I still remember, third of December, me in your sweater.DoYoung recordaba claramente el día en el que se conocieron. Un tres de Diciembre. Estaban en un parque con sus amigos más cercanos, se juntaban para disfrutar las tardes de verano. Conversaban alegremente sobre lo que tenían planeado realizar en sus vacaciones.
En ese momento, Ten, dijo que un amigo que veía hace un tiempo iba a venir a saludarlo, le preguntó a todos si le molestaba que viniera pero todos negaron y resultaron un poco más animados para conocer al misterioso conocido del tailandés.
El castaño apenas vio llegar al desconocido, cabe aclarar que era extremadamente atractivo, sintió como si fuera amor a primera vista. Fue como si todo lo demás dejara de existir y sólo su concentración residiera en el recién llegado.
Desde ese momento supo que Lee TaeYong —como se había presentado él mismo— sería su total perdición.
Only if you knew, how much I liked you. But I watch your eyes as he walks by.
Se encontraban riendo por los chistes que contaba Lucas mientras almorzaban en el comedor de la universidad. Los reunidos eran DoYoung, Ten, WinWin, TaeYong —gran sorpresa se llevó el castaño al darse cuenta que el pelirrojo estaba en su misma universidad, pero no lo podían culpar siempre fue muy despistado a la gente que le rodea—, Johnny y obviamente, Lucas.
Cuando de repente algo, o mejor dicho alguien, llamó la atención de TaeYong, DoYoung al ver que su amigo no le prestaba atención a lo que le estaba contando animadamente, decidió seguir el recorrido de su vista para ver que era ése alguien que miraba con tanto entusiasmo. Y no era nada menos que Nakamoto Yuta, un estudiante muy sobresaliente por su atractivo físico al igual que sus calificaciones académicas, que eran igual de perfectas que él. El castaño le preguntó a un no tan pelirrojo el porqué lo veía tan embobado, cómo si le gustara, cómo si sólo tuviera ojos para él... TaeYong sólo le respondió que estaba viendo cosas que no eran. DoYoung creyó en él y dejó el tema para seguir contándole lo que le había pasado el fin de semana en la casa de su abuelita.
He's got you mesmerized while I die. Why would you ever kiss me? I'm not even half as pretty.
Nuestro querido DoYoung se sintió tan idiota al haberle creído a TaeYong esa mentira, tan ingenuo como siempre. Sabía que las miradas que se daban no eran casualidades ni mucho menos los sonrojos ni las sonrisas tan brillantes que se daban. Pero que iba a saber él, si ni siquiera tenía el valor suficiente para declararle sus verdaderos sentimientos, ¿cómo iba a preguntar cuál era su relación?
El día en el que finalmente se reveló la tan inesperada pareja entre TaeYong y Yuta, DoYoung sintió como si miles de dagas se incrustaban en su pobre corazón, nunca espero que el, ahora, pelirrosa no confiara en él para contarle y así no hacerse tantas ilusiones con algo que no iba a suceder.
Trató de parecer lo más feliz al ver como TaeYong contaba con una sonrisa, el cómo se habían conocido, el interés que surgió el uno del otro, sus citas hasta la formalización de su relación. Mientras que el castaño no quería oír nada de eso, no le interesaba. Sentía una opresión tan grande en el pecho que podría echarse a llorar ahí mismo, pero no lo haría. Primero no se tenían que enterar sus amigos de enamoramiento y segundo, no quería quedar como un mal amigo frente a todos. Porque siempre había sido eso, sólo un amigo.
Watch as he stands with him holding your hand. But how could I hate him? He's such an angel.
Reunidos en un parque haciendo un picnic como trataban de hacerlo siempre una vez al mes en las épocas cálidas. Estaban todos, y con todos me refiero a que también estaba Yuta.
DoYoung estaba entre medio de WinWin y Ten, quienes hacían reír al resto con las anécdotas que contaban de un viaje que habían hecho hacia los Estados Unidos. Más que nada Ten burlándose de que WinWin no manejaba muy bien el inglés y el chino sólo lo miraba cansado y aguantando las ganas de reír.
Pero el castaño no estaba atento a las anécdotas contadas por sus mejores amigos, no, tenía que mirar el cómo TaeYong y Yuta se relacionaban entre sí: se daban besitos inocentes, caricias en sus manos entrelazadas, se daban de comer el uno al otro, miraditas con sus ojos brillando intensamente. Veía claramente el amor entre ellos.
En ese momento, DoYoung nunca había querido tanto estar en el lugar Yuta y hacer esas y muchas cosas más con TaeYong, pero lo único que podía hacer era mirarlos disimuladamente. Todo sería mucho más fácil si el pelinegro fuera alguien odiable, pero no, hasta en eso era perfecto. No podía encontrar ni un maldito defecto, y eso sólo empeoraba la situación.
Lo único que le quedaba era aceptar que nunca iba a poder llegar a ser ése alguien para TaeYong, tendría que empezar a superarlo. Pero nunca había deseado tanto algo como ahora, cuánto deseaba ser Yuta.