo y entonces todo se volvía un verdadero caos.

Era una lástima que la joven no hubiera tenido la fuerza de voluntad suficiente para detenerse a tiempo y que, en cambio, la hechizante presencia de un solitario daiyōkai la hubiese llevado a convertirse en una descarada:

Voyeur.

Voyeur

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