Algo que se me ocurrió escribir una madrugada como otra cualquiera, siendo fruto de mi gran cariño y fanatismo por esta perfecta pareja.
Ante la duda, ninguno de los personajes me pertenecen, pertenecen a "Mihoyo" el creador/compañia china del vide...
(Adjunto este video para que disfruten esta hermosa canción junto a nuestro querido Fatui. Llevaba semanas queriendo escribir algo sobre ellos dos, pero bien no me atrevía o no veía que iba a hacer nada decente, aún así, me atreveré a intentarlo. También les recomiendo que pongan el fondo de la pagina en negro para que las imágenes queden acordes. Gracias. )
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Era un día como otro cualquiera y Aether, nuestro viajero de cabellera dorada -junto a su comida de emergen- digo, Paimon, se encontraban divagando por las animadas y coloridas calles de Liyue.
¿Qué por qué se encontraba en Liyue?
Esa es una pregunta fácil de responder; a su querida acompañante se le había antojado nada más y nada menos que un Chop suey de Zhongyuan, el único plato que sabía que vendían en un puesto de comida, muy cerca del restaurante de Wanmin.
— ¡Buenas tardes señora Su! — Canturreó muy animada mientras flotaba alrededor de su amigo, claramente emocionada a más no poder porque se encontraba a pocos minutos de devorar -porque sí, ella no comía, sino que devoraba como si se tratase de una especie de agujero negro- la comida anteriormente mencionada. — Buenas tardes. — Respondió ella de vuelta y les regaló una pequeña sonrisa mientras se ponía manos a las obra para prepararle un plato a cada uno, porque ya ni siquiera hacía falta decirle que es lo que querían, Aether había sido arrastrado tantas veces hasta este puesto de comida por los antojos de Paimon que aquella vendedora se había memorizado hasta como es que les gustaba a cada uno hecho.
