Uno

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Seokjin se negaba a mostrarse como una víctima mientras veía a sus amigos con sus bocas abiertas sin saber que decir luego de lo que él había confesado.

Miró a todos y se quedó un momento observando al menor de todos ellos, sus ojos brillantes y oscuros hicieron que algo dentro de él se removiera, como pasaba los últimos años.

Dejando atrás ese cosquilleo él miró su vaso y comentó:

—Que se joda, siempre fue un imbécil. —Dijo luego de beber.

—Y recién te das cuenta ¿No? —Yoongi tomó una papa frita y se la metió a la boca —que se joda el hijo de puta, él perdió no tú.

Seokjin asintió y jugó con su vaso un momento. No quería admitir que estaba un poco triste, que todo lo que sus amigos le habían dicho sobre su ex novio habían resultado ser ciertas. Que el tipo había jugado con él todo el tiempo para solo después desecharlo como si no valiera nada.

—No quiero decir esto, pero lo diré —Yoongi tomó otra papa frita y apuntó con esta hacia el rostro de su amigo mientras decía: —¡Te lo dije!

El azabache rodó los ojos y terminó el contenido de su vaso. Luego miró a sus otros dos amigos que estaban en completo silencio lo cual era lo suficientemente raro y se llevó una mano a su cabello para luego frotarse la nuca. —¿No dirán nada?

Jimin se encogió de hombros —es un imbécil, pero ya sabes eso.

Seokjin suspiró, siempre, desde que tenía memoria él buscaba ayuda y les hablaba sobre sus problemas amorosos o cualquier cosa que estuviera rondando en su cabeza a sus amigos, ellos eran tan diferentes entre sí y eso hacia que sus opiniones fueran diversas. Se sentía apoyado por ellos.

Lamiendo su labio Seokjin se concentró en el menor de ellos, el hermano menor de Yoongi, Jungkook.

—¿Y tú? —miró directamente al menor de todos ellos a los ojos.

—Es un buen comienzo para ti no estar con un parásito como ese. Ya sabes... Eres libre.

Lo último fue murmurado pero Seokjin lo había escuchado perfectamente. Su estómago se apretó y como siempre alejó cualquier pensamiento que llegaba a su mente cada vez que estaba cerca de Jungkook. Porque el menor era demasiado obvio en sus acciones. Lo abrazaba todo el tiempo prácticamente deslizando sus grande manos sobre su cuerpo apenas tenía la oportunidad. Todo el tiempo lo alababa, subía su ánimo, su ego y Seokjin sabía que era peligroso escuchar aquellas voces que hace año le decían que el chico ya era un hombre hecho y derecho, que ya no era el hermanito de Yoongi, que Jungkook se ponía cada vez más guapo a cada año que pasaba y él no era ajeno a todo aquello.

—Iré al baño —anunció Yoongi poniéndose de pie —de paso veré si hay algo interesante en la pista de baile, ya saben, si no vuelvo en quince minutos...

—No te preocupes, no te vamos a extrañar —soltó Jimin mirando sus uñas recién hechas.

Jin y Jungkook rieron y se miraron.

Queriendo llevar el tema de conversación a uno más ameno Seokjin miró a Jimin —¿Tienes todo listo para el jueves?

—Oh si equipamiento y todo lo necesario, todo listo jefe.

Seokjin asintió y se puso de pie —iré por más cervezas, ¿quieren algo?

—Yo no, gracias. De hecho me tengo que ir. —Jimin se puso de pie y se puso su chaqueta —debo ir a otro lado.

Jungkook también se puso de pie y sonrió de lado a su rubio amigo —pásala bien con ese hombre misterioso.

Jimin lamió sus labios y asintió sonriendo —¡Por supuesto que lo haré! Ya verás que será mi novio antes de fin de mes.

Bajo la mesa ✓< Jinkook > (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora