Capítulo Ocho

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     —Vaya, ¿ahora eres marimacha? Quién lo diría

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     —Vaya, ¿ahora eres marimacha? Quién lo diría.

     Emma apretó sus puños. Ella, tan simpática como siempre. Bárbara la estaba mosqueando de nuevo. Tenía que mantener la compostura ahora que tenía la mirada del equipo completo, incluido Norman, quien la miraba impactado por su corte de cabello.

     Le sonrió a Bárbara, a pesar de las inmensas ganas de responderle con otro comentario igual de desagradable.

     —No, te aseguro que sigo siendo chica, Bárbara. —dijo caminando hacia el rubio. —¡Solo quería venir a desearles suerte antes de que entren al campo.

     Pero tan pronto como se acercó a ellos, sintió como unos brazos la rodeaban animadamente, llegando a levantarla del suelo unos centímetros. Era Zazie, el único que podía alzarla de esa tan confiada y asimismo cariñosa forma. Sonrió cuando el muchacho la dejó en el suelo.

     —Hey, cómo estas. —rio ligeramente cuando el chico tomó sus manos.

     —Algo nervioso, ¡pero que nos desees suerte es sin dudas una buena cura! Nos estuviste apoyando durante los entrenamientos, así que no dudo que nos vaya bien.

     Emma sonrió junto a él. Zazie a pesar de ser un año menor que ella, y muchísimo más alto, lograba parecer un niño.

     —Tu cabello se ve genial, Emma. —le sonrió Cislo.

     —¡Es verdad! —y Hayato se acercó hasta ella. —Si no me equivoco ya lo habías tenido así de corto antes, ¿no?

     —Un poco más largo, pero siempre tiendo a tenerlo corto, jaja.

     —¡Ah! Lo sabía, recuerdo haberte visto en los partidos con el cabello corto. —sonrió y se volteó hasta Jin. —¿Cierto? Cómo sea, ¡te queda genial, Roja!.. Esto... Tu amiga, la chica rubia de melena, ¿no está contigo? Jaja.

     Esa pregunta le había sorprendido, pero ahora que Emma lo pensaba, recordaba haber visto a Gillian conversar un poco con Hayato.

     Las veces en las que fue a ver a Norman a entrenamientos, Gillian la acompañaba cuando estaba libre. En algunas de esas ocasiones conversaba con él, así que no era de extrañar que Hayato preguntara por Gillian. Era lindo, de cierto modo.

     —No, lo siento. Está un tanto indispuesta, pero pronto se recuperara. —le respondió con un tono de lástima.

     —Oh... ¡Está bien! Salúdala de mi parte entonces. —sonrió.

     —Bien, creo que sería mejor que nos pongamos en posición, así le dejamos tiempo para que Romeo hable con su Julieta. Se notaba bastante tímido.

     Y Vincent le dio una palmada fuerte en el hombro de Norman, haciendo que este por fin reaccionara. Sus compañeros rieron ligeramente, aunque el comentario de Vincent no había causado ni una pizca de gracia en Bárbara, quien solo blanqueó los ojos para comenzar a caminar de las primeras hasta la salida de los jugadores. Norman suspiró viendo como todos se iban, se volteó hasta Emma y le sonrió despacio.

Albine Snake [NorEmma AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora