Capítulo 2- Un encuentro en la feria

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Ángela Brown

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Ángela Brown

— ¡Ya es hora de irnos! — grito desde el recibidor hacia las escaleras.

— Deja de apresurarnos — dice Pamela molesta mientras baja las escaleras de la casa.

— Perdóname su alteza, pero ya sabes que no gusta llegar tarde y hacer esperar a tu novio— contesto burlona.

— ¡Niñas ya! — nos calla Natalia — si vamos a llegar tarde — dice viendo a Pamela — pero no importa de todos modos mi querido hermano siempre llega tarde.

— Al menos el sí quiso ir nosotras al parque de diversiones — replica Pamela todavía más burlona, mientras se sujeta su largo pelo rubio en una coleta alta.

Eso fue un golpe bajo, pero no le doy importancia sé cómo es Pamela.

— Marcus no vino porque está ocupado en el trabajo, tuvo que salir temprano ayer por la cena en casa de sus papás— miento al mismo tiempo que me siento junto con Natalia en la barra de la cocina.

— ¿Y cómo te fue con el señor sabelotodo y la familia de estirados? — pregunta la rubia que ya había dejado su pelo y ahora lanza una pelota a la pared para que rebote una y otra vez.

— Por favor no les digas así— conteste intentando ser cordial, ella y sus apodos estúpidos.

— Ya escucho campanas de boda— anuncia Natalia demasiado emocionada.

— Cállate, suenas igual que mi suegra— digo y todas estallamos en carcajadas.

— Ya estoy lista — se escucha la débil y dulce voz de Tamara a lo alto de la escalera.

Lleva un vestido azul claro y su largo pelo negro en una media cola, se ve increíble.

— Te ves hermosa— celebra Natalia— me gustaría ser tan alta como tú.

— Gracias — contesta la pelinegra en un susurro sonrojándose un poco.

— Hasta que por fin te hice usar algo decente, te ves muy bien Tami — menciono muy orgullosa de mis esfuerzos. Un vestido es todo un logro teniendo en cuenta que siempre usa pantalones anchos y suéteres enormes.

— Si si, todas nos vemos fantásticas — bromea Pamela — vamos antes de que Ángela nos regañe de nuevo eh intente matarnos.

Todas rieron, menos yo — Jaja muy graciosas — conteste sarcástica — vayan subiéndose al carro, en cuento terminé de hablar con Marcus nos vamos — mentí yendo para la cocina para contestar una llamada que está entrando en mi celular, que no es precisamente de mi novio.

— Si jefa — dice Pamela con un saludo militar cerrando la puerta de la entrada.

Cuando por fin las chicas están fuera de la casa y no pueden oír mi conversación, decido contestar la llamada.

Entre besos y engaños. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora