Capítulo 3

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Especies existentes

El aprendiz de hechicero se encontraba en su habitación, solo, estaba ansioso por leer el libro que se había encontrado, quería saber todos los secretos que este le deparaba. Lo que más le llamaba la atención sobre este libro fue lo que había leído, era algo extraño ya que se supone que este era un objeto bastante viejo y que en una de sus paginas estuviera su nombre era casi imposible.

Hoseok se asomó por el pasillo de aquel hogar para avizorar si su maestro estaba por ahí, al estar seguro de que no se hallaba ahí, regresó a su habitación, cerrando esta con el pestillo, dio un brinco y cayó sentado en su cama, soltó una suave risa y ya estando decidido cerró sus ojos e imaginó aquel libro que había guardado, chasqueo sus dedos y este apareció en las manos del joven.

Su sonrisa se hizo mayor al palpar la portada del objeto, abrió nuevamente sus ojos y volvió a leer aquel título en su portada, no conocía a nadie con tal nombre y tampoco había escuchado hablar sobre alguna deidad llamada así.

Sin pensar más tomó la pasta del libro y la abrió percatándose de las hojas que, al igual que la primera vez, estaban totalmente en blanco, soltó un suspiro y aproximó su dedo índice hacia la vieja hoja acariciándola con lentitud, sus ojos brillaron en un fuerte color esmeralda de manera involuntaria, esto provocó que cada centímetro que su dedo recorría dejara ver una palabra escrita.

- ¿Será que solo ciertas personas pueden leerlo? - Preguntó en voz baja, era una pregunta dirigida hacia el mismo, creyendo que no recibiría respuesta alguna. Decidió dejar de pensar tanto en todas las preguntas que rondaban por su cabeza y simplemente se puso a leer.

Querido ser que se encuentra leyendo este libro, mi nombre es Aleysha y soy la creadora del mundo en el que te encuentras viviendo ahora mismo.
Antes de iniciar a leer las próximas páginas, quiero que sepas que este escrito fue creado solo para ti, eres el único capaz de leer todo lo que está plasmado aquí, las razones las entenderás después, por ahora solo debo informarte algo, el destino te dará momentos y lugares exactos para que leas cada página, es algo que tu no podrás decidir.
Como te habrás dado cuenta este es un libro mágico, el único existente, por lo cual deberás cuidarlo con tu vida, se ha convertido en una parte de ti.
El destino te tiene en la mira, eres el encargado de hacer cumplir varias cosas, no eres un simple hechicero como lo piensas, por eso fuiste encomendado con el mejor hechicero existente, tu momento ha llegado, no debes titubear, sigue lo que tu corazón y razón te dicen, créeme, es la mejor arma que puedes tener, nunca lo olvides.
Esto es todo lo que puedes leer por esta ocasión, es importante que no le digas a nadie sobre la pertenencia que tienes de esta obra, solo tú puedes saber sobre su existencia.
No lo olvides, sigue tu corazón y razón.

El chico terminó de leer estas últimas palabras y un sonido vago viajó hasta sus oídos anunciándole la llegada de su maestro, cerró el libro sintiéndose totalmente confundido con lo leído, estaba claro que quería ser algo más que un simple hechicero, pero esto era algo que iba más allá de lo que podía manejar, sentía una gran carga haberse posicionado sobre sus hombros, no se imaginaba aun que era lo que estaba encomendado a hacer, pero aun así sabía que no era algo simple, lo sentía en su ser.

Levantó el libro dejándolo flotar en el aire, rodeó este objeto con sus delicadas manos formando una burbuja a su alrededor haciendo desaparecer el objeto, esta pieza se ocultó en el estante del hechicero.

El chico se dejó caer en su cama mirando hacia el techo, miles de preguntas se habían formado en su mente y solo quería respuestas, la confusión en su ser era mayor de lo que se imaginaba, pero menos se esperaba lo que estaba por ocurrir.

Su viejo maestro tocó con su arrugada mano la puerta de madera perteneciente a la habitación de su aprendiz, en cuanto recibió respuesta irrumpió en la alcoba mirando al chico que buscaba, recostado en su cama, notaba algo raro en él, pero por alguna razón decidió no preguntarle nada, simplemente se acercó a él y estiró su mano derecha, dándosela como apoyo e indicación para que se pusiera de pie.

La mirada de Hoseok viajó a la mano del más grande, ladeó su cabeza intentando entender a donde quería que fuera, pero simplemente no dijo nada y tomó la palma del más grande, sintió el jalón que le dio provocando que de un solo movimiento quedara de pie frente a él.

- Hoseok, el día ha llegado, serás relevado de aprendiz, acompáñame por favor. - Objetó el más grande, su mano ya había soltado la adversa y ahora se encontraba saliendo de aquella alcoba, se dirigía hacia la oficina principal donde todos los objetos mágicos yacían esperando por la llegada del más joven.

Tardaron un par de segundos en llegar a donde estaba planeado, en la mesa central solo yacía la bola de cristal de Hoseok y rodeando esté escritorio circular, había trece objetos flotantes, cada uno representaba a una especie en concreto.

El primero era un tridente color negro, tenía una cabra en el centro y sus cuernos eran dos de los tres filosos picos, este objeto era perteneciente a la especie de los demonios.

A su lado había una serpiente de roca, sus ojos brillaban en un fuerte color citrino, este representaba a las gorgonas.

Junto a la roca de serpiente había una concha marina con un hermoso color holográfico típico de las sirenas.

Seguido había un arco de madera reluciente y perfectamente tallada siendo adornada por unas hojas de árbol minuciosamente seleccionadas, en conjunto de una flecha sagrada con el filo fabricado con piedra, los elfos eran los característicos de este tipo de arma.

Luego yacía un mazo de madera, su tamaño era bastante grande en comparación con los demás objetos, este era el arma representativa de un cíclope.

A su lado flotaba un casco hecho con materiales preciosos, en la parte posterior delantera había un diamante incrustado y adornado de otras piedras llamativas, este era perteneciente a las esfinges.

A continuación, había un pico, lo bastante fuerte como para minar una cueva entera y apenas desgastarse un poco, este era el que representaba a los enanos, fuertes y trabajadores a pesar de su estatura.

Un anillo de oro era el siguiente objeto a observar, tenía una abertura de un lado, ya que era una pieza que los minotauros solían usar en la columela de la nariz.

A su costado había una flauta de pan que deslumbraba con su hermoso y melodioso sonido el cual era capaz de encantar a quien fuera, estas las usaban los faunos como arma principal y forma de defensa.

Seguido había una copa de metal en la cual los sátiros solían beber vino, una de sus bebidas favoritas.

A su lado yacía una corona de flores atípicas pero hermosas, que eran las que las ninfas solían utilizar a diario, seres bellos por naturaleza.

A su costado había un escudo de metal sólido, encantado para poder durar en todas las guerras en las que los centauros participaban.

Y como ultimo objeto había una daga tallada con bellos dibujos garigoleados que la hacían destacar por encima de las demás dagas, esta era perteneciente a los vampiros.

Hoseok tendría el destino en sus manos, su decisión sería la que hablaría por el futuro de los seres, un pequeño tropiezo y todo cambiaría, debería seguir a su corazón y razón para encaminar a todos tal y como el libro le había dicho.

Seres mitológicos || Namjin +18 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora