(Contiene Feederism, si no te gusta, te recomiendo no leer).
Sam y Erika han sido amigos desde hace unos años, se conocen muy bien y tienen una gran confianza el uno del otro, pero ambos tienen un pequeño secreto sobre su amistad, algo que el otro n...
Habiendo pasado varios días juntos en casa de Sam, el acercamiento que habían tenido había sido genial para ambos...
Pero ahora este maravilloso tiempo...
Estaba por terminar...
Así que, sabían que debían aprovechar cada segundo que les quedase, para hacer feliz al otro como siempre lo habían soñado...
...
Sam
Despertamos juntos en mi cama, con nuestras panzas obviamente de fuera. Nuestras lonjas se juntaban suavemente dejándome sentir las de Erika de forma satisfactoria.
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Desperté con cuidado a la gordita junto a mi, su cara era tan linda dormida, suave y regordeta. Toque su nariz y ella poco a poco fue abriendo los ojos.
-Oh.. Hola- dijo viéndome mientras aún teníamos la cabeza recostada.
-Hola.- respondí lo más dulcemente posible.
Le dije que... Tal vez... Deberíamos levantarnos e ir a desayunar algo.. Después de todo ya era algo tarde, casi medio día.
Habíamos pasado la noche abrazados y holgazaneando como los cerditos que ahora éramos, aunque ahora tenía hambre, y podía apostar a que Erika tenía el doble de apetito.
Ella asintió. Intente levantar mi torso pero... Como ya esperaran, no era algo fácil, mis brazos no eran tan fuertes como para levantar mi peso, pero con el hambre como motivador logré apoyarme en la cama para quedar sentado, la cama comenzaba a crujir un poco mas de lo normal.
Noté como Erika luchaba por sentarse también, pero al igual que yo no le resultaba para nada fácil. Con mi cuerpo, ella se apoyó y logró quedar sentada junto a mi.
Ambos nos miramos, sabíamos que, ahora sin secretos ni límites entre nosotros, este día sería genial.
Nuestras panzas descansaban sobre nuestros gordos muslos, y nuestros traseros abarcaban gran parte de la orilla de la cama. Erika seguía siendo más grande que yo, pero yo la quería así, gordita y linda como siempre.
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