☆ ONE SHOTS MARVEL ▪ VOL. 2 ☆

Piezas de un rompecabezas - Parte 13: Aprendiendo a caminar (Otra vez)

STEVE ROGERS X LECTORA (AU)
#DE PALABRAS: 3100+
ADVERTENCIAS: Algunas maldiciones, Steve siendo un poquito tonto, luego siendo el mas dulce del mundo, mención de encuentros sexuales. ¡Leanlo hasta el final!
ESCRITO POR: PomeloVillano
N/A: Estamos a nada del final, así que ¡disfruten esto al máximo!

#PomeloAmaASteve
#StevePapito
#SiQueresTeLlamoPapeh

~•~

Lunes por la noche.

Las gemelas se fueron a Brooklyn a pasar la semana con Steve ya que t/n tenía algunos días algo atareados por delante; entre su trabajo y organizar la boda de Tony, estaría ocupada y llegaría a casa demasiado tarde para su gusto.
Pero todo valdría la pena una vez que la boda pase. Ver feliz al hombre que estuvo a su lado incluso en los momentos mas difíciles era lo mejor que le podía pasar.

Sin muchos ánimos de preparar algo para comer, recurrió a alguno de los coloridos panfletos que estaban imantados a su refrigerador. Comida china parecía la mejor opción. Tomó su teléfono para comenzar a marcar cuando éste sonó. Al reconocer el número, sus ojos se abrieron de par en par.
¿Habrá pasado algo? ¿Alguna de las niñas se olvidó algo en el departamento? ¿Estará todo en orden?

Entre mas se preguntaba miles de cosas, el teléfono seguía sonando. Inhaló profundo antes de atender.

-¿Hola?- Respondió.
Cerró los ojos con fuerza al pensar en que podría haber sonado un poco menos patética.
-Hola, t/n...- Dijo Steve.
-Hola Steve, ¿A qué debo el placer de tu llamado?- Cuestionó en la voz mas calmada que logró manejar.
-No voy a mentirte; las gemelas me convencieron de que debemos ser amigos.- Hizo una leve pausa. -Estuve pensando que quizá no suene tan descabellada la idea de poder... Reunirnos los dos... Solos.- Dijo casi dudando.

Diablos, es lindo hasta cuando balbucea. Por teléfono.
Manten la compostura, con un demonio.

-Bueno, hicieron lo mismo conmigo, así que debo admitir que son mas inteligentes de lo que dejan ver... Y si, no suena descabellado en lo absoluto.- T/n dejó escapar una risita. -¿Tienes algo en mente?- Cuestionó.
-Espera, ¿Hablas en serio? ¡Diablos! No pensé que llegaría tan lejos...- Steve hizo una leve pausa. -¿Qué te parece de vernos en "Happy" éste sábado a las 7?- Cuestionó.

T/n sonrió ante la mención del lugar de su primera cita y donde Steve le propuso matrimonio.
Nostálgico.

-Suena genial. Happy, este sábado a las 7.- Dijo t/n sonriendo.
-Genial, nos vemos el sábado.- Dijo Steve.
-Nos vemos el sábado.- Agregó t/n. -Oh, y dales a las niñas un beso de mi parte. Diles que ya las extraño...- Un lento suspiro se escapó de ella.
-Lo haré.- Afirmó Steve. -Ok, que descances.- La voz de Steve sonaba cargada de timidez.
-Que descanses.- Dijo t/n antes de colgar.

Sostuvo el teléfono en sus manos. Una amplia sonrisa se formó en su rostro.
La felicidad la invadió por lo que comenzó a saltar de alegría.

~•~

~Sábado, 5:00 pm~

Las risas de Natasha, Maria y t/n inundaban la habitación de Nat.
Como la cita sería en un restaurante en Brooklyn, t/n decidió pasar la tarde con sus amigas; algunas copas de vino, álbumes de fotos, y rememorar viejos recuerdos siempre eran la mejor previa para una cita.
Al menos siempre fue así para t/n.

-¡Mira! ¡Las fotos en Coney Island! Ese día fue genial...- Dijo Maria señalando una foto de los seis en la entrada del parque.
-Si, recuerdo que Steve y Bucky se pasaron todo el día llamándome gallina porque no quería subir al Cyclone y luego que subimos, ¡Steve vomitó!- Dijo t/n.
Las tres rieron ante el recuerdo.
-Si y Bucky vomitó mis zapatillas después de subir a las tazas giratorias.- Dijo Nat para luego rodar los ojos.
-Es que giraba la maldita taza demasiado rápido, yo casi no sobrevivo.- Señaló t/n.
-Siempre fue así de tarado, y ahora con el mini-Barnes en camino está peor que nunca.- Aseguró Natasha.
-A mi me parece súper tierno que esté así de entusiasmado.- Señaló Maria. -Sam era igual y fue bastante beneficioso.- Aseguró la castaña.
Natasha sacudió la cabeza.
-Sería beneficioso si no fuera tan insoportable. Ayer cocinó, lavó los platos y luego, por alguna extraña razón, limpió la casa de punta a punta incluyendo el sótano... ¡Terminó a la madrugada!- Dijo la pelirroja.