Capítulo III

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Anne

Después de estar un rato más en la cama, entre besos y caricias, pasamos a arreglar su maleta. Una vez está lista nos fuimos camino a mi apartamento en su auto.

El viaje, fue un poco largo, pues tuvimos que pasar por algunas tiendas a conseguir los alimentos necesarios para la dieta de Maxi; ya que mis padres, prácticamente, solo me habían dejado comida chatarra.

Una vez llegamos a la puerta principal del edificio, Maxi me indicó que me bajara junto con su maleta y que lo esperara en la entrada en lo que el aparcaba su auto junto al mío.

Una vez que estuvimos en el apartamento le indique a Maxi que instalará sus cosas en mi habitación y que tomará un baño mientras yo preparaba la cena.

Mientras la preparaba, me di cuenta, que sobre la mesa del comedor aún reposaban los sándwiches y los refrescos de ayer, sin siquiera pensarlo dos veces me acerqué a estos, los tomé, y me dirigí a la cocina para votar los sándwiches en la basura, mientras que los refrescos los volví a poner en el nevera.

Después de media hora, Maxi salió de la habitación con el pelo húmedo y con tan solo pantalones de pijama.

- Benditos pijamas- susurré

- ¿Dijistes algo, amor?- cuestionó él posándose al otro lado de la encimera.

- No - negué

- Ah...¿ Necesitas que te ayude en algo?- preguntó, esta vez acercándose y posicionándose detrás de mi

- No, ya terminé, además usted Señorito Jonas, tiene que hacer reposo...- dictaminé

- Pero...- habló pero no le dejé terminar

- Nada de peros- concluí

- Ok ...Señorita Rivera- dijo burlón a la vez que dejaba un beso en mi cabeza y se iba a sentar en los sillones de la sala frente a la tele

Una rato después le llamé al comedor para que cenara. La cena consistía en: pechuga de pollo a la parrilla, ensalada de vegetales, arroz, algunas verduras y zumo de naranja.

- Anne...¿en serio me vas a hacer comer brócoli?- pregunta mirando con mala cara dicho alimento

- Lo siento Maxi, pero tu dieta lo requiere y lo vas a comer te guste o no- respondo

- Pero, Anne, sabes que lo detesto- habla a la vez que hace cara de garito triste para convencerme

- Ni aunque pongas la carita más tierna del mundo voy a cambiar de opinión, así que - tomo unos cuantos con la cuchara de ensalada y se los pongo en el plato- come

Después de la pesada cena, si pesada, porque Maxi no quería comer ni vegetales ni verduras; nos fuimos a ver un poco de televisión, la cual no duró mucho ya que los dos nos empezamos a quedar dormidos y preferimos ir a la cama.

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Jueves 7 de septiembre: Día de la Consulta de Maxi.

Maxi y yo nos despertamos temprano para ir a la consulta. Los dos estábamos nerviosos y ansiosos por saber los resultados de los exámenes.

Los días de espera se hicieron eternos, y mientras más se acercaba el jueves más nerviosos nos poníamos. Maxi durante esos días tuvo uno que otro mareo, además de unas cuantas nauseas, pero según el medici nos dijo el día del alta eso es normal.

- Todo saldrá bien- digo a la vez que le acaricio la nuca desde el asiento del copiloto

- Eso espero - pude oír aflicción en su voz

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