Capítulo XV: Vamos a Platicar

257 22 21
                                    

—Entonces, Gabriel, ¿me puedes decir qué estabas haciendo con la pequeña Vignette? —Habló súbitamente Zeroel.

—Y-yo... —Vignette y Gabriel se encontraban, ambas, sentadas sobre sus propias rodillas con la cabeza baja; con miedo ante el sermón que les daría la arcángel, y con el miedo ante la incertidumbre del pensamiento del cielo.

—Gabriel, ¿sabes lo que has hecho, no?

—N-no he hecho nada ma...

—Gabriel —interrumpió Zeroel elevando la voz—. Acabo de encontrarte abusando de una demonio indefensa, engañando a tu novio, engañándola con una ch... Gabriel, ¡¿cómo crees que me hace sentir eso?!

Zeroel estaba visiblemente enojada y no era para menos ya que según ella, Gabriel, su hermana menor, había cometido un pecado grave; no obstante se veía indecisa e incluso arrepentida sobre cierto tema que mejor dejó inconcluso.

«Maldición, ella cree que estoy engañando a un novio que no tengo... ¡Maldición, qué mala suerte! Qué momento tan oportuno para venir» pensó Gabriel con cierto desagrado. «A parte por qué cree ella que yo tengo toda la culpa, ¿qué a caso no confía en su hermana?».

—C-creo que hay un pequeño malentendido, h-hermana —dijo Gabriel—. V-verás, V-Vignette es...

—No quiero escuchar tus excusas, Gabriel —Zeroel miró con desagrado a Gabriel—. Ahora mismo te llevaré al cielo para que se te haga un juicio y seas reformada como un ángel de provecho.

Zeroel tomó a Gabriel del cuello de la camisa que llevaba y la levantó, recibiendo una mirada asustada de parte de la ángel y una preocupada procedente de la demonio.

—E-espera, hermana. ¿No crees que estás siendo exagerada? —Preguntó Gabriel intentando salvarse de la furia de Zeroel.

—Tienes razón —respondió calmando un poco a Gabriel—. Quizá deba yo misma darte un castigo como hermana mayor y ángel superior, aunque eso no te salvará del juicio del cielo.

—¿No te refieres a...? —Antes de acabar lo que estaba por decir, un portal fue abierto en el techo del departamento, alarmando fuertemente a Gabriel—. ¡Espera un momento, hermana, yo...!

—¡Gabriel es mi novia! —Se escuchó la voz de Vignette, exclamando con fervor en un intento de detener a Zeroel de llevar a Gabriel a los cielos por un malentendido.

—¿Q-qué? P-pero... —Zeroel se veía bastante confundida, soltando a Gabriel, la cual cayó sentada—. Agh, esto... no...

Zeroel se encaminó hacia la cama de Vignette a paso lento, sentándose en ella dándoles la espalda a Gabriel y Vignette y teniendo una mirada baja.

—Gabriel —le llamó Zeroel—. tú... Lo que dijo Vignette, ¿es eso cierto?

—S-sí, hermana —respondió la ángel aún nerviosa.

—Gabriel, sabes que... sabes que el cielo está teniendo muchos cambios.

—E-eh, me he enterado de algo de ello, sí...

—Sabes que, incluso en el cielo, el trato hacia los homosexuales no ha sido el mejor. Desde hace unos pocos años, el cielo ha combatido contra diversas cosas; injusticias.

—P-pero no soy homosexual, n-no tendría problemas con eso.

—G-Gabriel —Vignette susurró para sí misma y darse un suspiro de resignación.

—En todo caso —habló Zeroel—. Tienes conductas homosexuales, Gabriel...

—H-hermana —Gabriel se veía preocupada por su hermana. Ser un Ángel Superior (arcángel) no era sencillo, para nada. A parte de los siete arcángeles desde la creación, un ángel, ahora, podría convertirse en un arcángel por méritos propios, lo cual involucraba una gran disciplina y devoción hacia el puesto, puesto que los arcángeles son más cercanos a Dios, pero no son los más cercanos; no obstante es el puesto más alto al que un ángel puede aspirar.

Un Ángel Y Un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora