Ese maldito disparo lo puso todo en marcha y Yacob lo supo antes ni siquiera que hubiese pasado. Los ojos desafiantes de Sergey no fueron más que un aliciente para el menor de los Sokolov para que apretara el gatillo con facilidad para dejar a un casi muerto Lev a los pies de ese carnicero. Y ese tiro le supo a gloria.
Vengarse de ese perro maníaco, de su propio hermano por osar enfrentarse a él y poner en peligro todo lo que había levantado a base de su esfuerzo. Aunque ese mismo fuera lleno de sangre, violencia y caos.
Yacob sonriendo torcidamente cuando esquivó el derechazo de su hermano pero no pudo ver la maldita pierna que aterrizó en su estómago. Doblándose por un instante sobre si mismo para reincorporarse lo más rápido posible y atestar otro golpe a Sergey. Parecían animales enjaulados, iban a destrozarse y a ninguno de los dos le importaba una mierda nada. Escuchando el grito animal de Sergey cuando agarrándole de las ropas le arrastraba hasta una pared para estamparle.
"Estás en forma... hermano." Sergey escupiendo la sangre que se había acumulado en su boca, miró fijamente esos ojos azules iguales a los suyos. Ese cabello rubio ya no lucía tan bien colocado y esos dientes estaban tan apretados que juraría que uno saldría volando. Haciendo más fuerza cuando Yacob quiso soltarse, desviando su mirada por unos instantes para ver como Lev se arrastraba por el suelo, mientras ese niño de cabellos oscuros iba a por él. "Tienes a un perro muy entrometido."
"No llames perro a quien no tiene dueño." Yacob imitando a su hermano, vio como Aiden agarraba de la cabellera a Lev impidiéndole llegar al parecer, a un teléfono móvil. Saliendo de ese pequeño trance cuando el maldito y habilidoso Sergey sacó un arma para apuntar a lo lejos al de cabellos negros. "¡Joder, estáte quieto cabrón!"
"Si le vuelo la cabeza al pequeño Aiden... será un ojo por ojo en toda regla hermano." Sergey no titubeó, disparó pero el rubio le desestabilizó con su propio peso haciendo que ambos cayeran al suelo y que el tiro quedara ensordecido en el aire. Aprovechando el débil instinto de protección de su hermano por ese muchacho para coger con facilidad esa cabellera rubia y estampar su rostro contra el suelo. "¡Mira a esos dos! ¡Míralos y ve como no les importa ni que haya estado a punto de disparar! ¡Se están matando al igual que nosotros! ¿Qué puta diferencia hay entre ambos?"
"No... jodas... demasiadas hijo de puta." Yacob fijando sus ojos por unos momentos en Aiden que estaba casi en la misma posición que él pero con un enemigo distinto, dudó en que le estaba diciendo ese maníaco de Lev. Aún moribundo parecía dispuesto a torturarle. Saliendo de sus ensoñaciones cuando notó su carne desgarrarse por el maldito puñal que siempre llevaba Sergey encima y que ahora se estaba abriendo paso por sus costillas. "¡Voy a matarte!"
"Será interesante ver si lo consigues." Sergey apretó más el puñal en esa piel, saliendo casi por los aires cuando Yacob emitiendo un grito gutural se alzó del suelo con fuerza, cerrando los ojos cuando un puñetazo se estampó contra su rostro. Su hermanito había mejorado, esa bestia rubia parecía mucho más fuerte que antaño y con más sed de violencia de la que recordaba. "Nada mal Yacob... papá estaría orgulloso."
"Papá... vomitaría si viera en que nos hemos convertido, nos mataría con sus propias manos." Yacob sacándose el puñal del costado, aprovechó para adueñarse de él, quitándose la camisa para enrollársela en la herida, tapando así la hemorragia. "Esto terminará con uno de los dos muertos."
"Si. ¿Y sabes por ende quién más morirá no?" Sergey haciendo crujir sus nudillos, sonrió de forma malévola al ver que su comentario hizo brillar los ojos de su contrincante. "Que uno de nuestros perros... también lo hará."
Andrey estaba harto de esa sede. Llevaba demasiado tiempo atrapado en esas cuatro paredes que aunque fueran cuatro veces del tamaño de su propio hogar le estaban asfixiando. La organización de la venganza contra la yakuza, el posterior internamiento médico de Yuri, su recuperación y ahora toda la mierda con el mayor de los Sokolov le tenía dando vueltas por esas oficinas demasiado tiempo del deseado. Y la cosa no mejoraba. Yuri intentó abordarlo un par de veces pero no estaba preparado para tener un enfrentamiento infantil con ese chico y mucho menos tenía la fortaleza para acabar rechazando a ese súcubo que le convencería a base de sexo infernal. Y ahora no paraba de escuchar demasiado revuelo en los pasillos como para calmar la rabia que le recorría el cuerpo.
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Eternal.
RomanceAiden un camarero de un club exclusivo llamado Eternal que se cruzará con su perdición: Yacob, un mafioso que no será capaz de soltarle. Llevando a ambos a una espiral de pasión, perversión y sexo. Aflorando todas las inquietudes, miedos y deseos. ✨...