MATRIMONIO POR CONTRATO

CAPÍTULO 25: Estúpido corazón.

Muchas veces imaginé la primera vez que me enamoraría, mi primer beso, mi primera vez haciendo el amor y mi primer o única boda. Harry se las arregló para ser mi primera vez en todo eso.

No creo en el destino pero por alguna razón parece que fuimos predestinados para estar juntos o al menos eso es lo que Ana dice.

Siempre quise que dos tipos guapos pelearan por mi, como en las típicas películas de romance o como en los libros que Miranda me ponía a leer con ella. Sin embargo, jamás imaginé que serían hermanos, familia y tampoco que tendría sentimientos por ambos.

Cuando conocí a Harry me pareció una pésima persona pero Imanol, me sentía identificada con él, esa actitud ruda y rebelde que siempre me ha caracterizado también la vi en él.

Me sentí familiarizada con Imanol al instante, eso hizo que se metiera en mi cabeza. También estaba muy enojada por mi matrimonio por contrato y obviamente estaba enojada con todas las personas que estaban involucradas en ello, incluido Harry.

Sentía que Harry era amable por compromiso pero Imanol, él no debía tratarme bien y aún así lo hacía. Además, la forma en que lo conocí fue distinta, extraña y divertida. Si creyera en el destino en realidad diría que él sí estaba predestinado para mí.

Y un buen día se fue, dejándome confundida y yo, yo solo me dejé llevar con Harry, mi corazón me lo pedía a gritos. Sentía una extraña necesidad de abrirle mi corazón, de conocerlo más y de entregarme por completo a él.

Todo eso es cierto, lo que también es cierto es que en cuanto vi a Imanol, algo se encendió en mi, me puse feliz al instante en que lo vi, esa felicidad no pudo florecer tanto debido a la preocupación que tenía sobre lo que podría pasar entre ellos.

No quiero ser la manzana de la discordia entre ambos, no es necesario que por una mujer como yo ellos rompan su hermandad.

¿Que debería hacer? ¿Debería elegir a alguno de los dos? ¿Deberia dejar que su disputa avance más? ¿O simplemente debería renunciar a ambos?

Esas son las preguntas que me he estado repitiendo las últimas horas, sin dejar de atormentar mi corazón ni un segundo. Sin embargo, hay una pregunta aún más importante y dolorosa, ¿Acaso debería ser egoísta y elegir mi felicidad sobre el dolor del otro?

No, me niego a lastimar a alguien, al fin y al cabo la culpa es solo mía y el dolor debería ser solamente para mí. Pero, si no elijo entre ellos y los dejo a los dos, ¿no sería un dolor para ambos? No sólo sería yo siendo lastimada, sino que ellos también lo estarían, los dos.

- ¿Por qué soy tan idiota? - digo mirando el techo de mi habitación.

Las lágrimas comienzan a salir y mi alma comienza a doler profundamente. Odio sentirme así, odio hacerlos sufrir y competir por mi cariño que es tan insignificante comparado al gran corazón que ambos tienen.

Sin duda alguna, el amor que se tienen entre ellos debería triunfar sobre el cariño que me tienen a mí. Si jamás hubiera aparecido en sus vidas ellos no estarían así.

- ¿Debería desaparecer? - digo en voz alta y después me levanto quedando sentada a la orilla de la cama. - No puedo estar aquí, al menos no por ahora. - digo secando las lágrimas y poniéndome de pie.

Comienzo a buscar algunas de mis maletas y las coloco en mi cama para empezar a empacar.
Meto algo de ropa, zapatos y lo más esencial, no me llevaré todo, regresaré o eso espero.

Escucho un par de golpes en la puerta seguidos de la voz de Valentina llamándome. Me quedo mirando a la puerta sin responder hasta que reacciono y vuelvo a escuchar a Valentina.