—Al firmar este contrato, los señores Saavedra y Assad hacen la unión de sus empresas por medio del matrimonio de la primera nieta del Señor Santiago Saavedra y el primer nieto del Señor Omar Assad. Estando los padres de acuerdo con la unión de estos niños aquí presentes y siendo conscientes de que este matrimonio ayudara a fortalecer la relación económica de América y Medio Oriente. Este contrato se deberá cumplir cuando la niña Charlotte Saavedra Esquivel cumpla la mayoría de edad. En caso de que alguna de las partes se niegue a cumplir este contrato; deberá ceder, la mitad de todos sus bienes a la parte afectada esto incluye también todos los bienes que lleguen a tener los niños bajo su nombre—finaliza el juez para dar paso a la firma del contrato.
Los abuelos y padres de Charlotte firman el contrato sin dudar; mientras que la familia de Mohammed firma el contrato sonriendo por este acuerdo que aumentará la fortuna para ambos imperios.
—Quiero hacer un brindis—habla por primera vez Omar Assad llamando a la atención de todos los presentes—. Brindo para que nuestros pequeños pueden llevar a cabo este acuerdo en beneficio de todos y desde luego para que la fortuna de ambas familias crezca aún más.
—También quiero hacer un brindis, porque este acuerdo pueda unir a estos dos niños para que lleguen a amarse y formar una familia—dice Santiago Saavedra a lo cual todos sonríen y brindan muy alegres.
En una esquina del despacho de Santiago, se encuentran dos niños y una niña de tan solo un seis meses de edad durmiendo tranquilamente en sus portabebés mientras que a su lado está sentado un niño de cinco años de edad observando fijamente a su padre junto con su abuelo celebrar por algo que él no entiende.
Al terminar de brindar ambas familias por dicho contrato miran en dirección a los pequeños, los cuáles ya están condenados a casarse dentro de diecisiete años. ¿Algo egoísta por parte de los adultos? Sin duda alguna.
—Ven hijo—Omar llama a Mohammed.
Él pequeño de ojos cafés y cabello negro se sienta al lado de su padre sonriendo. Para Mohammed, su papá es su ejemplo a seguir y su heroe. Isabel, quien carga a la pequeña, pasa a Charlotte recién despierta a los brazos de Mohammed.
Él la observa confundido a la pequeña niña que tiene en brazos. Mira todo de ella con mucha curiosidad al no entender porque la está cargando.
—Escúchame bien, hijo. Ella es Charlotte y será tu esposa cuando sean adultos, nadie más que ella será la dueña de tu corazón—Omar observa fascinado a la pequeña.
Por un momento, quiere llenarla de besos en cambio simplemente toma su manita. En ese momento, Charlotte comienza a llorar de una forma desconsolada; todos se asombran al ver que sus mellizos lloran de la misma manera.
La única persona que está enojada por este contrato es la madre de Mohammed, la señora Aliyah. Desde que supo que su hijo debía casarse con una mujer diferente a su cultura se negó rotundamente a todo esto, no obstante al ser una mujer musulmana y árabe tenía que hacer feliz a su esposo así que no tuvo más opción que firmar ese contrato.
Ella deseaba tanto que su hijo se casará con una mujer árabe para que no se perdieran las tradiciones que vienen desde hace muchas generaciones. Pero si de algo estaba segura es que ese deseo tarde o temprano se iba a cumplir.
—Muy bien Matías, nos veremos dentro de 17 años para hacer oficial el compromiso de estos pequeños. Además estaremos cerca para cualquier cosa que necesite mi futura nuera. Por amor a Allah esta niña será muy hermosa en unos años—dice Omar mientras tocaba la mejilla de Charlotte quien está en los brazos de su papá llorando y chupando su pulgar.
Aliyah mira con desaprobación a la pequeña. No obstante, en el momento en que Omar se da cuenta de las acciones de su esposa le ordena que deje tranquila a la niña.
—Hasta pronto Omar y por supuesto que mi hija será muy hermosa—responde Matías muy contento para después besar la mejilla de su hija, en respuesta Charlotte sonríe al sentir a su padre cerca.
—Pa...papa—balbucea inocentemente y suelta una risa tan adorable que Matías le da varios besos en sus mejillas.
—Esto es lo mejor para ti, mi niña preciosa. Serás alguien importante...una mujer poderosa—susurra mientras camina en dirección al jardín con su hija en brazos.
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Charlotte
RomanceCharlotte Saavedra es una nadadora profesional mexicana que toda su vida ha perseguido sus sueños al lado de sus mellizos. Mohamed Asad es un árabe millonario y el hijo mayor de los Assad. Desde pequeños sus familias los unieron para que al cumplir...