Anhelo de navidad

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#Frase - Fiestas sin sentido y hay muérdago, pero no puedo besarte.

Fecha: 7 de enero de 2021

Anhelo de navidad

Desde hace algún tiempo había comenzado a sentir aberración por las festividades decembrinas, a tal punto que solía llenarme de trabajo para que estas pasaran más rápido, para evitar tener que ver a todas las "felices" parejas pavonearse de lo maravillosa que iba su relación.

Cuan hipócrita podía ser la humanidad.

Pese a que la época hacía parecer que la magia existía, y podía ver cómo los involucrados buscaban regalos o incluso planeaban sus citas con sus respectivas parejas, unos meses después los tendría en mi buffet, más específicamente sentados en frente mío en mi despacho, peleando por la división de bienes. Como si tan sólo durante la blanca navidad, debajo de un muérdago no se hubieran jurado amor eterno.

Seguramente si ella me estuviera escuchando, utilizaría conmigo el nombre del personaje principal de aquella película de navidad que tanto le gustaba.

Kazuto eres el Grinch.

Ahí estaba nuevamente mi subconsciente traicionándome, trayendo una vez más su voz a mi cabeza, queriendo recordármela constantemente, como si aún permaneciera a mi lado. Haciendo que, en momentos como ese, solamente quisiera que la magia que había experimentado en aquellos mundos de fantasía a su lado existiera para que pudiera borrar para siempre los recuerdos que mi memoria albergaba, que hubiera una punta de diamante que pudiera llegar hasta el fondo de mi pecho, allá donde había escondido mi corazón y borrará ese tatuaje que ella había dejado con su nombre.

Realmente debía admitir al silencio de mis pensamientos, que aquello que detestaba con fiereza de las fiestas no era nada más ni nada menos que el hecho de no poder tenerla a mi lado. De saber que muy posiblemente ahora estaría compartiendo al lado de otro hombre.

Se habían convertido en fiestas carentes de algún tipo de sentido.

La había encontrado en las navidades de unos años atrás en una situación comprometedora, lo celos y la rabia al sentirme engañado habían hecho que mi sangre hirviera, haciéndome tener un dolor tan intenso, imposible de sanar con cualquier tipo de analgésico, que hizo que en su momento quisiera morir. Actúe como un hombre implacable y desalmado cuando tomé sus pertenencias y las tiré a la primera maleta que encontré en el departamento que compartíamos. Aún puedo recordar sus hermosos ojos horrorizados y llenos de lágrimas ante la expectativa de aquello que en el fondo ella sabía que se avecinaba.

Mi orgullo no me había permitido escucharla.

Pero eso era algo que no permitiría que saliera de mis labios. Muy en el fondo en algún lugar de mi retorcida alma, una pequeña voz agonizante, luchando contra mi oscuro interior, intentaba gritar que ella era inocente. Sin embargo, dado la experiencia que había tenido en el pasado, me era difícil confiar en las personas y el hecho de creer que la misma era traicionada nuevamente simplemente me había cegado. Hoy en día pese a que un par de años habían pasado, su recuerdo aún llegaba a mi cabeza frecuentemente, recuerdo que crecía fuertemente durante estas fechas, atormentándome, haciéndome dudar de las decisiones tomadas en el pasado, haciéndome anhelar el tenerla a mi lado.