⚜Día 6⚜

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Tercera persona

Estaba grabando, por el cuadrito a un costado de la cámara de video, podía verse como la figura más delgada se había aburrido de jugar y le ponía fin a la obra de tortura, le gustaba ser detallista, así que podía verse la sangre salpicando y si algunas gotas hubieran caído sobre la lente hubiera sido mucho mejor, como caramelo líquido, el color rojo se deslizaba por una mesa y chorreaba hasta el borde donde desbordada hacía el suelo, gota tras gota el suelo empezó a hacer sus charcos y el hombre ahora cubierto de rojo no estuvo satisfecho.

Había sido muy aburrido, no pudo pasar más de un día con su 'amigo' sin aburrirse, insatisfecho y colérico, buscaba encontrar en el despedazamiento del rostro lo que no había encontrado en la tortura ni la violación, estaba enojado, era por culpa de eso, de lo que solía ser la cara de una persona, consiguiendo que no fuera más que carne desfigurada, estaba listo para olvidarlo, no quería volver a ver ese rostro, el filo y la extensión de arma tan afilada con un cuchillo de carnicero, lo apuñalaron repetidas veces con violencia porque así aliviaba la frustración, ninguno había sido tan malo como el último.

Su cabello, su semblante, y demás cuerpo desnudo se mancharon, daba más la apariencia de un monstruo de películas de horror que la de un asesino a sangre fría, sin embargo no le importaba, sólo era un baño lo que necesitaba.

La cámara seguía grabando el silencio, lo estático de la escena donde el hombre miraba el cadáver sin inmutarse, antes de levantarse y acercarse a la pantalla, una mano carmesí apagó la cámara.

...

Primera persona

Ciertamente la parte que menos me gustaba era la de limpiar, había diseñado una habitación especial para facilitarme todo y aun así, debía limpiar el suelo y todos los instrumentos con cloro y detergentes especiales para sacar la sangre, cada vez que terminaba de jugar. Entre mas fresco mejor, así las manchas ni el olor se quedaban impregnados a los materiales.

Sudaba por tener que estar tallando los pisos y había tenido que apagar la ventilación, pero el dinero valía completamente la pena, era un gran negocio y todo por hacer lo que más me gustaba, ¡sí señor!, la vida era buena.

Me tomó un largo rato terminar, pero una vez acabé, respiré el olor perfumado, listo para usarse otra vez y justo a tiempo para salir corriendo a tomar una ducha y a la universidad, tenía el horario más conveniente, aunque muchos lo despreciaran por lo tarde que era.

Incluso alguien como yo tenía muy buenos amigos, compartía con la gente, participaba en muchas actividades y uno que otro amigo con derechos sin el compromiso de alguna relación afectiva, cuando hablaba con todos ellos, no recordaba eso que mantenía encerrado en paredes, no había necesidad o era muy hipócrita para dejarme ver.

La vida corría rápido y para cuando menos lo esperaba mi hora favorita llegaba, no era un plan de una sola persona, ¿un equipo?, no sabía si usar esa palabra era lo correcto, yo no los conocía aunque ellos sí a mí, yo no sabía de la entrega hasta que leía un informe completo sobre ella, mis ojos se paseaba sobre el papel deleitándome de cada atrocidad, entre más malo y monstruoso, mejor, mientras más criminal, más fantaseaba con la idea de rebajar sus orgullos, me deleitaba con mis pensamientos y sólo estaba leyendo las hojas de papel.

Era solitario, requería de discreción por supuesto, así que muy pocas personas sabían la dirección de donde vivía y las que sabían, no les ofrecía una bienvenida cálida.

Paseé por auto por las calles de un barrio despoblado a mitad de la noche, con un mensaje de texto en el teléfono y una emoción revoloteando en mi estómago, ya había pasado un mes, no podía creer como soportaba tanto tiempo hasta ese momento, lo miraba en retrospectiva y era imposible.
Tan silenciosa la oscura noche, era el preludio a mis pasiones desembocadas, mi corazón se agitaba aguardando a quien esperaba llegara, mentiría si dijera que nunca por mi cabeza hubiera aparecido algún pensamiento desquiciado, necesitaba ser paranoico, lo que significaba recelo y desconfianza de todo, hasta el pequeño sonido de un gato paseando o el de un automóvil cruzando una calle, parecía un drogadicto esperando por su droga.

30 Dias De Otp (Kanento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora